CREA, INVENTA, IMAGINA... ¡NO COPIES!

Protected by Copyscape DMCA Takedown Notice Violation Search

16 agosto 2013

ADELGAZANDO OBESOS



Vayan por adelantado mis disculpas a los editores de la prestigiosa revista médica “The Lancet”, por fusilarles parte del título de un artículo publicado recientemente en su edición digital. Sin un optimismo excesivo, aporta noticias esperanzadoras. Y es que, a nivel comunitario, la lucha contra la obesidad comienza a convertirse en una tarea menos complicada que cazar gamusinos. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) llevan tiempo advirtiéndonos del peligro que suponen para nuestra sociedad la obesidad y las enfermedades crónicas asociadas a ella: diabetes tipo II, hipertensión arterial, cardiopatía isquémica y algunos tipos de cáncer. Curiosamente, al revés de lo que ha venido ocurriendo a lo largo de la historia, en nuestros días la obesidad se relaciona con unos menores ingresos económicos. Parece ser que los precios más baratos de los alimentos corresponden a aquellos productos ricos en grasas saturadas, azúcares y sal, y pobres en calcio, hierro, vitaminas y minerales. 

Las familias con mayores recursos económicos pueden acceder, por término medio, a una variedad de 250 alimentos diferentes, mientras que las clases sociales más deprimidas compran apenas 2 decenas de productos alimenticios... 

Retomando el editorial de “The Lancet”, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos han revelado una tendencia a la baja en la prevalencia de la obesidad en niños en edad preescolar pertenecientes a las familias con ingresos económicos más bajos, un grupo de población especialmente vulnerable. A pesar de estos datos esperanzadores, los expertos se quejan de las dificultades que se encuentran a la hora de determinar cuáles son las medidas sanitarias más eficaces para continuar adelgazando a los gordos. 

Los diferentes estados que conforman la potencia norteamericana difieren notablemente en sus políticas de salud pública, en sus programas educativos y de fomento de una alimentación sana y de una actividad física aceptable. 

Hete aquí el primer obstáculo administrativo, que bien podría trasladarse a la Comunidad Europea y, por qué no, a nuestro propio país, con 17 sistemas autonómicos de salud pública desigualmente gestionados. Está demostrado que las medidas más efectivas para combatir la obesidad y su cohorte de enfermedades satélites deben comenzar desde la más tierna infancia. Aquí, una vez más, padres, educadores y cuidadores desempeñan un papel esencial. 

Los expertos recomiendan potenciar el acceso a los campos de juego fuera del horario escolar, agua potable gratuita (evitaría el consumo de bebidas edulcoradas) y almuerzos y meriendas saludables. Pero, para llegar a buen puerto, estas medidas requieren el compromiso decidido de las autoridades locales. 

En su informe de 1993, el Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo concluía que la esperanza de vida al nacer había aumentado en nuestro planeta hasta los 63 años, que la viruela había sido erradicada y que se habían reducido drásticamente los casos de sarampión y poliomielitis. A ver si algún día de un futuro cercano, podemos leer en informes similares noticias tan alentadoras respecto a la lucha contra la obesidad. Apostamos que sí.

No hay comentarios: