Acaba
de caer en mis manos una edición especial del “Expert Review of Respiratory Medicine” correspondiente al mes de
diciembre de 2011; se trata de una revista especializada en patología
respiratoria. El Dr. Bousquet, del Hospital Universitario de Montpellier, nos
presenta un detallado informe sobre la denominada alianza global contra las
enfermedades respiratorias crónicas.
Me
han llamado la atención unos datos que me gustaría comentar. En el año 2005, según
el informe de la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre las
proyecciones de mortalidad y la carga de las enfermedades, la enfermedad
respiratoria crónica suponía un 7% del total de muertes y un 4% de la carga de
enfermedad, respectivamente. Entonces estos porcentajes ya superaban a los de
la diabetes, una enfermedad con tremenda repercusión social, hasta el punto de
haber sido catalogada como una de las epidemias del siglo XXI.
Según
los expertos, la globalización, la despoblación del medio rural, el desarrollo
urbanístico, en demasiadas ocasiones anárquico, descontrolado y paradójicamente
inhumano, además del envejecimiento poblacional, algo de lo que sabemos mucho
en Galicia y sobre todo en Ourense, contribuyen a una mayor exposición colectiva
a determinados factores de riesgo: la alimentación poco saludable (comida
basura), la inactividad física, el tabaquismo y el consumo abusivo de bebidas
alcohólicas, todos ellos de especial interés al existir medidas preventivas que
han demostrado científicamente su efectividad para contrarrestarlos.
Las
medidas preventivas y de educación sanitaria, destinadas a la modificación de hábitos
no saludables, son baratas y efectivas. Pueden desarrollarse perfectamente
dentro de la atención primaria de la salud. Disminuyen el número de
exacerbaciones de la patología respiratoria crónica, reducen el consumo de fármacos
y evitan la atención en los servicios de urgencia y las hospitalizaciones. En
tiempos de crisis y de ajustes presupuestarios, miel sobre hojuelas.
Dentro
de este tipo se incluyen patologías muy diversas, como por ejemplo la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), el asma,
la rinitis alérgica y no alérgica, la rinosinusitis crónica, el síndrome de
apnea del sueño, la hipertensión pulmonar y las enfermedades respiratorias
causadas por exposición a tóxicos laborales. Ha llegado la primavera.
Ensanchemos nuestros pulmones para dejar que penetre en ellos un aire limpio,
fresco y puro. Y los alérgicos, además de alegrarnos, comencemos a tomar
nuestras precauciones estacionales.
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