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19 noviembre 2023

MÚSICA Y MEDICINA (Y VICEVERSA)



Confieso que para mi también era un completo desconocido hasta hace apenas unos días, cuando causalmente descubrí la importancia de su obra y legado. Me estoy a referir al Padre Antonio José Rodríguez, nacido en 1703 en Villaviciosa de Odón (Madrid), y que desde los catorce años de edad ingresó en el Real Monasterio Cisterciense de Santa Maria de Veruela (Zaragoza), hasta su fallecimiento en 1777. El Padre Rodriguez escribió el primer tratado de musicología publicado en España, una obra que repasa los mecanismos de acción de los estímulos musicales, una teoría del gusto musical, una vasta recopilación de estudios de casos de musicoterapia, así como originales propuestas para diseñar las intervenciones musicales según las características psicológicas y culturales de cada paciente. 


Simplemente recordemos que en la Prehistoria la música y la danza fueron muy importantes para los chamanes, como lo sigue siendo en la actualidad en aquellos pueblos con niveles étnicos y culturales semejantes. En la antigua Grecia, música y medicina compartían la misma deidad, Apolo. La música tenía un poder tan especial como para penetrar en las profundidades del alma, encontrándose presente en su cultura de manera universal: en el teatro, en las conmemoraciones, en la poesía y en el arte. 


En las escuelas médicas de Grecia y Egipto curación y música se consideraban ciencias sagradas altamente desarrolladas. Con estas premisas, hubo de esperar al auge de la neurología y la psiquiatría para el resurgimiento de la musicoterapia como tratamiento coadyuvante capaz de modificar el estado de ánimo, la actividad cardíaca, la presión arterial y la respiración. Incluso producir cambios en determinadas estructuras del cerebro. 


En España, existe una Unidad de la Música y las Artes Escénicas en el Hospital de Manises, especializada en las patologías específicas de los músicos. Por si no fuera suficiente, los medios de comunicación y las redes sociales se hacían eco recientemente de la innovadora iniciativa llevada a cabo en la unidad de cuidados intensivos (UCI) del Hospital Álvaro Cunqueiro en Vigo, un programa de conciertos en directo para aliviar el estrés de los pacientes allí ingresados y acelerar su proceso de recuperación, en colaboración con los alumnos y profesores del Conservatorio Superior de Música de Vigo. Mientras todo esto ocurre, Aloysius y un servidor vamos a repasar algunos álbumes de Dr. Feelgood, Dr. John y Dr. Hook and The Medicine Show, para ir calentando motores.




29 octubre 2022

HIROMI

 


Tal vez pueda resulta tan desconcertante y sorprendente a la par que una artista del nivel de la pianista japonesa Hiromi Uehara se haya detenido en una pequeña ciudad como Ourense para obsequiarnos con dos magníficos conciertos. 

Para esta memorable ocasión estuvo acompañada por un cuarterto de cuerda, con los violinistas Rakhi Singh y Shlomy Dobrinsky, la viola de Megan Cassidy y el cello de Gabriella Swallow.

Y todo ello para recrear su último trabajo concebido desde el aislamiento y la incertidumbre de la pandemia, "Silver Lining Suite", una pieza en cuatro movimientos con su habitual virtuosismo del piano, convertido esta vez en un eficiente instrumento de percusión.

Nada que ver con sus álbumes anteriores ni con el torrente jazzístico desplegado con The Trio Project junto al bajista Anthony Jackson y el baterista Simon Phillips.

Por cierto, Anthony Jackson y su singular bajo de 6 cuerdas ha sido un colaborador habitual del colosal pianista Michel Camilo, la fulgurante estrella de origen dominicano que junto a Hiromi formó parte en 2008 del excepcional cartel del Festival de Jazz de Primavera del Café Latino.

Retornaba pues Hiromi al mismo escenario en el que había triunfado 14 años atrás, dentro de la imprescindible cita que cada año tienen los amantes de la buena música en la Ciudad de As Burgas, y lo hizo fusionando jazz con música clásica y contemporánea.

Capaz de tocar solamente con su mano derecha, la superdotada artista cautivó al público con su simpatía y originalidad, alternando momentos deliciosamente minimalistas con otros tan violentos que parecían entresacados de la banda sonora de los clásicos del cine terror, dejándonos convencidos de su pasmosa capacidad para extraer cualquier tipo de sonido de su piano Yamaha.

¿Tardará en regresará otros 14 años, o podremos disfrutar bastante antes del arte de Hiromi? El tiempo lo dirá.




