La otra tarde se
preguntaba intrigado Aloysius por qué cuando hablamos de cáncer los médicos nos
centramos en los tumores más frecuentes, dejando tal vez de lado a todos esos
otros desconocidos para la gran mayoría de la población. Hoy vamos a referirnos
a ellos, a los cánceres olvidados. Porque en nuestra sociedad de la información
parece que aquello de lo que no se habla no existe. El cáncer en general, como
enfermedad, requiere una serie de tratamientos que intentan eliminar el tumor y
combatir sus síntomas, sean cuál sean sus células originales.
Le explicaba que frente
a los cánceres más comunes se han ido desarrollando campañas de prevención,
fundamentadas principalmente en su diagnóstico precoz pero también en todas las
recomendaciones que nos proponen una vida más saludable. En esta última línea
de actuación se engloban consejos tales como dejar de fumar, moderar la ingesta
de bebidas alcohólicas o incrementar el ejercicio físico para evitar la
obesidad. Un segundo aspecto, más técnico y especializado, se centra en las
campañas sanitarias que tratan de anticipar la detección de determinados
cánceres, como el de cuello uterino, mama y colon.
Resulta obvio que cada
afectado desarrolla una particular vivencia de su enfermedad, y que ésta depende
de muchas circunstancias, no solamente biológicas, sino también sociales y
asistenciales. En este aspecto poco importa si el cáncer más frecuente es el de
pulmón o el de mama que si se trata de una neoplasia de las glándulas
salivares, como el cáncer de parótida que padeció Tito Vilanova, ex-futbolista
del Celta de Vigo y laureado entrenador del Barça.
Hay cánceres típicos
de edades infantiles, especialmente perturbadores por las particulares
connotaciones de la enfermedad de un niño, pero también otros más frecuentes en
la adolescencia, como los tumores de las células germinales, los sarcomas y
osteosarcomas, determinadas leucemias y linfomas. En la edad adulta también podemos
desarrollar neoplasias en tejidos como los testículos aunque su incidencia sea
muy baja (0.4%) y su mortalidad prácticamente nula. El cáncer de mama masculino
es una localización mucho menos corriente que la femenina, si bien ambos
comparten pruebas diagnósticas y tratamientos. Dentro del aparato digestivo, el
cáncer de ano es uno de los olvidados, asociado a determinadas infecciones
víricas oncogénicas, pues gran parte de la atención resulta acaparada por los
cáncer de colon, estómago, hígado y páncreas. Dentro de los cánceres con menor
mortalidad en España, y quizás también por ello menos célebres, están los del
aparato nasofaríngeo, los del tiroides, los del cuello uterino, los de los
labios y la cavidad bucal, los de la vesícula biliar y los cánceres de piel. Y
para que no sigan siendo los olvidados, intentemos no olvidarnos de los olvidados.
No existen las enfermedades. Existen los enfermos, nuestros prójimos.
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