HEAD FULL OF SMILES - FERGUS MAYHEW
Tiene el idioma gallego muchas y divertidas peculiaridades, especialmente notables en determinadas zonas de nuestras costas, cuyos habitantes emplean el seseo como simpático deje al hablar. Allá por el siglo pasado, andaba yo estrenando mis primeros guantes de látex en un servicio de urgencias, cuando una tarde me tocó atender a una paciente ginecológica que acudía ciertamente apurada. Desde que se le había retirado la regla, toda la culpa de sus males se centraba en unos incómodos “calorasos” que apenas la dejaban descansar por las noches, impidiéndole llevar una vida normal. Curiosamente, en aquella jornada guardia también tuvimos que atender a una paisana suya, aquejada de unos insoportables “picasos” en sus partes íntimas. Sostiene el atribulado Aloysius que múltiples y variados son los trastornos que nuestras sufridas compañeras han de padecer por el simple y único hecho de poseer dos cromosomas X.
Traigo a colación esta anécdota para introducir el debate que todavía sigue suscitando el empleo de la terapia hormonal sustitutiva (THS) en el tratamiento de los síntomas climatéricos. La paisana de los “calorasos” hacía muy bien en quejarse, pues la menopausia provoca en 1 de cada 4 españolas trastornos importantes en su vida cotidiana. Son datos aportados por la Dra. Cancelo, del Hospital Universitario de Guadalajara, en el recién finalizado XXIX Congreso de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). En el transcurso de sus sesiones, los especialistas abogaron por un tratamiento individualizado de la menopausia, según la sintomatología presente en cada caso, sin olvidar que el efecto placebo es capaz de corregir los incómodos síntomas en un 30% de las ocasiones. Y allí también volvieron a debatir sobre la utilidad de los estrógenos a dosis bajas, solos o en terapia combinada, para corregir los sofocos y la perturbadora sudoración nocturna.
La controversia sobre el empleo de estos fármacos de nuevo se aupó a las mesas de discusión; por ejemplo: cuánto duran los efectos una vez suspendida la medicación, cuál es la relación de los estrógenos con una mayor frecuencia de cáncer de mama o cómo se incrementan las enfermedades vasculares cerebrales y cardíacas vinculadas a esta terapia. Tampoco existen otras alternativas exitosas, presentando las isoflavonas de soja resultados más bien discretos en los estudios de medicina basada en la evidencia.
Como en muchos otros capítulos de la ciencia de sanar, una vez más el médico deberá de digerir todos los conocimientos que a diario le proporcionan múltiples fuentes de información (guías, simposios, manuales, foros de expertos, libros, separatas, monografías, artículos, revisiones, meta-análisis, compilaciones, páginas web…), para una vez asimilados, ser capaz de asesorar a sus pacientes sobre cuál es la mejor opción terapéutica, teniendo en cuenta su capacidad de decisión y autonomía, y los criterios racionales en el uso de los medicamentos. Caliente, caliente…
Y es que según se espera que venga la caloría de este inminente verano, me temo que muchos seremos los ourensanos que tendremos que soportar los “calorasos” del futuro estío. Porque a los fastidiosos “picassos”, que desaprensivamente se dedican a estropear los edificios públicos y privados con sus esprays do carafio, ya los llevamos aguantando desde hace demasiado tiempo.
Traigo a colación esta anécdota para introducir el debate que todavía sigue suscitando el empleo de la terapia hormonal sustitutiva (THS) en el tratamiento de los síntomas climatéricos. La paisana de los “calorasos” hacía muy bien en quejarse, pues la menopausia provoca en 1 de cada 4 españolas trastornos importantes en su vida cotidiana. Son datos aportados por la Dra. Cancelo, del Hospital Universitario de Guadalajara, en el recién finalizado XXIX Congreso de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). En el transcurso de sus sesiones, los especialistas abogaron por un tratamiento individualizado de la menopausia, según la sintomatología presente en cada caso, sin olvidar que el efecto placebo es capaz de corregir los incómodos síntomas en un 30% de las ocasiones. Y allí también volvieron a debatir sobre la utilidad de los estrógenos a dosis bajas, solos o en terapia combinada, para corregir los sofocos y la perturbadora sudoración nocturna.
La controversia sobre el empleo de estos fármacos de nuevo se aupó a las mesas de discusión; por ejemplo: cuánto duran los efectos una vez suspendida la medicación, cuál es la relación de los estrógenos con una mayor frecuencia de cáncer de mama o cómo se incrementan las enfermedades vasculares cerebrales y cardíacas vinculadas a esta terapia. Tampoco existen otras alternativas exitosas, presentando las isoflavonas de soja resultados más bien discretos en los estudios de medicina basada en la evidencia.
Como en muchos otros capítulos de la ciencia de sanar, una vez más el médico deberá de digerir todos los conocimientos que a diario le proporcionan múltiples fuentes de información (guías, simposios, manuales, foros de expertos, libros, separatas, monografías, artículos, revisiones, meta-análisis, compilaciones, páginas web…), para una vez asimilados, ser capaz de asesorar a sus pacientes sobre cuál es la mejor opción terapéutica, teniendo en cuenta su capacidad de decisión y autonomía, y los criterios racionales en el uso de los medicamentos. Caliente, caliente…
Y es que según se espera que venga la caloría de este inminente verano, me temo que muchos seremos los ourensanos que tendremos que soportar los “calorasos” del futuro estío. Porque a los fastidiosos “picassos”, que desaprensivamente se dedican a estropear los edificios públicos y privados con sus esprays do carafio, ya los llevamos aguantando desde hace demasiado tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario