Existe un estupendo y vistoso blog sobre la experiencia vital de un niño autista:
Me explico. Las películas, al contarnos algunas historias protagonizadas por enfermos y enfermedades mentales, suelen columpiarse con frecuencia. Tal vez esto se deba a que están realizadas para ganar dinero y los argumentos truculentos generan mayores audiencias. Identificar asesinos en serie y psicópatas con pacientes psicóticos y esquizofrénicos es un error frecuente.
Algo similar ha ocurrido con el tratamiento recibido en las pantallas cinematográficas por los pacientes con autismo. Si me permiten una frivolidad cinéfila, yo sitúo en el polo positivo al film serbio “Sueño de una noche de invierno” y en el negativo a la oscarizada “Rain Man”. No me parece justo el tratamiento que se le da a la enfermedad autista cuando el autor no es capaz de penetrar más allá de la anécdota, cuando se centra sólo en las extraordinarias habilidades artísticas que pueden presentar algunos de estos pacientes.
La cadena BBC suele regalarnos valiosas gemas en forma de extraordinarios reportajes de trasfondo social. “Los 7 magníficos”, de Sandy Welch es uno de ellos. Cuenta la vida de una denodada madre, encargada de bregar diariamente con 7 hijos, 4 de ellos autistas. Ando por ahí persiguiendo una copia del mismo.
Mientras tanto, ha llegado a mis manos el "Protocolo Sanitario para pacientes con Autismo", editado por Autismo Galicia en colaboración con nuestra Consellería de Sanidade. Según las estadísticas, el autismo es un síndrome que puede afectar a 5 de cada 1000 niños, caracterizado por una desorganización del desarrollo cerebral y que provoca el deterioro de su comunicación e integración. Comienza a notarse a partir del 2º - 3º año de vida, y su forma de presentación es muy variable, desde los casos más graves en los que el enfermo no llega a hablar nunca, afectado por conducta repetitivas, autolesivas y agresivas, hasta casos que permiten una vida normalizada. En el cerebro de estos pacientes, hay unas áreas con un funcionamiento neurológico extraordinario, mientras otras permanecen silentes.
Aunque parezca un sofisma, el paciente con un “trastorno del espectro autista” (TEA) puede sufrir las mismas enfermedades que los demás; como personal sanitario debemos tomar cumplida nota, pues algunas descompensaciones del cuadro autista pueden ser debido a otros síntomas físicos enmascarados, como por ejemplo un dolor de muelas o un síndrome febril de etiología infecciosa. Conocer cómo tratarlos es fundamental. Mis felicitaciones por la iniciativa.