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08 octubre 2008

PERSONAS SIN HOGAR


"HOMELESS IN SUGAMO 2" imagen de jamesfisher,
Flick TM

Perdonen si me adelanto, pero ahí va la primicia: los próximos días 15 y 22 del corriente mes, la Cruz Roja de Ourense organizará unas jornadas sobre las personas sin hogar, a las que amablemente he sido invitado como ponente. Existen muchas palabras para definir a estos semejantes nuestros, la mayoría erradas o despectivas, como transeúntes, vagabundos, mendigos, sujetos sin techo… El término sin hogar resulta más adecuado, pues un hogar supone algo más que dormir, comer o vivir bajo cubierto. Supone condiciones de vida, de intimidad, incluso la posibilidad de establecer lazos afectivos. Hay hogares formados por un solo individuo, y hay muchos individuos sin hogar que viven bajo el mismo techo. Ustedes me entienden.



Con anterioridad, desde las páginas de La Región y desde este blog personal he reflexionado sobre la problemática de este colectivo. Son esos prójimos condenados por la sociedad a una precaria subsistencia en los sótanos más profundos de la exclusión y de la marginalidad. Padecen una enfermedad comunitaria, y como tales enfermos, son objetivo terapéutico de la medicina de atención primaria.

Según impersonales datos estadísticos, aproximadamente residen en España unas 30000 personas sin hogar, pero son más de 250000 las que ocupan viviendas deficientes. Un dato ilustrativo: según informes de la oficina del Defensor del Pueblo Andaluz, tan solo en esa Comunidad Autónoma viven entre 5000 y 10000 personas sin hogar. En general, rompiendo tabúes desinformativos, vemos que alrededor del 10% ha realizado estudios universitarios, y que 2 de cada 3 han cursado la enseñanza secundaria. Alrededor del 30% son abstemios y nunca han consumido drogas. El 20% padece enfermedades mentales, patología mucho más prevalente entre las mujeres. Aquí se llevan la palma la esquizofrenia, el trastorno bipolar y las toxicomanías.


A día de hoy todavía existen múltiples barreras para que estas personas puedan acceder libremente a los servicios sanitarios. En el 90% de las ocasiones, el sistema de salud es el culpable de esta situación, debido a la descoordinación sociosanitaria o a determinados problemas burocráticos (ausencia de DNI, tarjeta sanitaria o empadronamiento). El personal sanitario es reponsable en el 5% de los casos, debido a los prejuicios asistenciales provocados por el trato con pacientes marginales, desaseados, alcohólicos o drogadictos. Pero en otro 5%, la propia persona sin hogar, por su propia existencia desestructurada sólo acude a los servicios sanitarios en situaciones de urgencia.


¿Cómo mejorar? Potenciando los servicios asistenciales itinerantes, prestando una atención individualizada y favoreciendo el trabajo del voluntario acompañante. Seguiremos informando.

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