O viceversa en este caso, tanto
monta, monta tanto. Cuando escribimos estas líneas, el primer Ciclo de Cine y
Medicina ya ha pasado su ecuador. Organizado por el Ilustre Colegio Oficial de
Médicos de Ourense (ICOMOu), contando con la inestimable colaboración del
Cineclube Padre Feijoo y el patrocinio de la delegación ourensana de la
Agrupación Mutual Aseguradora (AMA), ofrece a los espectadores las proyecciones
de cuatro películas cuya temática tiene relación con la medicina y otras
especialidades de la salud. Sin desear caer en profundidades teóricas, a años
luz de nuestros modestos conocimientos, algunos mentamos a la singularidad para
definir ciertas coincidencias casuales en el espacio y en el tiempo.
El primer
film, “La familia Savage” (Tamara Jenkins, 2007) es un drama dotado de
exquisitas pinceladas agridulces que nos muestra las tribulaciones de una
familia desestructurada que se debe enfrentar a los cuidados de un padre despótico,
enfermo y abandonado, irremediablemente expuesto al abandono en el final de sus
días. La problemática familiar y social generada por los cuidados de las
personas mayores es una realidad cercana para muchos de nuestros vecinos, en
una provincia con las tasas más altas de envejecimiento poblacional. Esta película
fue elegida por la crítica como una de las mejores del 2007, junto a la
galardonada “Juno” (Jason Reitman), las vicisitudes de una adolescente
embarazada.
Precisamente Jason Reitman es el director de “Gracias por fumar”
(2005), la segunda cinta proyectada en el ciclo, una sátira de las siempre polémicas
relaciones entre los intereses comerciales de las grandes productoras
tabaqueras y las consecuencias patológicas relacionadas con el hábito de fumar.
Fragmentos escogidos de este film son empleados por la Consellería de Sanidade
como material educativo destinado a los estudiantes adolescentes, aquellos que
se encuentran en la edad más crítica para iniciarse en el consumo de
cigarrillos y bebidas alcohólicas. Continuando en la senda de la singularidad,
existe una escena en la que el protagonista se reúne con uno de los más
avispados productores de Hollywood, para intentar armar una película de ciencia
ficción en la que supuestamente Brad Pitt y Catherine Zeta-Jones retozarían
ingrávidos en el espacio rodeados de los fantásticos aros de humo formados por
sus propios cigarrillos.
En la entrada del despacho del magnate reposa una
extraña escultura abstracta, obsequio del actor Matthew McConaughey, el
protagonista de la tercera película del ciclo, “Dallas Buyers Club”, el club de
los desahuciados, ambientada en los albores de la epidemia del SIDA en los
Estados Unidos, cuando determinados fármacos como la zidovudina (AZT) se
empleaban experimentalmente en el tratamiento de estos pacientes.
El colofón de
este ciclo cinematográfico vendrá de la mano de “In Love we Trust” (Wang
Xiaoshuai), estrenada también en 2007 y galardonada en el Festival de Berlín de
2008 con el Oso de Plata al mejor guión. Una cinta china muy especial que
aborda la gestación de niños a la carta destinados a salvar la vida de sus
hermanos mayores. Les invitamos a aprovechar esta oportunidad para que
aprendamos juntos un poco más de cine y de medicina, o viceversa. Porque, como
cantaba Luis Eduardo Aute, todo en la vida es cine, y los sueños cine son.