CREA, INVENTA, IMAGINA... ¡NO COPIES!

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30 agosto 2007

PARADOJAS

HOGARTH: Falsa Perspectiva
La vida misma es una inagotable fuente de contradicciones. Los medios informativos las revelan a la opinión pública constantemente. Desde las más triviales y futboleras anécdotas (el despido de un entrenador aunque haya ganado un campeonato de liga), pasando por las deportivas (el fichaje de un bicampeón mundial de automovilismo para que su propio equipo se las haga pasar canutas), hasta las más serias y preocupantes (la vigencia de ciertas leyes que permitan poner en libertad a asesinos y violadores confesos, aunque no hayan demostrado ni un ápice de arrepentimiento o piedad por sus víctimas, con elevadas probabilidades de reincidencia en sus delitos). Ya lo prevenía el escritor Jean de la Bruyère en el siglo XVII, proclamando que es más difícil eliminar un solo defecto que adquirir cien virtudes.

En el complejo mundo laboral, con frecuencia surgen conflictos al tratar de compatibilizar los derechos de los trabajadores con los intereses de los empresarios. En este sentido, alguien podría entender como paradójico que las brigadas antiincendios se marchasen en verano de vacaciones o que, por estas mismas fechas, los centros de donación de sangre trabajen a medio gas en algunas localidades. Todo ello queda enmarcado dentro de un período estival en el que el riesgo de incendios forestales parece menor que en otras ocasiones (por lo atípico de la meteorología), pero en el que los llamamientos a la donación sanguínea continúan siendo incesantes. Entonces, ¿quién debe conciliar el derecho al descanso de los asalariados con el mantenimiento óptimo de los servicios, sobre todo en provincias como la nuestra, donde precisamente son las administraciones públicas las que emplean a un mayor número de paisanos? La respuesta se nos antoja clara y diáfana. En el caso concreto de los trabajadores del Centro de Transfusión de Galicia (CTG) es necesario que la Consellería de Sanidade garantice la sustitución de aquellos que se han ido a disfrutar de su bien merecido descanso vacacional. Sostiene Aloysius que, pudiera darse una impresión discordante, cuando se reclaman urgentes donaciones y el posible donante acude a un centro que está parcialmente inoperativo por la escasez temporal de recursos humanos.

Otro cantar son las huelgas. Cuando las negociaciones laborales llegan a un punto muerto o resultan inviables, este derecho puede ejercerse por una de las partes afectadas con la finalidad de forzar el acuerdo. Todos conocemos la eficacia y potencia de este tipo de reivindicaciones si, por ejemplo, nos quedamos atrapados en la terminal de un aeropuerto por una huelga de pilotos, de controladores o del personal de tierra, o el hedor insoportable que impregna a una localidad que sufre durante varios días la huelga de sus servicios de limpieza. Sin embargo, no debemos olvidar que en el ámbito de la sanidad pública, las medidas de presión ejercidas por los trabajadores pueden verse atenuadas por la exigencia inquebrantable de salvaguardar la salud del prójimo. Y tampoco ignoremos que, en cualquier momento, uno de nosotros podría necesitar una transfusión de sangre que nos salve la vida. Donantes solidarios y administraciones eficientes. Así sea.

21 agosto 2007

DON DE LENGUAS


Un verano tan atípico, como éste que nos está tocando vivir, trae a mi querido Aloysius taciturno y sublevado. Mucho más ortodoxo sería la canícula en agosto, y la helada en la invernal temporada. Pero, entre el calentamiento global y otros malabarismos de la meteorología, está el pobre que jura en arameo; y no precisamente porque haya adquirido de repente el llamado don de lenguas. Para la fe católica, el don de lenguas representa la facultad milagrosa de hablar un idioma que no se haya aprendido previamente. Según los Hechos de los Apóstoles, fue el Espíritu Santo el que dotó de esta cualidad a los discípulos de Cristo, para que salieran a predicar su mensaje. Lengua, lenguaje, habla, ¿son palabras sinónimas? En muchos diccionarios esta identificación queda así reflejada. El habla, la capacidad de emplear un lenguaje (verbal y no verbal) y la posibilidad de expresarnos en diferentes lenguas es una habilidad propia y característica de los seres humanos. Para ello estamos genéticamente dotados con un órgano de la fonación, capaz de articular los sonidos que nos permiten comunicarnos, traduciendo de esta manera las órdenes cerebrales. Antes de hablar, siempre deberíamos pensar las palabras, en abstracto. Pero no voy a meterme hoy en profundidades de la filosofía del lenguaje, por mucho que me atraigan las proposiciones de Wittgenstein.

