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23 abril 2021

LUCKYS

Hoy voy a hacerle caso a la sabia recomendación que un día me regaló el maestro Jaime Noguerol: escribe sobre tus sentimientos. Algo ciertamente complicado cuando los temas que abordamos en esta columna tienen una impronta marcadamente técnica, y por lo tanto, más árida y menos literaria. 

El mérito de los buenos comunicadores científicos radica precisamente en hacer atractivo y comprensible el contenido de sus informaciones. Intentamos aprender de ellos, aunque casi siempre nos quedemos muy lejos del objetivo. 

Estos días estamos muy apesadumbrados. Hemos asistido al acto final de la ceremonia de la vida de nuestra pequeña Luckys, una dulce y bondadosa perrita que nos ha acompañado durante 17 primaveras, el tránsito de la vida a la muerte, indefectiblemente ligado a nuestra existencia como seres vivos. Porque algún día también nos extinguiremos, como lo hacen las civilizaciones, las estrellas, las galaxias. 

Y hoy me acuerdo más que nunca de esa pequeña motita azul pálido en la inmensidad del espacio, el planeta Tierra, albergando todo lo que somos, lo que hemos sido y lo que de momento seremos. 

Inmersos aún en la pandemia de COVID-19, esperanzados por el efecto de las vacunas en nuestra inmunidad particular y colectiva, contabilizamos todavía demasiados enfermos y difuntos. Los especialistas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) nos alertan sobre la salud mental y las necesidades de apoyo psicosocial de nuestros prójimos, una consecuencia directa de tanto sufrimiento colectivo con fronteras que se extienden más allá del ámbito sanitario, con dolorosas consecuencias económicas y sociales. 

Muchos somos los que hemos sobrellevado semejante desasosiego gracias a la compañía especial de estos familiares a los que llamamos mascotas. La Asociación Americana de Salud Mental revela que el 80% de las personas que conviven con un perro o un gato reconocen su inestimable apoyo emocional. Un 66% de ellas estima que su compañía ha aliviado su estrés, y en un 55% de las ocasiones, su ansiedad y depresión se han visto notablemente reducidas. 

Los expertos hablan de seguridad ontológica, una referencia al sentido de orden y continuidad derivados de la capacidad de las personas para darle sentido a su propia existencia, y así mantener una visión positiva de si misma, del mundo y del futuro. Porque responsabilizarse del cuidado de estos extraordinarios seres, de su alimentación y su bienestar alivia los problemas de los propios cuidadores. Si además éstos tienen problemas de salud mental, los animales de compañía contribuyen a darle un mayor sentido a su identidad propia. 

Los ancianos, los niños con TDAH, las personas con trastornos del espectro autista se pueden beneficiar, y mucho, del cuidado de una mascota. Gracias, pequeña Luckys, por tu alegría, por tu fidelidad. Por tu amor incondicional. Nunca te olvidaremos.


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