12 marzo 2022

ARMAS. GÉRMENES Y ACERO



Este es el título del ensayo ganador del premio Pulitzer en 1998. Su autor, Jared Diamond, pretendía explicar el predominio de la cultura occidental sobre todas las demás. Sostiene Aloysius que va a tocar repasarlo en estos aciagos días. Las voces críticas contra las tesis del prestigioso catedrático y biólogo de la Universidad de Los Ángeles - California (UCLA) le han reprochado su determinismo ambiental y geográfico, pues la supuesta supremacía occidental, vigente desde la Ilustración, se asentaría sobre los pilares de la democracia y la ciencia, pero también sobre la ética laboral y el consumismo. 


La verdad es que en apenas dos décadas desde la publicación de aquel libro, la humanidad está dando vertiginosas volteretas. En plena resaca pandémica, originada por la diseminación planetaria del coronavirus SARS-CoV-2, que nos ha dejado estratosféricas facturas sanitarias, económicas y sociales pendiente de abonar, resulta que los dirigentes de una potencia gestada en la antítesis de la civilización occidental han decidido destapar la caja de Pandora. A golpe de bombardeos, están arrasando con Ucrania, alegando peregrinos argumentos políticos e históricos. 


Sabemos por experiencia que para iniciar una guerra no hacen falta motivos fundados. La insana brutalidad nunca los necesita. Nos provoca tristeza, asco e indignación que el poderío militar ex-soviético se cebe con los mas frágiles e indefensos, pero parece que olvidamos que todos los conflictos bélicos desde los albores de la humanidad han castigado especialmente a la población civil. Desde los cercos a las ciudades antiguas, medievales y modernas, hasta las masacres indiscriminadas ocasionadas por las bombas nazis y aliadas durante la 2ª Guerra Mundial, asolando ciudades como Londres, Dresde, Hiroshima y Nagasaki. 


Campos de refugiados, hospitales, escuelas y psiquiátricos han sido objetivos principales en las guerras de los Balcanes, Siria, Irak y Afganistán. Los militares lo saben: nada mina mas la moral del enemigo que exterminar a sus ancianos, enfermos, mujeres y niños. Obstruir los corredores de evacuación, arremetiendo contra ellos, es una vuelta de tuerca más destinada a aterrorizar a los civiles indefensos. 


Pero, al peligro de las armas convencionales y químicas, ahora hay que añadir el de las biológicas. ¿Se imaginan otra pandemia desencadenada por el ántrax o la viruela? Los expertos nos alertan de esta posibilidad, pues el ataque a un laboratorio de alta seguridad podría liberar gérmenes extremadamente peligrosos, causando una hecatombe apocalíptica donde los vivos envidiarían a los muertos. 


A nivel sanitario, las naciones occidentales se han puesto en marcha para garantizar el bienestar de los que huyen los combates. Los hospitales españoles se preparan para acoger a centenares de niños ucranianos enfermos con cáncer. Pero quedarán muchísimos más, privados bruscamente del cobijo familiar, niños que necesitan medicamentos para enfermedades habituales, y también las vacunas capaces de prevenir la difteria, la tosferina, el sarampión, la rubeola, las paperas, la hepatitis, la meningitis el tétanos y la polio, entre otras.




25 octubre 2021

VIRUS, VOLCANES Y RESILIENCIA

A diferencia de en otros lugares, la sociedad española no se había enfrentado al dolor cotidiano tal vez desde los años más duros del terrorismo etarra, cuando atentados, muertes, heridos y dolor formaban parte de nuestra macabra contabilidad diaria. En estos días conmemoramos la década transcurrida desde el aparente final de un horror nunca jamás deseado. 

Afrontamos ahora el frío que vendrá con la mayor parte de la población española inmunizada contra el SARS-CoV-2, y con la esperanza de que la campaña de vacunación antigripal sea al menos tan exitosa como en el pasado año. Precisamente, la experiencia acumulada sobre la capacidad mutagénica de los virus de la gripe estacional y la Covid-19 nos obligan a continuar siendo muy prudentes. En concreto, ya se ha detectado en nuestro país la variante Delta Plus del coronavirus SARS-CoV-2, cuyas mutaciones son capaces de proporcionarle mayor supervivencia. Los expertos estiman que incluso puede ser un 10% más contagiosa que las otras variantes. 

Habrá que ver cómo podría afectar a inmunizados y no inmunizados. No olvidemos que la aplicación de dosis adicionales de las vacunas contra la Covid-19 ya se ha puesto en marcha, con la intención de proteger primordialmente a la población con una salud más frágil. Por lo tanto, todavía toca más resiliencia, individual y colectiva. 

