Por el título, estas reflexiones pudieran parecer la segunda parte de aquellas otras publicadas en La Región la semana pasada, bajo el mismo epígrafe. Las traemos a colación porque los comentarios de los políticos sobre la salud últimamente no tienen desperdicio. Si el otro día el presidente Evo Morales levantaba su homófono dedo acusador contra las costumbres alimentarias europeas, esta vez ha sido D. José Gomes Temporâo, Ministro de Saúde brasileño el autor involuntario de otra parida.
En Brasil andan estos días más preocupados por la hipertensión arterial que por el fútbol, que ya es decir. La prevalencia de esta patología se ha ido incrementando progresivamente en el país sudamericano. El porcentaje de sus ciudadanos hipertensos alcanza ya casi el 25%. A pesar de que el arsenal terapéutico para reducir las cifras de la presión arterial es cada día más amplio, las medidas preventivas continúan siendo el arma fundamental para combatir esta enfermedad.
En el país de los malabaristas del balón, de las esculturales bailarinas de samba, en aquellas playas donde cada amanecer se reencarna la garota de Ipanema, el Sr. ministro recomendó a sus paisanos que se alimentasen mejor y que practicasen más ejercicio. Y es que la comida basura y la poltrona también se están adueñando de la patria de Lula da Silva.
Como guinda del pastel, Gomes Temporâo recomendó comer cada día 5 piezas de fruta y echar 5 kikis. De esta sutil manera volverán a gozar en el Brasil tropical de unos cuerpos admirablemente esculpidos por la naturaleza. Supongo que entre los frutos más ensalzados estarían la fruta de la pasión, el mango, la piña y el plátano. Consultando a algunos entendidos en la materia me he enterado que los plátanos son muy ricos en potasio y vitaminas del grupo B, necesarias para la síntesis de las hormonas sexuales. La piña tropical es muy rica en vitamina C y parece ser que se emplea en tratamientos homeopáticos contra la impotencia.
Respecto a la actividad sexual, algunos expertos aseguran que cada coito nos hace quemar unas 200 calorías. Echen ustedes cuentas, pero sean prudentes, pues no vayan a terminar ingresados en clínicas especializadas para curarles su adicción al sexo.
Hace unos cuantos siglos, el poeta Petrarca apostaba con unos amigos que si de un millar de enfermos dejásemos la mitad en manos de los médicos, dejando a la otra mitad abandonada a su suerte, éstos últimos tendrían más posibilidades de curarse que los primeros. En esa línea detractora sostiene el insolente Aloysius que los enfermos se curan, a pesar de los médicos. Y de la alimentación. Y del sexo.
Por prudencia yo prefiero quedarme con aquella máxima inglesa: “one apple a day keeps the doctor away”. Una manzana al día, por lo menos. Respecto a lo demás, que cada uno reconozca su capacidad. Y su habilidad.
2 comentarios:
Ni Martes y Trece, ni Cruz y Raya, ni siquiera los geniales Tip y Coll (incluso dejando a Tip solo, por eso de la altura) le llegan a la cintura a la pareja de humoristas Evo y Gomes (también está Hugo, tocando la bocina, pero citar a los Hermanos Marx ya son palabras mayores)...
¡Primero el pollo! ¡Ahora la fruta, según el aprendiz de Grande Covián éste!
Y, lo de la fruta pase... Con un poco de esfuerzo lo haría. Pero lo otro... ¡Huy, qué dolor! ¡Qué irritación! Nada más pensarlo todo se me cae irremesiblemente. Ni que fuéramos Julio Iglesias o Jesulín de Ubrique.
Menos mal, ya que he citado tantos dúos, que tenemos a Gilberto y Veloso. ¡Este si que es un buen dueto! Gracias por dejarlo aquí.
Caricias para Aloysius y un abrazo para ti.
Querido Paco:
Yo a veces también me sonrojo con las recomendaciones televisivas de algunos programas que supuestamente promocionan una vida saludable...
Un abrazo
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