CREA, INVENTA, IMAGINA... ¡NO COPIES!

Protected by Copyscape DMCA Takedown Notice Violation Search

29 junio 2007

BLADERUNNER

RUTGER HAUER en el papel de ROY BATTY
Así, y no de forma separada (tal y como figura en el título de la famosa película futurista), se escribe la palabra utilizada por primera vez en un relato del médico y escritor de ciencia ficción norteamericano Alan E. Nourse. En los años 70, el controvertido y voraz politoxicómano W. S. Burroughs, se basó en el libro de Nourse para escribir un guión destinado a las pantallas con el mismo título. Aquí los "bladerunner" eran unos traficantes de instrumental médico destinado a doctores clandestinos.


El director cinematográfico Ridley Scott compró los derechos de la obra de Burroughs, pero sólo aprovechó el título para designar a los policías encargados de ejecutar a los replicantes, personajes a su vez extraídos de “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?”, obra de otro escritor estadounidense maldito, Philip K. Dick. ¡Vaya galimatías, machiño!

Si a esta altura usted todavía continúa leyendo, entenderá que estas líneas pretenden servir de homenaje a una película de culto sin parangón en su 25 aniversario. Durante 1982, el año de su estreno, supuso un verdadero fiasco en la recaudación de las taquillas de las salas de cine, a pesar de su atractiva estética y del particular abordaje de profundas cuestiones éticas y morales, dependientes de la relación entre el ser humano y otras formas de vida artificial creadas por él mismo. Insignificante dios imitador del estilo bíblico de la imagen y la semejanza, irreverente adorador de los ídolos de la ingeniería genética.

Al igual que las monstruosas creaciones que habitaban “La isla del Dr. Moreau (mitad bestias, mitad hombres), los androides replicantes de “Blade Runner” se rebelaron, adquirieron conciencia, recuerdos y sentimientos propios, llegando incluso a destruir a sus creadores, tal y como nos cuenta la mitología griega que Zeus hizo con su progenitor Cronos (Júpiter contra Saturno, en la de Roma), dioses contra titanes, al fin y al cabo.

En anteriores publicaciones de este blog, (
junio 2005, mayo 2006), se hace referencia a varias cuestiones filosóficas de esta índole. También se mencionaba la rara enfermedad denominada progreria (envejecimiento prematuro que supuestamente afectaba en la película al personaje del diseñador genético J.F. Sebastian). Hasta aquí la ciencia ficción.


Instalada en la realidad de nuestros días, la empresa biofarmacéutica EpiStem se está dedicando a investigar los llamados biomarcadores de cabello arrancado (plinked hair biomarker technology). Para que todos nos enteremos: estudian la expresión genética presente en los folículos pilosos del cuero cabelludo de los pacientes sometidos a tratamientos contra el cáncer.


Sin extraer muestras sanguíneas de estos delicados enfermos, los investigadores podrán conocer, por ejemplo, cuál es la toxicidad de los fármacos antineoplásicos, o las dosis y la frecuencia de administración de los mismos. Y es que resulta que las células troncales ((stem cells) del intestino delgado, de la piel y del cabello se comportan de manera similar. La accesibilidad de los cabellos y la extracción de dichas muestras de forma fácil e indolora, aporta un material fiable y seguro para que los médicos puedan elegir qué tratamiento es el más eficaz para cada paciente, en cada momento evolutivo de su enfermedad.

Roy Batty, el poderoso replicante rubio protagonista de “Blade Runner”, tiene ya 25 años. Son muchos más que él mismo habría soñado…; …¡y que cumpla muchos más…!

No hay comentarios: