En la gresca política habitual, las alusiones a la genética de los partidos políticos se está poniendo de moda. Rubalcaba identificaba en los cromosomas del Partido Popular la ubicación ancestral de los genes machistas. Días después Esteban González Pons pasó al contraataque, acusando a los socialistas de portar la traición en su herencia genética, al sospechar que el PSOE continúa manteniendo negociaciones secretas con el entorno de ETA.
Hace un año más o menos, científicos del Instituto Gladstone (EEUU) especialistas en el estudio de las enfermedades cardiovasculares, descubrieron un factor genético común clave en la evolución del corazón humano y de los reptiles, ambos con cuatro cavidades, dos aurículas y dos ventrículos.
Existe una proteína específica encargada de activar el mecanismo formador de estos corazones. Los reptiles también poseen un gen específico, denominado Tbx5, encargado de modelar sus arterias coronarias, y cuya presencia está relacionada además con la aparición de enfermedades congénitas del árbol coronario en el ser humano.
Genes, reptiles, políticos, corazones... Ya lo decía Don Francisco de Quevedo: "los que con el corazón se quieren sólo con el corazón se hablan".
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