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19 abril 2020

INMUNIDAD DE REBAÑO


Hace unos días, respecto a la pandemia de COVID-19 que mantiene en jaque a todo el planeta, un titular de The Economist en su sección de ciencia y tecnología destacaba que cuanto mayor fuera el número de infecciones asintomáticas en una comunidad, antes se alcanzaría la inmunidad de rebaño. 

Al leerlo, se vino a la memoria el planteamiento de algunos líderes mundiales que parecían anteponer sus intereses económicos particulares por encima de los sanitarios. Grosso modo, su tesis defendía que cuanto antes se contagiara toda la población, la mayoría superaría la enfermedad y de paso quedaría inmunizada contra el nuevo coronavirus SARS-CoV-2. Uno de los abanderados de este planteamiento fue en su día el controvertido Boris Johnson. Quizás su paso por el hospital y la UCI le hayan hecho cambiar de opinión. 

Retomando nuestro entorno con un sencillo modelo matemático, en una ciudad de aproximadamente 100000 habitantes, sin ninguna medida de aislamiento, en apenas 2 semanas se habría contagiado el 70% de la población. El 30% restante, probablemente no presentaría síntoma alguno. Del total de infectados, 56000 prójimos se recuperarían de una enfermedad leve, tras una cuarentena en sus domicilios. Pero unos 2500 tendrían que ser hospitalizados, muchos en las unidades de cuidados intensivos, en un número tal que a buen seguro provocarían el colapso total de nuestro sistema sanitario en apenas unas horas. El número de fallecidos alcanzaría seguramente varios centenares, una tragedia completamente inaceptable. 

En Estados Unidos, al principio de la pandemia, el mismísimo Donald Trump se conformaba con superar la crisis económica y sanitaria a costa de 250000 compatriotas fallecidos. Aún así, considerando el terrible supuesto que les presentamos, ¿quedaría garantizada la inmunidad de rebaño para todos los demás?; ¿estaríamos mejor preparados para soportar así oleadas posteriores de esta enfermedad? 

Como nos enfrentamos a una patología desconocida, no podemos asegurar ni siquiera cuánto durará la inmunidad de los que hayan superado la infección. Para ello serán necesarios estudios epidemiológicos capaces de cuantificar los anticuerpos presentes en la sangre de estas personas, especialmente las inmunoglobulinas de tipo G. 

En esa línea se van a desarrollar inminentemente varios estudios, probablemente uno de los más ambiciosos en nuestra comunidad autónoma gallega. Por si no fuera suficiente, sin abandonar las predicciones estadísticas, un reciente informe de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha revelado que el confinamiento de la población española ha reducido casi un 80% la potencial expansión de este coronavirus. Su traducción práctica representa 220000 hospitalizaciones menos, evitando 26000 ingresos en UCI y unas 46500 muertes. Nos preguntamos cuál sería el precio real de nuestra inmunidad de rebaño. Preferimos esperar por la ansiada vacuna.

04 abril 2020

EL ANTES Y EL DESPUÉS


Sostiene Aloysius que para él la cita más inquietante del gran Arthur C. Clarke (1917-2008) es “el futuro ya no es lo que solía ser”. Cada una de estas jornadas de marzo y abril, cada noche antes de dormir y al día siguiente, al despertarse, se pregunta cuándo regresaremos de nuevo a la normalidad, una realidad que jamás volverá a ser lo que era.

Ante tanta incertidumbre, he tenido la oportunidad de leer las opiniones del epidemiólogo Jacobo Mendioroz, una brillante síntesis de lo publicado en abril por Resolve to Save Lives, una iniciativa que pretende salvar millones de vidas combatiendo las enfermedades cardiovasculares y librar a nuestro mundo de las epidemias, capitaneada por prestigiosos especialistas en Salud Pública como los Doctores Tom Frieden, Cyrus Shaphar y Amanda McClelland.

Según estos expertos, ¿qué tendremos que hacer para recuperar la normalidad después de esta inmisericorde pandemia COVID-19?

1.- CRITERIOS EPIDEMIOLÓGICOS: habrán de pasar al menos 14 días constatando:
  • Descenso de casos (manteniendo o subiendo nivel de testeo)
  • Descenso de fallecimientos.
  • Descenso de casos no ligados a casos conocidos.
  • Descenso de infecciones en el personal sanitario.
2.- CRITERIOS SANITARIOS:
  • Capacidad de absorber en camas UCIs el doble de casos existentes (incluyendo personal).
  • Capacidad para testear al doble de casos (incluyendo personal).
  • Stock de protecciones para sanitarios y mascarillas para pacientes, aún doblando el número de casos.
  • Menos ingresos por COVID-19 que altas.
  • Niveles sanitarios en atención primaria y otros niveles hospitalarios semejantes a los basales.
  • Diseño de medidas de protección, aislamiento y expansión de centros sanitarios de rápida aplicación.
3.- CRITERIOS DE SALUD PÚBLICA:
  • Haber detectado al menos al 90% de los contactos de los casos y haberlos testeado.
  • Disponer de las suficientes soluciones hidroalcohólicas para colocar en los grandes edificios.
  • Tener zonas preparadas para acoger a personas vulnerables con síntomas leves.
  • Desarrollar campañas de comunicación preparadas y generales en caso de que un nuevo confinamiento fuera necesario.
Para todo esto todavía no disponemos de una fecha precisa, dependerá de CUÁNDO cumplamos esos criterios.

¿Y una vez alcanzados estos objetivos? Todavía tendríamos que:
  • Seguir lavándonos las manos.
  • No salir de nuestras casas con síntomas, y en caso de tener que salir, llevar mascarilla.
  • Desinfectar superficies.
  • Ventilar espacios.
  • Aislar contactos.
  • Evitar visitas a hospitales o residencias.
Pero sin embargo ya podremos:
  • Abrir restaurantes.
  • Abrir negocios; siempre con el mínimo personal (máximo 10 personas) y respetando el distanciamiento.
  • Las personas vulnerables y sus cuidadores aún no deberían salir.
Si todo se desarrolla satisfactoriamente y continúan cumpliéndose todas las condiciones anteriores, entonces podremos:
  • Abrir los restaurantes y los negocios.
  • Abrir lugares de reunión (máximo 50 personas).
Habrán de transcurrir entre 4 y 8 semanas más para poder salir normalmente, si se siguen manteniendo las condiciones iniciales.

Este sería el principio del fin de esta pesadilla.

Todas estas medidas han sido pensadas para la situación que actualmente estamos atravesando.

Y por supuesto, si se consiguiera un tratamiento específico o una vacuna contra este coronavirus efectiva, inocua e universal, o si la inmunidad de rebaño protege realmente a la comunicad, esta situación, tal cual descrita, podría variar considerablemente, que es lo que todos anhelamos.