"Recuerdo lo que no quisiera recordar, y en cambio no puedo olvidar lo que quisiera dar al olvido..." MARCO TULIO CICERON. Y todo esto es así porque los dioses no conocen la memoria y los hombres son capaces de convertir el destino en recuerdo...
Dijo Thomas Bernhard: "uno nunca sabe quién es. Son los demás los que le dicen a uno quién y qué es ¿no? Y como esto uno lo oye millones de veces en su vida, por poco que ésta sea larga, acaba por no saber en absoluto quién es. Todos dicen algo distinto. Incluso uno mismo está siempre cambiando de parecer".
Me he estado mirando en muchos espejos durante los últimos años. No por vanidad, sino para poder afeitarme. He cambiado y no sé quién soy: ¿el muchacho de las fotografías o el hombre que se mira en el espejo?. ¡Cómo cambiamos!...; y sin apenas darnos cuenta. Si eso le ocurre a nuestra imagen, ¿qué le puede estar ocurriendo a nuestro interior?.
A propósito de los espejos, sentenciaba el poeta Rafael Pérez Estrada estos aforismos:
Los adolescentes buscan huellas de besos en los espejos.
¿Qué hacen los espejos cuando nadie los mira?.
El espejo es el principio de la teoría del conocimiento.
El amante espera que el espejo le devuelva el positivo de la amada.
En la última noche, el muchacho se miró en el espejo y advirtió su ausencia.
Siguiendo con Juan José Millás, comentaba en su habitual columna de un diario nacional las peculiares relaciones entre la política y el sistema endocrino, productor de las hormonas necesarias para que funcione correctamente el metabolismo humano. El debate sobre el futuro estatuto de Cataluña está haciendo correr ríos de tinta en la prensa y los comentarios a favor y en contra no quedan exentos de cierta carga visceral. Pero no teman; no voy a centrarme hoy en estas cuestiones de casquería parlamentaria.
Me han pasado unos recortes de periódicos en los que se alerta de los niveles especialmente elevados de ciertos fármacos y hormonas en el agua de nuestros ríos, lagos y mares. Nos encontramos ante un grave problema generado por lo que los expertos denominan perturbadores endocrinos, principios capaces de provocar alteraciones en la reproducción de ciertas especies, cuando no están además implicados en la génesis de cierto tipo de cánceres y con un efecto nocivo demostrado sobre sufridos animales de experimentación.
Los carnívoros acuáticos se ven particularmente afectados al ser el último eslabón de la cadena ecológica; por ejemplo, se han denunciado reducciones alarmantes en el número de focas del Mar Báltico, mermas considerables en las poblaciones de ranas y de saurios en aguas contaminadas e incluso la feminización artificial de peces y crustáceos. Y en esta ocasión no existen los beneficios adquiridos como en el caso del transexual recientemente readmitido en la Benemérita, sino más bien el riesgo negativo para la supervivencia de la especie.
El proyecto Aquaterra tiene como objetivo principal evaluar la calidad de las aguas de cinco grandes ríos europeos, entre ellos el Ebro. Según estos expertos los fármacos constituyen el principal contaminante emergente de las aguas. Si se analizan las que entran y salen de nuestras depuradoras nos podemos encontrar con una verdadera farmacia soluble.
Pronto quedarán atrás los tiempos en que los galenos recomienden el uso y empleo de determinadas aguas medicinales, como la de As Burgas o la de O Tinteiro, porque el agua de nuestros ríos es portadora de cantidades ingentes de analgésicos, antinflamatorios, antiepilépticos, betabloqueantes, estrógenos y hasta reguladores del nivel de colesterol. El problema se agrava porque las plantas depuradoras españolas no están preparadas para limpiar estas especiales sustancias. Pero, ¿por qué aparecen todas estas medicinas en el agua?. Principalmente porque nosotros las tiramos por el lavabo o los retretes, sobre todo los analgésicos y los antinflamatorios que se venden sin receta médica en las farmacias.
Un ejemplo: el muy extendido diclofenaco ha demostrado causar daños en el hígado y en los riñones de las truchas. Vayan tomando nota y entreguen las medicinas que no usan en la farmacia; allí existen puntos selectivos de recogida de fármacos para su posterior tratamiento y eliminación. No olviden que España ocupa el séptimo lugar en el ranking de los países mayores consumidores de fármacos del mundo.
