Aunque en teoría
podamos discutir largo y tendido sobre el altruismo y la solidaridad, solemos
utilizar la donación de órganos como un ejemplo práctico de estos
comportamientos. Reposan en la cara amable del planeta humano, en las antípodas
del egoísmo. Sostiene Aloysius que todo lo que publiquemos a favor de las
donaciones de sangre y órganos resulta insuficiente. Entendiendo que tiene
parte de razón, para su tranquilidad, voy a presentarle una serie de datos.
Todavía recuerdo aquellas imágenes de la televisión en blanco y negro, donde
una señora sonriente descendía por la escalinata de un avión. Ya en tierra recibía
el saludo amable de unas azafatas con un ramo de flores y un llamativo cartel:
bienvenida la turista 10 millones. A principios de febrero de 2016, en el
Hospital Doctor Peset de Valencia, no había flores, ni carteles, ni fanfarrias,
a pesar de que el trasplante de riñón que acaba de realizar el equipo médico
especializado representaba el número 100000 de los practicados en España. En
otras palabras, 100000 nuevas vidas gracias a la solidaridad de aquellos que
habían perdido la suya.
En todo este tiempo se han beneficiado casi 63000
enfermos renales, 24000 pacientes hepáticos, 7600 cardiópatas, 3800 enfermos
pulmonares y 1700 pacientes con patologías pancreáticas. Pero detrás de tanta
cifra existe una sociedad que progresa. Y en este aspecto, la tan denostada
España también es campeona del mundo, con una Organización Nacional de
Trasplantes (ONT) modélica, la envidia de las demás naciones.
A nivel autonómico, el
Complexo Hospitalario de A Coruña también se sitúa en lo más alto de un pódium
tan especial. Considerando los trasplantes de cornea, el incremento de un 75% supuso
doblar las cifras de donantes del 2015 respecto al 2014. Para redondear la
jugada, casi todas las intervenciones de este tipo se practicaron en los centros
sanitarios públicos de Galicia. Y es que nuestra comunidad autónoma sigue
ostentando la tasa nacional de donaciones más alta, casi 40 por millón de habitantes,
si bien las negativas todavía superan la media estatal. A pesar de todo, datos
correspondientes al 2015 nos muestran que los trasplantes crecieron en Galicia
un 22.6%, las donaciones un 20% y los pacientes en lista de espera descendieron
un 24%. Cifras muy alentadoras. Para sacar pecho.
Los que conocemos a pacientes
trasplantados les hemos escuchado contar como celebran dos cumpleaños.
Interminables jornadas de espera, con una única esperanza, un teléfono sonando para
avisarles de un órgano disponible, vivir de nuevo otra vez. Qué generosidad más
grande la de aquellos sumidos en la más profunda tragedia, aun así capaces de
donar vida.
Esta misma semana, en la Clínica de Cleveland (Estados Unidos) han
realizado un trasplante uterino, una puerta abierta para algunas mujeres que no
pueden ser madres. Y hablando de madres, ¿qué mayor emoción que escuchar latir
el corazón de un hijo fallecido en el pecho de la niña que lo recibió? Otra
hermosa historia de trasplantes.
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