No vayan a dejarse engañar por este encabezamiento. Sostiene Aloysius que no pretende ser políticamente incorrecto. Lo vamos a emplear para ilustrar la información publicada recientemente en una revista especializada estadounidense que tiene un título muy original, Journal of Abnormal Psychology, algo así como la Revista de Psicología Anormal. Pertenece a la Asociación Americana de Psicología, una institución científica muy solvente.
El equipo de investigadores capitaneado por Nicholas R. Eaton realizó un estudio en los EEUU para determinar la prevalencia de los trastornos psiquiátricos más comunes según el sexo del paciente. Se encontraron que las mujeres son más frecuentemente diagnosticadas de ansiedad y depresión, mientras los hombres lo son de abuso de sustancias y trastornos de la personalidad.
Las pacientes diagnosticadas de ansiedad tienden a interiorizar sus emociones; como consecuencia de ello, desarrollan aislamiento, soledad y depresión. Por el contrario, los pacientes varones demuestran una mayor tendencia a externalizar sus emociones, apareciendo entonces la agresividad, las conductas compulsivas y la rebeldía.
Estos datos corroboraron los de otras investigaciones anteriores, que ya habían señalado que las mujeres son más depresivas porque cavilan sus pensamientos de manera más intensa y duradera que los hombres, centrándose mucho más en las emociones negativas y en los problemas.
Estas diferencias podrían resultar muy útiles a la hora de enfocar el abordaje terapéutico psicológico correspondiente. No olvidemos que para tratar las enfermedades, incluso las mentales, no todo son píldoras y pastillas…
En el caso de los pacientes masculinos serían más efectivas las terapias conductuales destinadas a la promoción de acciones planificadas. De esta manera se conseguiría contrarrestar la agresividad transformándola en un comportamiento pacífico y no destructivo. En el caso de las pacientes, el tratamiento debería focalizarse en el refuerzo las habilidades cognitivas destinadas a evitar una excesiva elucubración de los problemas, previniendo de esta manera la aparición de los síntomas ansiosos y depresivos.
Resulta muy interesante el diseño de este estudio, algo necesario para reforzar las conclusiones del mismo: 43000 pacientes mayores de 18 años, excluyendo pacientes institucionalizados y ¡militares!; el 57% eran mujeres y el 56.9% de raza blanca; el 19.3% eran latinos y el 19% de color, el 3% asiáticos y el 1% indios norteamericanos. Estos porcentajes son representativos de la población estadounidense según su censo del año 2000. El periodo de seguimiento de su salud mental duró 12 meses.
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