¡No, si al final va a ser cierto aquel cuento de un pescador que capturaba salmones con el sujetador de su señora!. Pescadores mintireiros.
Corría el año 1912 cuando un antropólogo aficionado llamado Charles Dawson anunciaba a bombo y platillo el descubrimiento de un cráneo atribuido al "eslabón perdido" en Piltdown (parroquia de Fletching, Sussex, Inglaterra). Durante casi 50 años los expertos debatieron sobre la existencia de un ancestro del homo sapiens que fue entonces bautizado como el "Hombre de Piltdown". El final de la historia revela que se trató de una broma pesada entre científicos. Un fraude de la ciencia. Uno más.
Una situación semejante se vivió durante el descubrimiento del llamado Hombre de Flores, una especie de hobbit prehistórico que existió en el archipiélago indonesio. Las dudas científicas empezaron a surgir una vez más, cuestionando si los restos allí encontrados serían los de una mujer de talla pequeña con una malformación física y muy posterior en el tiempo.
Se han edificado prósperas ciudades sobre cuentos y leyendas. Un acaudalado vecino de Borulfe, cuyo nombre real tal vez vea la luz algún día, siguiendo el ejemplo de lo ocurrido en Santiago de Compostela (donde dicen que está enterrado el santo patrón de Galicia y de España) está montando un entramado que consiga despertar del sueño profundo a su aldea. Tal vez estén a punto de aparecer los restos de "El increíble hombre de Borulfe".
Con el permiso de todos hoy voy a hacer mía la definición que la ONG SOS - África toma prestada del Centredona del Campus for Peace sobre los estereotipos:
"son virus culturales muy persistentes que condicionan, inconscientemente, el comportamiento de las personas, pero con el solo hecho de evidenciarlo podemos desactivar buena parte de los efectos perversos que tienen".
Hace tan solo una horas un hombre moría asesinado en Sevilla por atropellar a una niña que de imprevisto se le cruzó en su camino. Dicen que la niña está bien y que el conductor viajaba a una velocidad moderada. Supuestamente familiares de la niña (entre los que se encontraba al parecer el propio padre) fueron los autores de los disparos. Le dieron 6 tiros en la cabeza. Mientras escuchaba esta terrible noticia en un bar, uno de los parroquianos dijo: "¡Seguro que eran gitanos (cierto)...; habría que exterminarlos a todos!...
Hasta hace muy poco tiempo yo pensaba que Sophie Zawistowska era la mujer más triste del mundo. Su tristeza venía provocada por las dos transcendentales decisiones que tuvo que tomar en su vida. En primer lugar tuvo que elegir entre salvar la vida de su hija o de su hijo durante su internamiento en Auschwitz. La segunda decisión afectaba a su vida amorosa, dudando entre permanecer con su pareja o abandonarse a la inexperiencia de su amante. Algo así como la cruz de la moneda de "Casablanca", donde la Bergman tenía que elegir entre huir con su marido o quedarse con Bogart y su Café Americain. Impresionante la actuación de Meryl Streep y muy merecido su Oscar de 1983 por "La decisión de Sophie".
Hoy he hablado con María, la mujer más afligida del mundo...
Hace apenas 5 años perdió en un fatídico accidente de tráfico todo lo que quería; su marido, su padre y sus tres hijos dejaron de respirar entre unos hierros retorcidos sobre el asfalto mojado. Ahora ha rehecho su vida con su nueva pareja, pero María tenía una ligadura de trompas. Por ello, solicitaron una fecundación in vitro. Hoy le han dado por fin la fecha. Valiente decisión la de María. Y un final de historia mucho más alegre que el de las películas anteriores, ¿verdad?.
A mediodía, la ciudad festiva todavía se despereza mientras la luz láctea planea sobre el parque. De pronto, las palomas y las gaviotas se quedan petrificadas, mirando todas en la misma dirección. Sólo tres o cuatro ladroncillos gorriones hurtan unas migajas de pan, moviéndose veloces entre tanto gigante alado inmóvil. Los plátanos de Indias desnudan su pudor invernal y una pareja solitaria se abraza y se besa sentados en un banco. Arropados con sus bufandas tricolores se defienden del aire fresco; por momentos se convierten en los Pablo y Virginia de Bernardino de Saint Pierre; él le susurra al oído: "te amo - eres mi verdadera media naranja".
