NAMOR, el superhéroe de MARVEL COMICS
El eterno debate: ¿qué fue primero, el huevo o la gallina?; ¿qué importa más, la dotación genética o la influencia del medio?
El hombre pez
Michael Phelps vino al mundo armado con una provisión genética repleta de excelentes cualidades para la natación. En ausencia de estos mimbres, nunca podría haber desarrollado esa estructura corporal ideal para desenvolverse libremente dentro del agua.
Sin embargo, sería necesario un duro, intenso y prolongado proceso de entrenamiento y aprendizaje para modelar su anatomía anfibia: en hombros y tórax, potentes músculos deltoides y pectorales, sin fibras hipertrofiadas que le harían ganar una masa muscular innecesaria para su cometido (sus brazos son remos, no palancas). Y a nivel del brazo, cinceladas las porciones larga y corta del biceps braquial, el músculo flexor del brazo por excelencia, apoyado por el desarrollo ortodoxo de los músculos coracobraquial y braquial anterior.
La musculatura hipertrofiada de Namor
Aunque el príncipe Namor disponía de branquias para respirar debajo del agua, en una hipotética competición en piscina corta contra Michael Phelps, yo apostaría decididamente por el nadador norteamericano.
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