Alguien que bien me
quiere me ha hecho llegar el Anuario 2015 de la Organización Médica Colegial de
España (OMC) con sus actividades de cooperación internacional para el
desarrollo, intervenciones de emergencia y ayuda humanitaria. Un orgullo
personal y profesional. Existe la Fundación de los Colegios Médicos para la
Cooperación Internacional (FCOMCI) en la que participan 52 instituciones
médicas provinciales, intentando apoyar los esfuerzos internacionales que
permitan mejorar la atención sanitaria para los países más pobres y las poblaciones más vulnerables.
En la página 81 nos
encontramos con la referencia al Colegio de Médicos de Ourense, que desde hace
ya unos cuantos años viene dedicando el 0.7% de su presupuesto a programas
sociales de cooperación para el desarrollo a través de su Fundación Galenus Auriensis. En el año 2015 se
destinaron 2500 euros a la Cruz Roja Española para su Unidad de Respuesta a
Emergencias (ERU), enviada a Sierra Leona en plena crisis sanitaria desatada
por la epidemia de Ébola. Apenas unos meses y aquella catástrofe sanitaria
parece ocultarse en las nieblas de nuestra memoria colectiva.
Nuestra modesta
aportación contribuyó a dotar al país africano con 12.5 toneladas de material
de emergencia valorado en casi 300000 euros para proporcionar servicios
sanitarios esenciales de índole curativa, preventiva y de salud comunitaria. Y
todo ello en el área de Kenema, una de las zonas más castigadas por la
epidemia.
Para que nos demos
una idea de lo mucho que todavía nos quedará hacer en este aspecto, la suma de
lo aportados por los Colegios de Médicos españoles a los programas de
cooperación internacional y a los programas sociales específicos alcanzó en el
año 2015 los 380000 euros, cantidad que apenas cubriría los esfuerzos de Cruz
Roja en Sierra Leona. Porque el continente africano es el más necesitado,
seguido por Latinoamérica, Oriente Medio y Asia.
Desde el 4 de enero
de 2007, la Doctora Margaret Chan es la Directora General de la Organización
Mundial de la Salud (OMS). En opinión de esta médico hongkonesa formada en
Canadá, la cobertura sanitaria internacional es la máxima expresión de la
justicia. Los médicos españoles, acostumbrados a lidiar con el dolor y la
enfermedad de sus prójimos, tampoco podían mantenerse ajenos al sufrimiento que
atenaza y amenaza todavía a millones de seres humanos abandonados y
desprotegidos, comprometidos con el derecho universal a la salud. Porque según
Hipócrates cuando el arte de la medicina es amado también existe un amor a la
humanidad. No puede ser de otra manera.
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