Bebiendo de las fuentes de Wittgestein, hay quien todavía piensa que el mundo se encuentra conceptualizado a base de estereotipos. ¿Quién le cuenta a este enamorado que su media naranja tal vez pudo haber sido la mujer de 70 años que dentro de media hora sacará a pasear a sus perros en ese mismo parque?; ¿o la desconocida que se cruzó un día con Baudelaire por las calles de París?; ¿o una mulata que en ese mismo instante dormita en La Habana envuelta en el perezoso aroma de un secadero de hojas del tabaco?; ¿o esa niña que nacerá dentro de 300 años en el delta del Mekong o en una colonia espacial de Marte?...
Mientras tanto algunos seguimos enamorándonos de los estereotipos femeninos que nos meten por los ojos desde las pantallas de televisión o desde las revistas de papel couché: ¿son ellas realmente como son o son para nosotros como en realidad las vemos?.
Dentro de mis muchas medias naranjas están la mestiza belleza eslava de Ornella Muti, a finales de los 70, la frígida madurez de Catherine Deneuve, el fuego abrasador de Ava Gadner en "La noche de la iguana"... ¿y qué decir también del debut de la hoy asaz edulcorada Jeniffer López?.
Una belleza retratada por William MacGregor Paxton
Mucho me complace la lectura de Juan José Millás. En una de sus últimas colaboraciones afirmaba: "los médicos dicen - mi paciente ha hecho un infarto - o - una úlcera de estómago - como si las úlceras y los infartos pertenecieran al ámbito de la voluntad. Y quizás sea así, aunque no de la voluntad consciente, porque hay más de una, incluso más de dos"...
Los modernos epidemiólogos estudiosos de las enfermedades prevenibles (o previsibles), por ejemplo la diabetes mellitus tipo II, la obesidad, la insuficiencia renal crónica de los hipertensos o las enfermedades cardiovasculares, creen a pies juntillas en el dogma de que los pacientes hacen enfermedades.
¿Depende de la voluntad del enfermo el propio hecho de enfermar en estas situaciones?. De otra manera, ¿está siendo útil la información médica para prevenir la aparición y desarrollo de ciertas enfermedades?. Siguiendo a Lalonde, la mayoría de la patología humana deriva de hábitos de vida poco saludables.
Me pregunto: ¿realmente los pacientes hacen enfermedades o son las enfermedades las que hacen a los pacientes?. Seguro que Crónicus es capaz de iluminar mis vacilaciones.
Oleo sobre lienzo, siglo XVI. Palacio Pitti - Florencia
Me he estado comunicando con Crónicus y estoy tratando de convencerlo de que no es Terence Stamp en "El Coleccionista". No resulta muy saludable andar por ahí viendo el rostro de Samantha Eggar en todas y cada una de las féminas con las que uno se cruza a diario.
¿Se imaginan a un tipo poseedor de una gran caja de madera, con una tapa de cristal translúcido y forrada de terciopelo granate, en la que va clavando uno por uno con finos alfileres plateados los cadáveres de las mariposas que afanosamente persigue y caza?.
Que tenga mucho cuidado, porque las mariposas están afilando sus alas...; al fondo del pasillo está sonando "The Butterfly Collector" de The Jam.
Somos la hez de la tierra. Todos los alérgicos nos tienen manía porque los médicos nos apuntan con su dedo acusador. Encima llenan todos esos libros suyos con fotografías nuestras horribles, hechas con microscopios electrónicos, que nos sacan tan poco favorecidos, como si fuésemos unos bichos raros o unas criaturas de otro planeta. Nadie nos quiere. No sabemos si nos tienen más manía a nosotros o a las moscas.
Somos inofensivos para el ser humano. No transmitimos infecciones. La culpa la tienen nuestras cacas (o por lo menos eso dicen). Alguien tiene que descubrir un sistema para que podamos eliminar nuestros residuos sin hacerle daño a nadie. Además somos pequeños artrópodos; si tuviésemos el tamaño de nuestra parientes las arañas otro gallo cantaría.
Tenemos mala fama; nos alimentamos de las escamas que se desprenden de la piel del hombre y de los animales. Cuentan por ahí nuestros mayores que algunos de nosotros vamos a colonizar el espacio. Unos compañeros consiguieron colarse en el material acolchado que recubre una nave espacial. Los astronautas, cuando se desnudan, dejan caer al suelo finas escamas de su piel.
A media mañana, cuando ya se han despertado las palomas y afanosas comienzan a buscar su sustento por los jardines, un parroquiano entra en su cafetería habitual, elige un asiento cómodo en la barra y coge el ejemplar de un diario para ojearlo relajadamente. Inclinando la barbilla hacia delante llama la atención del camarero, que con gesto solícito coloca una taza debajo del chorro humeante del café de la máquina; ventajas del lenguaje no verbal, el muchacho conoce de antemano las preferencias de su cliente: un café solo largo, con unas gotitas de coñac y una faria. Otro asiduo de la cafetería le ofrece un cigarrillo al chico: “Lo siento – contestó – no puedo fumar en mi lugar de trabajo”; y perdiéndose entre el humo del tabaco de la clientela el camarero salió a la calle a echarse el cigarrito de mediodía.
En Irlanda, donde la ley antitabaco impide fumar en cualquier lugar de trabajo (incluyendo los bares, las cafeterías, los restaurantes y los pub) se estima que cada año morirán 13 trabajadores de la hostelería menos debido a los efectos perniciosos del hábito tabáquico.
En España, por el contrario, mientras los clientes pueden fumar en la mayoría de los locales de menos de 100 m2, los empleados fumadores deben abstenerse de hacerlo. Con nuestra ley, los pequeños hosteleros se han decantado en un 90% de las ocasiones por la permisividad. No aceptan ser el chivo expiatorio que pague las consecuencias de la prohibición, arriesgándose a ver mermados sus ingresos o a tener que enviar a algunos de sus trabajadores al paro. Con la aplicación de la nueva ley, la Federación Española de Hostelería y Restauración (FEHR) estima una caída del 8% en las ventas del sector, lo que traducen en la pérdida de unos 20000 puestos de trabajo y un quebranto económico cercano a los 1600 millones de euros anuales.
Al atardecer, un niño de 10 años que juega en un parque con sus amigos se acerca al bar de siempre para comprarse un “donut”. La camarera le indica amablemente que ese local permite el consumo de tabaco en su interior y que los menores no pueden entrar si no van acompañados por un adulto. Transcurrido un minuto el niño franquea la puerta de nuevo, pero esta vez junto a su padre; mientras papá se echa un pitillo y se toma una caña el niño se come tranquilamente su golosina.
Al anochecer, el empresario dueño de una fábrica de bolsas de plástico se desespera porque algunos de sus trabajadores han salido varias veces a la calle para fumar; delante de la puerta del negocio se acumulan montones de colillas. Los no fumadores protestan mucho, porque ellos no pueden abandonar la cadena de producción.
Estoy intrigado sobre la posibilidad de dejar de fumar viendo un programa de televisión o enviando un SMS. Me pregunto: ¿serán algún día más caras las multas por fumarse un cigarrillo o un canuto en el puesto de trabajo?.
Hasta aquí lo anecdótico. Cualquier medida legislativa que se toma en un estado para reducir el efecto negativo sobre la salud de sus ciudadanos ha de ser bienvenida. Sin embargo se echa de menos en nuestra ley nacional esa impronta de bondad que deje bien claro que pretendemos luchar contra una hábito no saludable, no contra los fumadores, que podrían además sentirse estigmatizados.
Habrá que esperar al desarrollo necesariamente homogéneo de la ley en cada comunidad autónoma, primando la creación de unidades especializadas de deshabituación, por ser el tabaquismo una dependencia y no un vicio, con las medidas terapéuticas necesarias contempladas dentro de las prestaciones sanitarias de nuestra sanidad pública. Al respecto, opino lo contrario que el Sr. Rubalcaba del PSOE (por cierto, químico de profesión y ex - fumador) pues el tratamiento de deshabituación tabáquica se limita a algo más que a simples chiclecitos para dejar de fumar. A veces, como a The Platters, el humo ciega nuestros ojos.