Conozco un inquisitivo dicho
colombiano utilizado popularmente para definir a alguien (o a algo) como de poco
fiar: es más falso que una moneda de cuero. Hoy lo traemos a colación para
alertar de la proliferación de fármacos falsificados en el mercado
internacional; se trataría de medicinas más falsas que un duro sevillano, como
también decimos por aquí. Y es que resulta que durante el reinado de Amadeo I
en España, unos delincuentes se dedicaron a fabricar duros de plata falsos,
esgrimiendo como argumento justificativo que las monedas acuñadas por el estado
tenían poca cantidad del preciado metal. Ya saben, quien roba a un ladrón…
Lo cierto es que cada año
fallecen en el mundo 100000 personas a causa del consumo de medicamentos
falsificados. En febrero de 2011, el Parlamento Europeo aprobó por una amplia
mayoría su Directiva sobre medicamentos falsificados, intentando de esta manera
reforzar la calidad y la seguridad de los fármacos originales. A posteriori, el
Consejo Europeo ratificó esta directiva destinada a prevenir la entrada de las
medicinas falsas en las cadenas de suministro legal.
Además, en esta normativa encontramos
un punto muy favorable, como son las inspecciones regladas del principio
activo, sobre todo cuando éste proceda de países ajenos a la Unión Europea.
Esto resulta importante, pues evitaría el fraude existente con unas sustancias
fundamentales y verdaderas responsables del efecto farmacológico del
medicamento. También quedarían controladas las llamadas farmacias on line, existentes en algunos países
como por ejemplo Andorra, si bien en España no se pueden comprar ni vender
medicamentos on line, aunque la página
web proceda de un país donde este comercio sí sea legal.
Precisamente la Junta
Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) denunció en su último
informe el aumento de los delitos provocados por las drogas (sobre todo en
Europa) y la proliferación de las farmacias on
line que venden de forma ilegal fármacos de prescripción médica, así como
sustancias prohibidas. Durante el año 2010 se produjeron 12000 incautaciones de
sustancias farmacológicas sujetas a fiscalización internacional enviadas por
correo: en el 55% de los casos se trataba de medicamentos legales, pero en el
restante 45% eran drogas ilícitas. En este sentido, merecería un capítulo
aparte el uso fraudulento de ciertas sustancias psicoactivas empleadas para
cometer delitos sexuales, noticia denunciada por los medios de comunicación
cada vez más frecuentemente.
De regreso a nuestras fronteras,
la primera sentencia condenatoria apenas data de noviembre de 2010. Los
imputados fueron declarados autores de un delito contra la salud pública y de
otro delito continuado contra la propiedad intelectual. En este aspecto, los
medicamentos empleados contra la disfunción eréctil se llevan la palma, y es
frecuente encontrar anuncios en Internet que supuestamente ofertan estos fármacos
a precio de saldo. En este caso, como en tantos otros relacionados con la
salud, la educación ciudadana resulta capital. Alerta entonces con esos judas
que ofertan potencia sexual atlética a cambio de unas pocas monedas de cuero. O
de unos duros sevillanos.
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