Muchas veces me ha llamado la atención cómo individuos de muy diferentes lenguas y culturas se esfuerzan para tratar de comunicarse. En las consultas de atención primaria, empezamos ya a experimentar este fenómeno con algunos pacientes asiáticos o africanos. Y no somos los únicos. Recuerdo aquí la película “Infierno en el Pacífico” (John Borman – 1968), donde Lee Marvin y Toshiro Mifune encarnaban a un soldado americano y a otro japonés, únicos habitantes de una isla desierta del Pacífico, condenados a entenderse para sobrevivir. Sin embargo, en otras ocasiones, paisanos que comparten una lengua en común, se empeñan paradójicamente en incomunicarse.

En este verano que no es estío, como ya viene siendo habitual en los años anteriores, demasiados prójimos se están dejando la vida sobre el asfalto. El otro día, viajando por una de nuestras autovías gallegas, pude observar el esfuerzo de la Dirección General de Tráfico reclamándonos a los automovilistas prudencia en la conducción. Grandes carteles de luminosa intermitencia nos advertían del peligro con una macabra estadística: “desde enero, 1668 muertos” (a estas horas, seguro que son bastantes más). En un punto kilométrico determinado, un cartel alternaba gallego e inglés; varios kilómetros más adelante, el mismo mensaje cambiaba a castellano e inglés. En otras carreteras, podían leerse advertencias solamente en gallego o en castellano. ¿Empeño comunicativo no operativo? Espero que no, porque a buen entendedor, pocas palabras bastan. Por cierto, “A buen entendedor” es también el título que recopila los ensayos del Nobel irlandés Seamus Heaney… Queda claro pues, que los esfuerzos del comunicador siempre serán estériles si no son convenientemente captados por el receptor, sea cual sea la lengua empleada.

Por último, solamente mencionar aquí como anécdota que algunos folletos informativos de los que acompañan el kit de dispensación gratuita de la mal llamada píldora del día después, no están escritos en gallego, sino en catalán…Y también en castellano, para que todos nos entendamos. A estas horas, todavía continúa intrigado Aloysius: ¿se tratará de un error de empaquetado o de un obsequio del Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya?

15 agosto 2007

TO BEG AND TO GIVE ( DAR Y RECIBIR)


Imagen: "Limosna (Sevilla)" por odalhua
Extracto del texto publicado en La Región el 10 de abril de 2005.

A caballo entre los siglos XII y XIII de nuestra era, surgen en Europa las órdenes mendicantes, regidas por aquella máxima evangélica que enaltece la pobreza como objetivo individual y colectivo. Sometidas por la obligación inherente de mantenerse con la limosna, así deberían cubrir las necesidades más básicas de sus miembros. Sólo por recordar a algunas de las más populares mencionaremos a los carmelitas, los franciscanos, los dominicos y los agustinos, a los que por cierto perteneció Martin Lutero.

Tiempo más tarde, en la otra cara de la moneda, en el transcurso del Siglo de Oro español se contaban en nuestro país alrededor de 150000 vagabundos, muchos de los cuales remediaban su hambre voraz gracias a la sopa boba que regalaban en la puerta de los conventos.
Hace un tiempo, la edición digital de un diario nacional publicó una curiosa noticia: varios jóvenes chinos, desempleados de la ciudad de Chengdu, se dedicaron a utilizar Internet para pedir limosna a desconocidos, inaugurando un fenómeno social conocido como "web mendigos". Para combatir el intrusismo, uno de sus portavoces llamado Li Dan, advertía que los auténticos pobres tenían que aportar sus datos verídicos en los mensajes de correo electrónico que remitían a sus supuestos benefactores.
Dos anécdotas relacionadas con la mendicidad en la ciudad de Ourense: hace un tiempo, se situó en una esquina estratégica de la Rúa Santo Domingo un músico callejero que pedía una limosna para tomarse una cervecita. Ponía en práctica esta cantinela entre tema y tema de su contumaz repertorio. Mientras tanto, otro cándido pedigüeño habitual, sentado en las escaleras de la Rúa do Páxaro, pedía limosna para comprar pilas; sin ellas, no podía hacer funcionar su deteriorado aparato musical, que vomitaba sin cesar acordes y soflamas punkies.

Nuevos pobres que pululan por la red de redes ofrecen al mejor postor su propia virginidad. La pionera fue una tal Rosie Reid, estudiante de la Universidad de Bristol. Contaba entonces 18 años, y a pesar de declararse lesbiana militante, esta joven mantuvo relaciones sexuales con un hombre de 44 años en un hotel del norte de Londres a cambio de 8400 libras esterlinas. Su ejemplo fue seguido por David Bardy, estudiante de la Universidad británica de Bournemouth, que llegó a coleccionar 7000 respuestas antes de que la página web de subastas suprimiera el anuncio donde ofertaba su virgo por unas 6000 libras esterlinas. Sin embargo, su generosidad le comprometía a donar 1000 de ellas a Intermón Oxfam.

