Hasta hace apenas unos años, demasiados
trabajos de investigación publicados en las revistas de mayor impacto científico
no habían tenido en consideración determinados sesgos poblacionales; por
ejemplo: la mayoría de los individuos incluidos en los mismos eran varones, la
presencia de las minorías étnicas brillaba por su ausencia, o la participación
era masiva en los EEUU y en los países europeos. Esta circunstancia, de no
haberse corregido, podría poner en tela de juicio los resultados de estos
estudios.
Considerando estas premisas, me
ha llamado la atención un trabajo publicado recientemente en la revista Dynamis (Acta Hispanica ad Medicinae
Scientiarunque Historiam Illustradam), publicación bianual de la Universidad
Autónoma de Barcelona, focalizada en trabajos sobre la historia de la medicina
y la salud y en la historia de las ciencias, escritos en cualquiera de los
idiomas de la Unión Europea.
Los autores, Yolanda Eraso y
Luiz Antonio Teixeira, analizaron la situación de los cánceres del aparato
genital femenino y de la mama en América Latina. Hace varias décadas, cuando
estudiábamos estas patologías en la facultad, existían enormes diferencias en
su prevalencia e incidencia. Por ejemplo, en el caso del cáncer de cuello
uterino, existían grandes diferencias entre las cifras más elevadas de Colombia
y las más bajas de los países escandinavos. Incluso se describían variaciones
significativas entre las propias mujeres norteamericanas de origen africano y
latino respecto a las anglosajonas.
Esta circunstancia ha ido modificándose en los últimos
años, con la aplicación de nuevas políticas sanitarias en materia de salud pública. Argentina y Brasil han desarrollado amplias campañas de detección
precoz del cáncer de cuello uterino basándose en sencillas pruebas diagnósticas
como la citología o la colposcopia.
En Uruguay, los esfuerzos se centraron en
las mejoras en la detección precoz del cáncer de mama, mediante la realización
de mamografías de cribado.
En Brasil, destacan las labores
realizadas en el "Hospital Arístides Maltez", de Bahía. Cabe recordar que ésta
institución, como tantísimas otras dentro de América Latina, abrió sus puertas
a mediados del pasado siglo XX como iniciativa de una organización privada de
tipo filantrópico. En aquellas latitudes, las denominadas Ligas contra el Cáncer
desempeñaron un papel primordial a la hora de obtener recursos para la
construcción y el mantenimiento de todos estos hospitales especializados. En
este aspecto, la puesta en marcha de campañas masivas para realizar citologías del
cuello uterino en las zonas más desfavorecidas de Bahía, fue un objetivo
prioritario para incrementar la efectividad del diagnóstico precoz de esta
patología.
El caso argentino es similar,
hasta la aparición de los sistema nacionales de salud, capaces de garantizar el
acceso universal y la planificación de las políticas sanitarias, actuaciones de
las que han salido claramente beneficiados las mujeres con cánceres de mama y cérvix
uterino, porque la detección precoz permite tratamientos menos agresivos y
mayores índices de supervivencia.
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