También para afrontar los devastadores efectos de la erupción volcánica de La Palma, que cada día se lleva más vidas por delante, aunque todavía no se hayan contabilizado víctimas mortales. Nos despertamos con los dramas y el sufrimiento de los que lo han perdido todo, despojados cruelmente de sus bienes y recuerdos por una lava incandescente que avanza inexorable hacia el océano. Algunos medios de comunicación comentaban los pasados días el incremento de viajeros con destino a la Isla Bonita desde las otras Islas Canarias, desde la propia Península y desde otros países, que llegaban a las inmediaciones de lo que antes fueron tierras de prosperidad para contemplar en directo la sobrecogedora experiencia de un volcán en activo. 

Evaluaremos cómo esa supuesta inyección económica redunda en beneficio de aquellos otros palmeros que ahora deben subsistir gracias la caridad y solidaridad de sus prójimos. Complicada situación la de todos ellos. Quizás en un futuro no muy lejano, la mayoría podrá rehacer sus vidas, pero nunca sobre aquellos paisajes ahora convertidos en un chamuscado e infausto malpaís. Y como siempre, con cada desgracia, proliferan los desalmados que quieren hacer negocio: bolsitas de plástico con 20 gramos de ceniza supuestamente vomitada por el volcán. Ojalá se apague pronto. Y de paso, que asimismo desaparezca el virus. Resiliencia al límite.


 


22 octubre 2021

PANDEMIAS MUSICALES


Todavía vive el incombustible pianista Huey Piano Smith, nacido en Nueva Orleans en 1934. Los musicólogos lo consideran uno de los precursores del rock and roll. En 1957 compuso una canción muy peculiar: Rockin´ Pneumonia and the Boogie Woogie Flu

Sostiene Aloysius que tan eufónico título representa una clara referencia a la epidemia de neumonía atípica y gripe asiática que azotó a los Estados Unidos durante el bienio 1957-1958. Esta pegadiza tonada alcanzó el éxito en las listas de las canciones más populares en Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, y de ella existen múltiples versiones, desde Johnny Rivers hasta los míticos The Band, pasando por Aerosmith, The Flamin´ Groovies, Grateful Dead, James Booker y el Professor Longhair. 

Retornando al mundo de la medicina, aquella neumonía se denominó atípica al estar causada por agentes poco habituales en el origen de dicha enfermedad. Entonces Streptococcus pneumoniae provocaba la forma más común y conocida de las neumonías bacterianas, caracterizada por sintomatología respiratoria y la presentación radiográfica de una consolidación lobar pulmonar. 

Precisamente el apelativo atípica se debió a los síntomas poco habituales que presentaban aquellos enfermos, como fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares generalizados y una profusa sudoración, con un patrón radiográfico bronconeumónico. Otra de sus características era su resistencia a los tratamientos habituales, como sulfamidas y penicilinas. 

Los patógenos relacionados con las neumonías atípicas fueron encuadrados dentro de una especie de cajón de sastre: bacterias como clamidia, coxiella, francisella, legionella y micoplasmas, pero también algunos hongos y protozoos. Dentro de los virus, fueron implicados el virus respiratorio sincitial (VRS), los virus influenza A y B, adenovirus, virus parainfluenza, sarampión y más recientemente los causantes del SARS, MERS y Covid-19. 

Por su parte, la gripe asiática fue un brote pandémico del tipo 2 del virus de la influenza A, originado en Singapur en los albores de 1957. En febrero de ese mismo año,  resultante de mutaciones del virus de la influenza aviar A, cuyo reservorio natural eran los patos silvestres, en el este de Asia surgió un nuevo híbrido de influenza A, el H2N2. 

La pandemia se extendió por Hong Kong y desde allí saltó a las ciudades costeras occidentales de los Estados Unidos, durante el verano de 1957. Las víctimas mortales oscilaron entre 70000 y 116000, mientras que a nivel global la gripe asiática se llevó por delante entre 1 y 4 millones de prójimos, con una tasa de mortalidad aproximada del 0.6%. 

Como ahora, en 1957 se desarrolló una vacuna específica para contener aquella pandemia. ¿Se imaginan una canción triunfando en las listas de éxitos musicales actuales basada en los estragos provocados por la pandemia de Covid-19? Tiempo al tiempo.





09 octubre 2021

BACTERIAS MERCENARIAS


Los mercenarios son tan antiguos como los conflictos bélicos. Existieron griegos contratados por el poderoso imperio persa para combatir a sus compatriotas en Esparta. Para arremeter contra Roma, el ejército cartaginés nutrió sus filas con soldados a sueldo de todo el Mediterráneo, especialmente libios, íberos, galos y también griegos. El mismísimo Cid Campeador luchó indistintamente contra moros y cristianos, según su propia conveniencia. 

En la actualidad, la seguridad en las zonas de conflicto supone un suculento negocio. Allí donde los ejércitos convencionales no pueden o no deben llegar, los soldados de fortuna realizan su oscuro trabajo. 