Una joven limeña llamada Gracia Yataco León alcanzó una fama en Perú digna de los relatos de Bryce Echenique o de Vargas Llosa. Puso en venta su virginidad en Internet valorada en 20000 soles (unos 6500 dólares). Trataba así de mejorar la precaria situación de su madre y hermanito enfermos.
Podemos leer en la obra de Ryszard Kapuscinski: "la pobreza es una subcultura. El pobre no sólo es aquel que no tiene suficiente comida y ropa. Es alguien que vive en condiciones miserables, rodeado de otros pobres y en un medio de pobreza generalizada del que no se ve salida alguna. No sólo vive, sino que también piensa de manera diferente... La persona hambrienta es incapaz de pensar en términos abstractos, los únicos que permiten emprender intentos de salir de una situación desesperada..."

14 agosto 2007

UNA TARDE CON SANTEIRO


"Tempo e Materia" - 2004
(óleo sobre lienzo)


Como las ciudades, la vida tiene múltiples esquinas; como las carreteras, sorprendentes cambios de rasante. En nuestro devenir por estas geografías de la imaginación, en muy contadas ocasiones un fino rayo de claridad rasga toda la opacidad mediocre que nos rodea. De esta manera, alumbra tenuemente sobre el pesado manto protector de la cultura subvencionada. Al fin y al cabo, cuando un artista plástico comienza a triunfar, ¿quién decide el destino de su obra que ha de venir?; ¿los gustos del público?; ¿la honradez profesional que le guía por ese angosto camino empedrado, por su tozuda trayectoria artística?, ¿su marchante?, ¿los volátiles mecenas públicos imperantes en cada momento?.
Me sorprendió Andrés Santeiro. Miento, me sigue sorprendiendo. Lo hizo durante su primera exposición. Lo seguirá haciendo en las futuras. Resulta increíble que un muchacho de apenas 28 años despliegue tamañas dosis de maestría en el empleo de los colores y de las formas. Los necios piensan que el arte abstracto es más moderno que el figurativo. Craso error. Lo moderno perdura. Velázquez y Schiele son modernos y clásicos, a partes iguales. En la National Gallery de Londres todavían copian los cuadros del maestro del Siglo de Oro. Me asombró el porte de Santeiro: alto, musculado, bien parecido. Un joven que a buen seguro podría ganarse la vida como modelo; un chaval guapo que pone copas en un local de moda de esta anodina Auriavella. Pero el prefiere los lienzos y los pinceles, la tranquilidad del olor a trementina, los pliegues de las telas albas, las puertas y ventanas desvencijadas, las cortinas de los bares cerrados, las nubes del cielo y los chorros del agua que juguetean con las palomas en las melancólicas fuentes patrias.
Una tarde con Santeiro: Florencia, los Uffizi, el Palacio Pitti, el Foro Romano con sus columnas perennes, la vanidad, el valor del arte, la brevedad de la vida, la honestidad, el academicismo, César Prada, Zapata, Canaletto, la compra y la venta de las obras de arte, Ourense y sus personajes, los artistas locales que malgastan su talento, los hijos tontos de Picasso que dormitan confiados en el Parnaso ourensano, el éxito, Antonio Murado, Nueva York, las grandes obras que vendrán preñadas incienso, la fugacidad del tiempo...

13 agosto 2007

LOS ESPERMATOZOIDES


Anda un tanto circunspecto mi apreciado Aloysius tras la lectura en La Región de un opúsculo ciertamente vengativo contra los espermatozoides, esas sufridas células germinales varoniles que llegaron a fascinar al mismísimo Woody Allen. El genio neoyorquino no tuvo reparos a la hora de disfrazarse de uno de ellos en su cuarta película como director (Todo lo que quiso saber sobre el sexo y nunca se atrevió a preguntar, 1972). Y sostengo lo de sufridas porque ninguna célula del cuerpo humano tiene el deber de demostrar tan óptima competencia profesional: además de vitalidad, los espermatozoides tienen que ser ágiles, vigorosos, móviles y bien parecidos. Al contrario que en nuestra actual sociedad, no son útiles ni los cabezones ni los que tienen defectos en la cola. Mi entrañable José Luis Penedo, autor de la diatriba contra los gametos flagelados, les achacaba la génesis de todos los seres deleznables que se pasean por el planeta. Supongo que, intencionadamente, obvió que la mitad de la carga genética de los facinerosos, macarras, violadores, gilipuertas, atabanados y otras joyas internacionales es transmitida por vía materna, a través del óvulo. Esta recombinación de nuestro ADN materno y paterno garantiza la variabilidad de nuestra especie. ¿A qué viene entonces tanta inquina?

Sí es cierto que la carga genética correspondiente el cromosoma Y siempre se hereda a partir del padre y de los antepasados varones. Si el gen de la estulticia radicase en ese emplazamiento, con elevada probabilidad un progenitor majadero engendraría vástagos masculinos necios.

También resulta incuestionable que los espermatozoides no pueden aportar las mitocondrias necesarias para que una célula funcione. Como sólo están presentes en el óvulo, estas microscópicas máquinas energéticas indefectiblemente se heredan de madres a hijos. Por ello, si una mujer no tiene descendientes femeninos, el ADN presente en sus mitocondrias se perderá para siempre.

Sostiene Aloysius que nos encontramos ante el declive del imperio espermatozoario. Desde que la famosa oveja Dolly fue concebida en los laboratorios de Escocia, no muy lejos de los alambiques en los que se destila a fuego lento la malta de los aromáticos güisquis de Speyside, la clonación permite copiar animales sin la necesidad de que participen las células sexuales masculinas. Una transferencia nuclear y un chispazo eléctrico podrían sustituir, en un futuro no muy lejano, a la atracción, al cortejo y a las relaciones íntimas entre machos y hembras, entre hombres y mujeres. Y ¿qué será entonces, querido Sr. Penedo, de todos esos alcaldes y concejales que se autoadjudican elevados sueldos?

05 agosto 2007

DE MUERTOS Y ENTERRADORES


"El Enterrador" (óleo sobre tela)
BRAULIO SALAZAR, 1941
Algunos expertos en tortura afirman que, ciertos países de Oriente Medio, asimilaron de manera óptima las lecciones aprendidas durante la colonización británica, sobre todo en lo referente a la aplicación de las penas capitales. Atrás quedaron las bárbaras costumbres de las tribus nómadas que pastoreaban sus ganados por inhóspitos pedregales y desiertos, más proclives a sajar la carne humana con el tajo de sus afiladas cimitarras y cuchillos, amputando, desmembrando y descabezando a los facinerosos y a los delincuentes. Y a los pecadores. La expiación de la culpa mediante el sacrificio del cordero degollado. Más civilizada parecería entonces la ejecución de la sentencia de muerte colgando al condenado por el cuello hasta morir. Así, a modo de ejemplar escarmiento, se les dio diligente pasaporte hacia el Más Allá a los piratas de la mar océana, osados desobedientes de las órdenes de Su Graciosa Majestad, a los cuatreros y a los tahúres del cinematográfico Salvaje Oeste, a los esclavos de color que conseguían huir de las plantaciones de algodón donde tanto sufría el Tío Tom y a los díscolos convictos hijos de la Gran Bretaña, reos de condena cargados de cadenas en los tétricos penales del continente australiano.

Por el cuello también colgaron al temible Saddam Husein, y de paso convirtieron su ejecución en un exitoso vídeo comprimido, de esos que saltan como colibríes de celular en celular, como los mensajes de los coleguis avisando del botellón "saturday night fever" en la Plaza de las Mercedes. En una plaza pública iraní, acaban de ahorcar a los dos supuestos asesinos de un magistrado; esta vez no había cadalso ni horca de madera, sino una pequeña grúa móvil con un gancho, del que prestos colgaron el lazo estrangulador. Los tiempos avanzan, y en lugar de gruesas y ásperas maromas, los verdugos emplearon cuerdas sintéticas de vivos colores, como las que sirven para tender la ropa a secar en el humilde mediodía de los barrios de la periferia.

Mientras tanto, en estos calurosos páramos de Auriavella, hace unos días se desató una pequeña trifulca municipal. Dicen las malas lenguas que responsables del Concello de Ourense mandaron a su casa a cinco enterradores por falta de trabajo. Mi muy procaz Aloysius, orgulloso defensor del sufrido sistema sanitario público, afirma que este hecho singular es debido en parte a los excelentes cuidados asistenciales dispensados a nuestros prójimos en esta ciudad. Una genética especial, garante de la característica longevidad de los ourensanos, seguramente hará el resto. Por curiosidad, ese mismo día consulté las esquelas publicadas en La Región y no había fallecido nadie. Tan solo cabos de año y alguna que otra comunicación familiar de agradecimiento por la asistencia a pasados funerales. Y es que, como escribió António Lobo Antunes, "cuanto más envejezco, más futuro tengo".
(Por si quieres oir el tema "Hang Me Up To Dry" de The Cold War Kids...)