Asistiendo como alumno a un máster de gestión sanitaria me llamó poderosamente la atención la siguiente anécdota: en un centro comercial, una empresa especializada en la comercialización de pizzas rápidas decidió realizar una jornada de puertas abiertas, ofertando para ello raciones de sus productos de manera totalmente gratuita; mientras algunos clientes solamente aceptaron las porciones necesarias para satisfacer su apetito, otros muchos acapararon trozos y más trozos de pizza gratis, aunque luego no pudieran comérselos. Lo más llamativo de este ejemplo es que para los estudiosos de la conducta humana lo normal es aprovecharse. Parece ser que el hombre evoluciona gracias a su capacidad de engañar y a su egoísmo. Tal vez fueron Darwin y sus discípulos los que proporcionaron el suficiente empaque científico a la terrible teoría de que sólo sobreviven los más fuertes. Y en la lucha por la supervivencia todo vale: homo homini lupus, que diría Thomas Hobbes. Observé un comportamiento similar en aquellos prójimos que un Día del Árbol hacían cola delante de la entonces Consellería de Medio Ambiente. Se procedía al reparto gratuito de unos arbolitos autóctonos de Galicia y muchos espabilados acopiaban varios ejemplares que de seguro nunca fueron plantados. Hete aquí de nuevo la golosa fascinación del todo gratis. Los partidarios del copago en sanidad se basan precisamente en este argumento principal de la perversidad de la gratuidad como motor del abuso de unos recursos sanitarios siempre limitados en los presupuestos comunitarios. Traigo a colación estas reflexiones a propósito de la oferta de la Consellería de Sanidade de la Xunta de Galicia de la anticoncepción postcoital de emergencia, la popular píldora del día después, de manera gratuita a todas las posibles usuarias del SERGAS. La finalidad resulta muy plausible por tratarse de una medida encaminada a la prevención de las gestaciones no deseadas y a la reducción de las interrupciones voluntarias de embarazo (IVE). Según datos obtenidos a partir de las estadísticas del Ministerio de Sanidad, durante el 2004 en España la tasa de IVE por cada 1000 mujeres menores de 20 años se situó en 10.57, alcanzando el 15.37 en las mujeres con edades comprendidas entre 20 y 24 años. Meritoria es también la llamada de atención a las mujeres gallegas, puesto que este método sólo debe utilizarse bajo estricta prescripción médica y en ocasiones esporádicas y específicas; queda claro que no es un método de planificación familiar, aunque estemos hablando de un medicamento esencial para la OMS. |
He estado recogiendo los comentarios a favor y en contra de esta medida. Entre los escépticos emerge la idea de que al tratarse de una anticoncepción de emergencia, la usuaria debería tomarse esta medicación en el mismo momento de solicitarla, bajo la correspondiente supervisión facultativa. Insistimos aquí en que su efectividad se reduce cuanto más separados están el momento del coito sin protección y la ingesta de la píldora (inútil si ya hubieran transcurrido 72 horas). De esta manera además se evitaría la posible picaresca de algunas usuarias que irían a beneficiarse de un tratamiento gratuito haciendo acopio del mismo o solicitándolo en el lugar de alguna compañera más apocada.
La Consellería se ha gastado 130000 euros para financiar 65000 paquetes de esta medida anticonceptiva. Durante el 2005, en Asturias se adquirieron 10000 dosis para todo el año, de las cuales el 36.5% se consumió entre julio y octubre; ya saben, los meses de verano, la mayor afluencia turística y el efecto llamada del programa de dispensación oficial gratuita. En su último y más reciente sofisma, sostiene Paridinus que todo método anticonceptivo es en realidad postcoital, pues para que haya gestación primero tiene que haber habido un coito, ¿o no?.
La Consellería se ha gastado 130000 euros para financiar 65000 paquetes de esta medida anticonceptiva. Durante el 2005, en Asturias se adquirieron 10000 dosis para todo el año, de las cuales el 36.5% se consumió entre julio y octubre; ya saben, los meses de verano, la mayor afluencia turística y el efecto llamada del programa de dispensación oficial gratuita. En su último y más reciente sofisma, sostiene Paridinus que todo método anticonceptivo es en realidad postcoital, pues para que haya gestación primero tiene que haber habido un coito, ¿o no?.
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