Antes las postales venían por correo ordinario, te las entregaba el cartero con su estampilla bien matasellada y llegaban desnudas de sobre, para que todo el mundo supiera desde donde te escribían cada verano tus amigos.
Ahora las nuevas tecnologías son capaces de llenar en un instante tu buzón virtual con variopintos mensajes electrónicos.
He recibido una postal que muestra a un niño supuestamente ruso posando en compañía del Pato Donald como en tantas otras instantáneas que padres e hijos se traen de Eurodisney o de Disneylandia a modo de entrañable souvenir. El muchachito va vestido con una camiseta roja de sisas en la que se intuye la leyenda CCCP. Va tocado con un gorro invernal de astracán con el escudo de las fuerzas armadas de la antigua Unión Soviética. Tanto él como su mascota portan unas botellas de vodka: Absolut (sueca) en el caso del palmípedo y Kremlin (¿rusa?) en la del infante. Si uno intenta entrar en la página web de esta popular bebida alcohólica nórdica se encuentra con una advertencia legal que limita el acceso a los menores.
El pasado 17 de julio de 2005 los medios de comunicación se hacían eco de una insólita noticia; dos policías de paisano descubrieron a una niña de 2 años bebiendo cerveza en el malagueño barrio de Portada Alta y que además mostraba signos inequívocos de embriaguez. Al ser requeridos los irresponsables padres de la criatura éstos contestaron a los agentes del orden que solían darle cerveza a su hija para que se estuviera calladita y no les molestara.
El pasado 17 de julio de 2005 los medios de comunicación se hacían eco de una insólita noticia; dos policías de paisano descubrieron a una niña de 2 años bebiendo cerveza en el malagueño barrio de Portada Alta y que además mostraba signos inequívocos de embriaguez. Al ser requeridos los irresponsables padres de la criatura éstos contestaron a los agentes del orden que solían darle cerveza a su hija para que se estuviera calladita y no les molestara.
El resultado de la alcoholemia del bebé fue de 0.10, tal y como reflejaron las analíticas que le practicaron en el hospital.
Todavía no hace mucho tiempo que en ciertos ámbitos de nuestra geografía a los niños se les daba alcohol con las más peregrinas finalidades: ¿se acuerdan ustedes del inusitado vigor que proporcionaban a los desayunos infantiles las sopas de burro cansado o del denodado combate de nuestras abuelas contra la anemia a base de copitas de vinos quinados con nombre de Santa?.
Todavía no hace mucho tiempo que en ciertos ámbitos de nuestra geografía a los niños se les daba alcohol con las más peregrinas finalidades: ¿se acuerdan ustedes del inusitado vigor que proporcionaban a los desayunos infantiles las sopas de burro cansado o del denodado combate de nuestras abuelas contra la anemia a base de copitas de vinos quinados con nombre de Santa?.
Lamentablemente no podemos elegir en qué familia nacemos.
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