Hace unos cuando
años, en tiempos de la antigua Delegación de la Consellería de Sanidade en
Ourense, llegamos a recoger las reivindicaciones de dos asociaciones de
pacientes, mayoritariamente mujeres, que luchaban en nuestra ciudad por el
reconocimiento de una particular enfermedad, la fibromialgia. Nos hemos
acostumbrado a que cada día del año tengamos que celebrar algún evento. En el
caso de las enfermedades este tipo de conmemoraciones intentan llamar la
atención sobre la realidad de las mismas.
El pasado 12 de mayo le tocó a la
fibromialgia, y en las Cartas al Director del periódico La Región una vecina se
quejaba con razón. En primer lugar, de los profesionales sanitarios, algunos
todavía escépticos con lo que representa esta patología. Y todo ello a pesar de
la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya la reconoce como enfermedad desde
1992, y el manual de Clasificación de Enfermedades (CIE-10) la ha tipificado
con el código M79.0. Dentro del programa IANUS, nuestra herramienta de trabajo
en las consultas de atención primaria y especializada del Servizo Galego de
Saúde (SERGAS) la fibromialgia también está dotada con un código específico.
Desde el año 2013 la Consellería de Sanidade de la Xunta de Galicia ha puesto a
disposición de los profesionales un protocolo específico de asistenciaintegrada a la fibromialgia. También es bueno recordar que el 8 de mayo de
2012, la Comisión de Sanidad y Servicios Sociales del Congreso de los Diputados
acordó aprobar con modificaciones la proposición relativa a la consideración de
la fibromialgia como enfermedad incapacitante. No podía ser de otra manera,
pues nos estamos refiriendo a una patología que con mayor frecuencia produce
dolor crónico en la población. En España su prevalencia se estima en un 2.37%,
afectando predominantemente a mujeres entre los 35 a los 55 años.
Además del
dolor generalizado que repercute especialmente sobre el aparato locomotor, las
pacientes presentar una hipersensibilidad exagerada en una serie de puntos de
su anatomía (denominados tender points
por los especialistas) sin que exista hasta el momento una causa demostrable.
Dependiendo de cada caso, la fibromialgia se relaciona con múltiples síntomas,
entre los que destacan la fatiga persistente, la incapacidad de un sueño reparador,
la rigidez generalizada y la fatiga persistente. Todo ello hace que las
pacientes definan su existencia cotidiana como un infierno y un calvario.
El 11
de mayo, mi muy atento Aloysius me alertaba sobre una noticia que publicaban
los medios de comunicación, sobre el descubrimiento de un test genético para el
diagnóstico de la fibromialgia. La empresa que lo ha patentado es Genómic Genétics International (GGI),
que explora también el origen de otras intolerancias ambientales idiopáticas
como la fatiga crónica y la sensibilidad química múltiple, y que como la
fibromialgia podrían estar originadas por diversas combinaciones genéticas y
moleculares. Quizás el tren del futuro se encamine por esas vías, pues es todo
esfuerzo es necesario a la hora de aliviar el sufrimiento de quienes padecen
una enfermedad todavía incomprendida y que genera demasiado dolor y frustración.
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