CREA, INVENTA, IMAGINA... ¡NO COPIES!

Protected by Copyscape DMCA Takedown Notice Violation Search

04 enero 2012

RESISTENCIAS BACTERIANAS



Una noticia difundida recientemente por la influyente BBC alertaba sobre una cepa de Neisseria gonorrhoeae resistente a los antibióticos que se han venido empleando para su tratamiento. Esta bacteria, más popularmente conocida como gonococo, es la causante de la gonorrea, una de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) más frecuentes. En los varones suele provocar uretritis, pero en las mujeres puede producir serias complicaciones como la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) y transmitirse desde una embarazada infectada a su descendencia.

Los expertos estiman que los antepasados de las actuales bacterias comenzaron a poblar nuestro planeta hace unos 3000 millones de años, tiempo más que suficiente para evolucionar y desarrollar mecanismos de defensa garantes de su supervivencia. Veamos un ejemplo. 

En el 2007, un grupo de científicos de la Universidad de Copenhague dirigido por el biólogo evolucionista Eske Willerslev, descubrió una actinobacteria que se mantuvo aletargada bajo el hielo nada más y nada menos que medio millón de años, gracias a un mecanismo biológico capaz de reparar y conservar su ADN durante todo ese tiempo.

Estas bacterias son muy importantes en la descomposición de la materia orgánica, renuevan los nutrientes de la tierra y resultan esenciales en la formación del humus. Por si fuera poco, también son capaces de fabricar potentes antibióticos naturales, como la estreptomicina, o la actinomicina, un fármaco con propiedades anticancerígenas cuyos derivados llegaron a emplearse en el pasado como antitumorales.

Ya hemos alertado sobre los problemas provocados por la automedicación y el uso (o abuso) indiscriminado de antibióticos, razón primordial en la aparición de resistencias bacterianas. Las llamadas superbacterias que ocasionan infecciones hospitalarias representan un problema sanitario de primera magnitud. Sostiene Aloysius que nos encontramos ante enemigos pequeños pero matones.

Pero, afortunadamente, la paleontología  acude en nuestro auxilio. En 2010, la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de los EEUU lanzó una iniciativa para conseguir 10 antibióticos que pudieran frenar a los patógenos multirresistentes antes de la frontera del 2020. Algunas de estas prometedoras sustancias ya se han encontrado en las lampreas.

El profesor Ben Cocks, de la Universidad La Trobe (Bundoora - Australia), se ha centrado en aquellos mamíferos dotados con los mejores sistemas inmunitarios de forma innata. Uno de ellos es el wallaby, un marsupial australiano más pequeño que el canguro.


Encontró bacterias similares a los gérmenes hospitalarios resistentes en la bolsa del wallaby, un ambiente séptico donde las crías sobreviven gracias a su inmunidad natural. Rastreando el genoma de estos animales, Cocks y su equipo descubrieron unos péptidos heredados de sus antepasados con una potencia antibiótica de 10 a 30 veces superior a la de los más modernos fármacos, capaces de eliminar a 6 de las 7 bacterias resistentes.

Estos fragmentos de material genético, con una antigüedad de 59 millones de años, podrían resultar todavía mucho más eficaces, pues las bacterias contemporáneas nunca habrían sido expuestas a su capacidad antibiótica.

No hay comentarios: