CREA, INVENTA, IMAGINA... ¡NO COPIES!

Protected by Copyscape DMCA Takedown Notice Violation Search

14 marzo 2012

EL CUENTO QUE CAMBIA CADA DÍA



Los que vamos cumpliendo años en el ejercicio de la medicina, a caballo entre finales del siglo XX (el de la revolución soviética, el nazismo, la guerra incivil española, las dos guerras mundiales, la guerra fría, los viajes espaciales…, pero también el de la Organización Mundial de la Salud, el psicoanálisis, la penicilina, la universalidad de la atención sanitaria, los trasplantes, el SIDA, las ONG sanitarias…) y los albores del XXI (el del futuro, al que tanta atención le prestamos sin saber realmente si algún día llegaremos a contemplarlo) estamos siendo testigos del profundo cambio que las nuevas tecnologías van provocando en nuestra labor profesional cotidiana. Han venido, para quedarse entre nosotros, la historia clínica y la receta electrónica.

Las imágenes digitales hoy en día nos permiten detectar patologías con una nitidez asombrosa, frente a aquellas otras que una vez parecieron borrosas fotografías extraídas de la noche de los tiempos. Y qué decir de la ecografía, herramienta diagnóstica tan valiosa, de la que una vez escuché decir a un experto que se convertiría en nuestras consultas en el fonendoscopio del siglo XXI. O de la resonancia magnética…

También de ese ente fascinante que llamamos Internet, en el que en un instante, con solo pulsar una tecla, podemos acceder a la mayor cantidad de información que jamás hayamos podido soñar. Sostiene Aloysius que un prójimo contemporáneo que no sea capaz de desenvolverse en las nuevas tecnologías informáticas estaría al mismo nivel que aquellos iletrados de las primeras etapas de la imprenta, la era de los incunables, con el agravante añadido que en la sociedad actual resulta mucho más fácil acceder a un ordenador que en aquel entonces a un libro.

Las estadísticas nos indican que en España las páginas más visitadas en Internet son la versión española de Google, la red social Facebook y el archivo de vídeos YouTube. Insiste el tremolante Aloysius que si no apareces en un buscador y no tienes un perfil en una red social, tu entidad personal se estaría disolviendo en el espacio y en el tiempo.

Exageraciones aparte, las cuestiones más buscadas en Internet tienen que ver con el sexo (¡en más del 50% de las ocasiones!), seguidas a mucha distancia por los chismorreos sobre los famosos (8%), el humor (3.7%) y los viajes (3%). Sin embargo, todo lo relacionado con la salud (2.5%) y la música (1.3%) queda a la altura de la más pura y dura meteorología (1.2%). 

A pesar de todo, cada vez son más los pacientes que se sumergen en las procelosas aguas virtuales en la procura de información sobre síntomas, dolencias y tratamientos, debido al fácil acceso, la confidencialidad de la “máquina” y la necesidad de información individualizada.

Pero en Internet escribe cualquiera, incluso un servidor. Filtrar la calidad y la fiabilidad de la información recibida resulta fundamental a la hora de entender lo que hemos buscado. 

Pero este cuento cambia cada día. Aunque aún no he detectado ninguno en mi entorno, los expertos alertan sobre una nueva tipología de pacientes: los hiper-app-frecuentadores, adictos a las aplicaciones sanitarias para móviles (monitorización de calorías, podómetros, dietas, pulsaciones…), que a buen seguro, cuando detecten alguna anomalía en sus aparatos, no querrán abandonar la consulta de su médico sin una respuesta clara y concisa… si es que existe…

No hay comentarios: