Hoy mismo repasaba una vieja entrada de nuestro blog hermano "Medycine" en la que se analizaba la película "La parada de los monstruos" (Tod Browning, 1932).
Reflexionábamos sobre el trato que la sociedad deparaba hace un siglo a todos aquellos prójimos que sufrían una discapacidad, en la mayoría de las ocasiones condenados a existir como fenómenos de feria. Gracias a esta infamia, algunos alcanzaron la fama y la riqueza, tal y como leemos en "American Sideshow" (Marc Hartzman), una especie de enciclopedia que recopila todas estas extrañas historias.
Siempre me ha fascinado el tesón demostrado por las personas obligadas a vivir cada día enfrentadas a las limitaciones de su discapacidad, ya sea ésta congénita o adquirida, física o psíquica... Es cierto que para conseguir sus objetivos algunos se han apoyado en unas férreas convicciones religiosas...
Para expresar esta admiración, hete aquí algunos ejemplos:
Para expresar esta admiración, hete aquí algunos ejemplos:
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