Todavía vive el incombustible pianista Huey Piano Smith, nacido en Nueva Orleans en 1934. Los musicólogos lo consideran uno de los precursores del rock and roll. En 1957 compuso una canción muy peculiar: Rockin´ Pneumonia and the Boogie Woogie Flu.
Sostiene Aloysius que tan eufónico título representa una clara referencia a la epidemia de neumonía atípica y gripe asiática que azotó a los Estados Unidos durante el bienio 1957-1958. Esta pegadiza tonada alcanzó el éxito en las listas de las canciones más populares en Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, y de ella existen múltiples versiones, desde Johnny Rivers hasta los míticos The Band, pasando por Aerosmith, The Flamin´ Groovies, Grateful Dead, James Booker y el Professor Longhair.
Retornando al mundo de la medicina, aquella neumonía se denominó atípica al estar causada por agentes poco habituales en el origen de dicha enfermedad. Entonces Streptococcus pneumoniae provocaba la forma más común y conocida de las neumonías bacterianas, caracterizada por sintomatología respiratoria y la presentación radiográfica de una consolidación lobar pulmonar.
Precisamente el apelativo atípica se debió a los síntomas poco habituales que presentaban aquellos enfermos, como fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares generalizados y una profusa sudoración, con un patrón radiográfico bronconeumónico. Otra de sus características era su resistencia a los tratamientos habituales, como sulfamidas y penicilinas.
Los patógenos relacionados con las neumonías atípicas fueron encuadrados dentro de una especie de cajón de sastre: bacterias como clamidia, coxiella, francisella, legionella y micoplasmas, pero también algunos hongos y protozoos. Dentro de los virus, fueron implicados el virus respiratorio sincitial (VRS), los virus influenza A y B, adenovirus, virus parainfluenza, sarampión y más recientemente los causantes del SARS, MERS y Covid-19.
Por su parte, la gripe asiática fue un brote pandémico del tipo 2 del virus de la influenza A, originado en Singapur en los albores de 1957. En febrero de ese mismo año, resultante de mutaciones del virus de la influenza aviar A, cuyo reservorio natural eran los patos silvestres, en el este de Asia surgió un nuevo híbrido de influenza A, el H2N2.
La pandemia se extendió por Hong Kong y desde allí saltó a las ciudades costeras occidentales de los Estados Unidos, durante el verano de 1957. Las víctimas mortales oscilaron entre 70000 y 116000, mientras que a nivel global la gripe asiática se llevó por delante entre 1 y 4 millones de prójimos, con una tasa de mortalidad aproximada del 0.6%.
Como ahora, en 1957 se desarrolló una vacuna específica para contener aquella pandemia. ¿Se imaginan una canción triunfando en las listas de éxitos musicales actuales basada en los estragos provocados por la pandemia de Covid-19? Tiempo al tiempo.
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