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23 diciembre 2010

NAVIDAD Y SALUD



Me ha pedido Aloysius que sea benévolo, porque estamos en Navidad, una entrañable etapa que se repite cada año y en la que todos nos cargamos de buenas vibraciones, deseos, intenciones… Dicen que durante la Primera Guerra Mundial hasta los más encarnizados enemigos pactaban una tregua por Nochebuena, seguramente los cristianos influidos por sus creencias religiosas, pero con una buena voluntad que también se extendía entre los no creyentes. El sentido más espiritual de estas fiestas ha ido cediendo terreno a la modernidad y al consumismo. Escribo estas líneas el 23 de diciembre, y he visto con mis propios ojos a los tres Reyes Magos deambulando por la Rua do Paseo en Ourense. A buen seguro le están echando un pulso a Papá Noel, encargando con el debido tiempo sus regalos en las zonas comerciales.
Como si fueran pequeñas bolas para adornar un árbol de Navidad virtual, aquí dejo estas sencillas reflexiones, que ni siquiera tengo que compartir, pero que seguramente a algún lector le provocarán el asombro o la curiosidad. Comenzamos. Una de estas tardes escuché en una cafetería un reproche contra la Ley de Dependencia en boca de una persona por la que tengo un aprecio especial. Criticaba la habitual excusa referente a la escasez de medios económicos dedicados a la sanidad. Pensaba que dinero hay, pero que deben reasignarse los recursos. Precisamente en eso andan todas las administraciones públicas. Otro parroquiano recomendaba una mayor flexibilidad en nuestro actual sistema nacional de salud y que todos los usuarios sepan lo que nos cuesta una determinada consulta, un tratamiento, una prueba diagnóstica o una hospitalización. A propósito de estas cuestiones, acabo de leer en la prensa especializada el valor de una fertilización in vitro en los Estados Unidos. Si se emplean los óvulos de la propia mujer, 24373 dólares; si éstos proceden de una donante, el montante asciende a 38015 dólares, y si el procedimiento obtiene el éxito (algo que ocurre en casi el 50% de las ocasiones), la factura final alcanzaría los 76000 dólares.
Otro apunte. Excepto para los pensionistas, en nuestro país existe el copago farmacéutico. En 1980, el conjunto de los españoles pagaba el 17.5% del coste de las medicinas. En el 2010 solamente sufragamos el 5.8%. No puede extrañarnos que las autoridades sanidades anden de cabeza con el gasto farmacéutico. En el número de septiembre de la prestigiosa Revista de Administración Sanitaria, Luis Ángel Otero Ochoa considera inexcusable, palabras textuales la coordinación del Estado con los gobiernos autonómicos para ejecutar políticas de contracción del gasto público. No olvidemos el escenario en el que nos ha tocado movernos, con una población cada vez más envejecida (1 de cada 4 ourensanos supera los 65 años) y una tasa de paro prevista que superará el 20% en el 2011. Yo voy a pedirle a Papá Noel y a los Reyes Magos mucha salud, porque dicen que resulta más barata que la enfermedad. Feliz Navidad.

2 comentarios:

Francisco Doña dijo...

Sí. Feliz Navidad y salud.

mensajes dijo...

Muy buena reflexion !