Ayer recibí una llamada
telefónica. Al otro lado de se encontraba el ínclito Aloysius. Acaba de ver un
reportaje televisivo sobre la vacuna de la tuberculosis y se mostraba muy
preocupado. Parece ser que la vacunación tradicional apenas desarrolla efectos
protectores contra la vía respiratoria de transmisión de la enfermedad, la más
común y frecuente.
Un grupo de científicos está
trabajando en la procura de una inmunización más efectiva ante el peligroso
bacilo de Koch, cuya capacidad patogénica fue (y es) capaz de diezmar
poblaciones en un pasado todavía reciente.
En esos momentos, andaba yo
revisando unos artículos sobre la búsqueda de nuevos antibióticos… que podrían
permanecer ocultos en los fondos marinos, en los fósiles prehistóricos, incluso
en las bolsas de los marsupiales australianos.
Pues, bien, la industria
farmacéutica se encuentra hoy en día capacitada para el diseño virtual de
medicamentos. El procedimiento, a grandes rasgos, pudiera parecer sencillo:
existen programas informáticos capaces de modificar las moléculas de los
fármacos para encontrar formas de enfrentarse al origen de muchas patologías.
Será muy interesante comprobar
los frutos que aportan estas investigaciones. En tiempos de pesimismo
científico, sobre todo en lo concerniente a la terapéutica médica, a los
anticuerpos monoclonales y la nanotecnología viene a añadirse un nuevo frente
en la lucha contra la enfermedad.
Según el Dr. Magid Abou-Gharbia,
director del Centro de Investigación Farmacológica de la Universidad de Temple (Philadelphia
– Estados Unidos), algunas medicinas jamás se habrían descubierto si no es por
esta metodología. Prueba de su importancia es que cuatro de los gigantes de farmaindustria
están trabajando así (Pfizer Inc., Eli Lilly & Co, Sanofi SA y
GlaxoSmithKline PLC). Los expertos hablan del diseño por estructura.
Otro cantar será la
comercialización de tales productos... Afortunadamente cada día parece más
cercana la llegada de las terapias individualizadas frente al tratamiento
global de cada enfermedad. De momento, nos conformaremos con prevenir, que
sigue resultando muchísimo más barato que curar.