En nuestro organismo también se libran cada día encarnizadas batallas entre invasores (bacterias, virus, hongos y parásitos) y las defensas de nuestro sistema inmune. Pero las enfermedades infecciosas, lejos de estar controladas, continúan causando demasiadas dificultades a los sistemas sanitarios. 

El uso indiscriminado de antibióticos ha provocado el desarrollo de múltiples resistencias bacterianas. Alrededor del 80% de las infecciones hospitalarias están relacionadas con prótesis y catéteres. Hábilmente, las bacterias han aprendido a desarrollar sistemas protectores como biopelículas resistentes. A su vez, los virus mutan constantemente para asegurarse su supervivencia. 

La innovación tecnológica resulta esencial en el tratamiento de estas patologías. Un equipo de investigadores del Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona, en colaboración con la empresa Pulmobiotic, han desarrollado una píldora biológica constituida por bacterias modificadas genéticamente para luchar a favor de nuestro sistema inmune. Estos organismos mercenarios han demostrado ya su efectividad en el 82% de los casos, tanto en catéteres infectados en el laboratorio como en la práctica clínica habitual. 

Mediante ingeniería genética, estos científicos han modificado cepas de Mycoplasma pneumoniae consiguiendo su inocuidad y dotándolas de armas capaces de disolver los escudos defensivos de otros peligrosos patógenos como Staphylococcus aureus, habituales en los implantes protésicos infectados. Una vez han realizado su trabajo, dichas bacterias mercenarias son eliminadas por el organismo. 

Para conseguir sus objetivos, los investigadores escogieron microorganismos con genomas pequeños, más fáciles de manipular. Además, al carecer de paredes celulares, resultaron idóneos para portar enzimas capaces de destruir las defensas biológicas de los agentes nocivos. La edición de genomas bacterianos y la capacidad para modificarlos ampliará seguramente la utilización de estas bacterias en el tratamiento de las complicaciones infecciosas. Mercenarias sí, por supuesto.



19 septiembre 2021

VIDA NUEVA


Comienza el día y el nostálgico Aloysius ha hecho sonar el “New Life” de Depeche Mode a un volumen considerable. Revolviendo entre la discoteca ha encontrado el álbum de debut de la banda británica, transportándonos de repente a 1981. 

Aquel año las sondas espaciales Voyager 1 y 2 viajaban cerca de Júpiter y Saturno, enviando a la Tierra imágenes con los colores reales de ambos gigantes planetarios, y la todopoderosa IBM lanzaba al mercado su ordenador personal de quinta generación, cuando el fondo de las pantallas era negro y los teclados escribían letras verde fosforito. 

Cuatro décadas más tarde, la pandemia Covid-19 remite poco a poco en una España deseosa de alcanzar definitivamente la nueva normalidad, la vida nueva. A ver si a la quinta va la vencida, aunque los expertos continúan mostrándose escépticos: desde los que los que opinan que el SASR-CoV-2 ha venido para quedarse, otro virus más al que combatir, hasta aquellos otros insistentes en no bajar la guardia, tal es la capacidad del coronavirus para mutar y complicarnos la existencia. 

En la Ciudad Universitaria de Madrid, el nuevo curso se ha inaugurado oficiosamente con un macrobotellón de 25000 participantes, donde incluso algún insensato llegó a trepar peligrosamente a lo alto de una farola, estandarte de la ansiada liberación tras tantos meses de tensión y restricciones. 

Mientras tanto, los investigadores internacionales continúan estudiando el genoma del SARS-CoV-2 y sus variantes, su transmisión, su capacidad para escabullirse de nuestro sistema inmune, la gravedad de la enfermedad provocada, el perfeccionamiento de los métodos de diagnóstico y la procura de vacunas y fármacos capaces de erradicarlo, tal y como se consiguió en septiembre de 1978 con el virus de la viruela. 

Respecto a las variantes, la lambda se detectó originalmente en Perú en agosto de 2020, donde llegó a representar más del 80% de los casos, diseminándose a otros países latinoamericanos. Se sospecha que podría trasmitirse con mayor facilidad y presentar mayor resistencia a los anticuerpos neutralizantes, gracias a las mutaciones desarrolladas en su proteína espiga, la llave específica para infectar a las células. 

Otra variante de interés para la Organización Mundial de la Salud (OMS) es la mu, identificada inicialmente en Colombia a principios de 2021, causante de algunos brotes aislados en Sudamérica y Europa. Como la variante lambda, presenta gran variedad de mutaciones capaces de desplegar mayor resistencia a las defensas inmunes, como por ejemplo vacunas y plasma de pacientes convalecientes, empleado en el tratamiento de las formas más graves de la Covid-19. 

Los expertos saben que las nuevas variantes formarán parte de la nueva vida, impulsando el desarrollo de nuevas vacunas, cada vez más efectivas. La contienda continúa.