La otra noche tuve la
oportunidad de compartir mesa y mantel con dos estupendos amigos, el Doctor Manuel
Garrido Valenzuela, de vuelta una vez más de sus queridas tierras bolivianas, y
Javier González Lamelas, parafraseando a Graham Greene nuestro hombre en
Chandrexa, entusiasta capitán de esa nao Eurisaces que navega viento en popa, a
toda vela, por los procelosos mares editoriales.
Por obvias cuestiones digestivas, sostiene Aloysius que cuando dos médicos se juntan para cenar nunca
deberían hablar de enfermedades. Por llevarle la contraria, en medio de la
charla surgió una patología, el dengue. Comentaba el Doctor Garrido que uno de estos brotes epidémicos se había desatado en el departamento de Santa Cruz de la Sierra, con centenares
de casos de enfermedad clásica y algunos aislados de la terrible variedad
hemorrágica.
Casualidades de la vida, el pasado 7 de abril celebramos el Día
Mundial de la Salud, este año dedicado a las enfermedades transmitidas por
vectores, insectos, como moscas, mosquitos, pulgas y garrapatas, pero también
otros organismos, como los caracoles de agua.
Nombres como malaria, paludismo,
dengue, enfermedad de Chagas, enfermedad del sueño, fiebre amarilla… en la
infancia sirvieron para transportarnos con la imaginación a lejanas tierras
salvajes inexploradas, a junglas de vegetación lujuriante, a ignotos manglares
y a ciénagas tropicales infestadas de insectos y parásitos.
Años, más tarde,
sobre los pupitres de la facultad, aprendimos más sobre estas patologías poco
frecuentes en nuestro entorno, pero causantes de gran mortandad en sus zonas endémicas.
Destacar que la Medicina Tropical y Salud Internacional ha tenido siempre
grandes especialistas españoles, no todo iba a ser negativo después de varios siglos de
colonialismo.
La causa del dengue o fiebre
quebrantahuesos, por la afectación dolorosa de las articulaciones, es un
virus transmitido por la picadura de mosquitos, principalmente del género Aedes aegypti. A nivel mundial, entre 50
y 100 millones de personas padecen cada año esta enfermedad. Alrededor de 1
millón de prójimos necesitan hospitalización para tratar sus formas más graves,
de fiebre hemorrágica. Su mortalidad ronda el 2.5% y hasta existen casos raros de superinfecciones
provocados por una especia de pecado original antigénico, cuando el sistema
inmunitario no es capaz de responder adecuadamente a la infección viral.
La
banda ecuatorial y tropical de este planeta alberga las naciones más afectadas
por el dengue: Brasil, Colombia, Paraguay, Perú y Venezuela en América Latina,
y en África en Camerún, Gabón, Nigeria, Congo, Sudán, Kenia y Tanzania. También
hay dengue en el subcontinente indio, en el Noreste de Australia y en el Lejano
Oriente.
Hace décadas, los mosquitos viajaban desde sus países de origen en los
barriles de agua que transportaban las bodegas de los barcos. Hoy en día, la
globalización también tiene estos inconvenientes. Y el próximo Mundial de Fútbol
en Brasil ha puesto en alerta a las autoridades sanitarias. Deseamos ganarle al
dengue por goleada.
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