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20 abril 2009

RESVERATROL



Hace algún tiempo, Aloysius el sibarita me regaló un breve libro de Philippe Delerm titulado “El primer trago de cerveza y otros pequeños placeres de la vida”. Con permiso, recomiendo su lectura a los melancólicos y a los optimistas. Los pequeños placeres de la vida. Cierta mañana, un longevo paciente ourensano me reveló que tal vez, tras estos modestos goces, permanezcan ocultas las fuentes ignotas de la salud y la felicidad. Una idea sugerente que me hizo cavilar. Me lo estaba asegurando un nonagenario en pleno uso de sus facultades mentales. Me contó que el único alcohol que había tomado durante toda su vida se limitaba a una copa de buen vino tinto con las comidas. Una costumbre, una licencia que duraba décadas.

He escuchado muchas veces a Neil Diamond, y más tarde a UB40, cantar las excelencias del vino en “Red red wine”. Ahora, recientes y prestigiosas investigaciones parecen corroborar el supuesto papel benéfico para la salud cardiovascular de algunas sustancias presentes en él. Concretamente nos estaríamos refiriendo a los taninos, componentes naturales que proceden de la maceración de la piel de las uvas negras. Ahí radican también otros compuestos químicos (ácidos fenólicos, flavonoides y resveratrol), valiosos antioxidantes, capaces de prolongar la longevidad y la calidad de vida humanas.

El resveratrol no es exclusivo de las uvas. Otros alimentos son ricos en él, como las ostras y los frutos secos, especialmente nueces y cacahuetes. En un futuro no muy lejano podría convertirse en una potente arma preventiva para combatir el cáncer y la obesidad. Pero, ¿dónde está el truco? De cada litro de vino tinto se extraen aproximadamente entre 1.5 y 3 milígramos de resveratrol. Las dosis terapéuticas barajadas para un hombre de 70 kilogramos harían necesario el consumo diario de 750 a 1500 botellas de vino, una barbaridad digna de los descomunales Gargantúa y Pantagruel. Sin lugar a dudas, la síntesis farmacéutica nos aportará la solución práctica. Ya he podido constatar la amplia oferta de píldoras de este antioxidante en Internet.

Para finalizar, el luciferino Charles Baudelaire, como exégeta de la ebriedad, dejó escrito en “Las Flores del Mal”: “Mueble dulce en secretos, lleno de cosas ricas: vinos, perfúmes, néctares, que harían delirar mentes y corazones”. Líricas aparte, no debemos olvidar que el vino es una bebida alcohólica, y que consumos que superen los 30 gramos de etanol diarios podrían causar serios problemas de salud, afectando al correcto funcionamiento de hígado, cerebro y corazón.

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