CREA, INVENTA, IMAGINA... ¡NO COPIES!

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11 julio 2006

PROUSTIANA





Le encantaban los espaguetis a la boloñesa. Pero tenía un problema: no sabía por qué. ¿Cuándo había comido ese plato por primera vez?. No se acordaba. ¿Quién preparó entonces aquella exquisita comida que tanto le apetecía ahora?. Tampoco encontró en su memoria la respuesta adecuada.

Tras esa primera inquietud gastronómica se preguntó lo mismo respecto a sus gustos musicales o literarios. Por ejemplo, ¿por qué se aficionó al jazz, o a la música clásica, o al blues o al buen rock and roll?. 



Sin embargo recordaba perfectamente aquella tarde de verano en la que caminaba hacia el colegio y se sorprendió tarareando “Imagine” de John Lennon. Una araña flotaba en el viento agarrada al filamento transparente que pendía de la palmera enana. El aire caliente aportaba un inmenso sopor que invitaba a dormitar en la sombra de los árboles. 


Siguió andando. Los portalones entreabiertos dejaban escapar un aroma a papeles usados, a frescor de escombro. Las zapatillas de deporte, apenas recién estrenadas, le apretaban en el empeine. Su mirada se perdió entre los cabellos de la joven pelirroja con la que indefectiblemente se cruzaba todos los días al final de la cuesta, justo antes de embocar la Plaza Mayor. 


Le gustaba aquella chica, a pesar de la marca que le dejaban los calcetines en sus tobillos, quizás un poquito gruesos. Pensó que aquellos pies mejorarían mucho dentro de unos zapatos de tacón. En las carteleras del cine anunciaban una de vaqueros, una de esas películas de bajo presupuesto en las que los sioux lucían el pelo corto y patillas, al más puro estilo bandolero de Sierra Morena. Falsas también eran las pinturas de guerra.


De repente lo envolvió el olor de los espaguetis recién escurridos y se fijó en cómo se derretía la mantequilla en la sartén. A un lado esperaban la carne picada y el bote de salsa de tomate, dispuestos a fundirse en un abrazo que le devolvería a su paladar todo aquel tiempo perdido.

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