Boursier-Mougenot Célest: From here to ear
Casi convertido el SIDA en una enfermedad crónica (me refiero al núcleo de la enfermedad, una vez aislada y separada de su espesa costra formada por la pobreza y la injusticia social), mientras expectante aguardo los avances en la medicina genética y en la nanomedicina, los millones de minúsculos seres que comparten este ubérrimo planeta con el hombre siguen luchando para sobrevivir.
La supervivencia del virus de la gripe pasa por la extinción de otras especies (¿superiores?). Por si fuera poco, en lo que llevamos de año la humanidad ha padecido los efectos devastadores de 14 huracanes. ¿Tiene la culpa el calentamiento progresivo de nuestros océanos?.
Las fuerzas telúricas matan tanto o más que los microorganismos; pero mientras todo este desaguisado se soluciona, y vuelven a enriquecerse las acaudaladas arcas de la industria farmacéutica, voy a recomendarle la vacuna de la gripe aviar a mis enternecedores amigos plumíferos: el Pato Lucas, el Gallo Claudio, Donald, Daysi, Jaimito, Jorgito y Juanito...e incluso al Tío Gilito (por aquello de que los ricos también lloran).
A veces puede dar la impresión de que la Medicina avanza por modas; desde mediados del siglo XIX pudiera parecer que la Epidemiología no acaparaba esta rabiosa actualidad. Y hablo de Epidemiología como la vieja ciencia que estudia las epidemias, aquella de los tiempos pioneros de Jenner y Pasteur, la del amor en los tiempos del cólera, la que borró del mapa las procesiones de penitentes que le imploraban a sus dioses que pusiera fin a la peste medieval.
Casi convertido el SIDA en una enfermedad crónica (me refiero al núcleo de la enfermedad, una vez aislada y separada de su espesa costra formada por la pobreza y la injusticia social), mientras expectante aguardo los avances en la medicina genética y en la nanomedicina, los millones de minúsculos seres que comparten este ubérrimo planeta con el hombre siguen luchando para sobrevivir.
La supervivencia del virus de la gripe pasa por la extinción de otras especies (¿superiores?). Por si fuera poco, en lo que llevamos de año la humanidad ha padecido los efectos devastadores de 14 huracanes. ¿Tiene la culpa el calentamiento progresivo de nuestros océanos?.
Las fuerzas telúricas matan tanto o más que los microorganismos; pero mientras todo este desaguisado se soluciona, y vuelven a enriquecerse las acaudaladas arcas de la industria farmacéutica, voy a recomendarle la vacuna de la gripe aviar a mis enternecedores amigos plumíferos: el Pato Lucas, el Gallo Claudio, Donald, Daysi, Jaimito, Jorgito y Juanito...e incluso al Tío Gilito (por aquello de que los ricos también lloran).
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