El inefable Aloysius me ha enviado un correo electrónico con una frase atribuida a Sandro Pertini, aquel simpático viejecito que desde el palco del Santiago Bernabeu jaleaba los goles de la escuadra italiana en la final del Campeonato de Fútbol de España 82, ante el regocijo del mismísmo rey Don Juan Carlos I, romano de nacimiento. Durante aquellos días de la apoteosis de Naranjito, mientras rodaban por nuestros estadios los balones Tango Adidas ®, Pertini era el Presidente de la República Italiana. Esa máxima suya en cuestión elogiaba la tolerancia de los fumadores, pues ellos nunca se quejan de los no fumadores. Y a pesar de ello, juro haber visto fotografías de Don Sandro fumando en pipa.
Hoy traigo a colación los humos, sobre todo los malos, aprovechando que la semana pasada tuvo lugar en Córdoba el VIII Congreso Nacional de Prevención y Tratamiento del Tabaquismo. En dicho foro de expertos, albergado en esta hermosa ciudad que fue la encrucijada cultural más brillante de la humanidad, la participación de Galicia se hizo notar, tanto en el plantel de ponentes como en el de los asistentes. Al atardecer, mientras el sol se ocultaba tras los orgullosos muros de la Mezquita Catedral, descubrí a varios amigos y compañeros que trabajan en nuestros servicios de promoción de la salud.
Informándome sobre los resultados de la reciente Encuesta sobre conocimientos, actitudes, creencias y conductas en relación al consumo de tabaco, realizada por el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), me he topado con unos datos, algunos llamativos, pero otros muy preocupantes. En primer lugar, el 75% de los mayores de 18 años residentes en España no es consumidor de tabaco: el 50% confiesa no haber fumado nunca y el 25% se define como exfumador. En líneas generales podríamos decir que sólo 1 de cada 4 españoles es fumador, y que este hábito puede provocar problemas tanto en su propia salud como en la de los otros 3 que le rodean. Y aunque el porcentaje de fumadores se mantiene constante, en nuestro país ha ido creciendo paulatinamente el número de prójimos exfumadores.
Los fumadores se decantan por los cigarrillos (96%) y por los cigarros puros (27%). Pero, una vez más, el colectivo de los más jóvenes resulta el más vulnerable, pues el porcentaje de fumadores va descendiendo a medida que la población envejece. Las grandes industrias tabaqueras también lo saben.
Me pregunta el incrédulo Aloysius :¿llegará algún día a descubrirse un remedio para dejar de fumar? Por Córdoba anduvimos preguntándoselo a Averroes, el médico musulmán que situó el lugar de la memoria en el cerebro, y a su coetáneo Maimónides, el galeno judío que escribió “La Guía de los Perplejos” y que denostaba los melocotones y los albaricoques, porque producían humores corruptos. Malos humores, malos humos.