O mucho cambian las tornas o me temo que al gobierno de España la Navidad le va a traer un regalo inesperado; y no me estoy refiriendo a una canastilla con carbón, negro y exiguo, como el futuro económico de nuestro país, o simulado y empalagoso, como el dulce de pacotilla con el que los Reyes Magos obsequian a los niños malos. Me refiero a la conflictiva situación que está generando esa frágil mujer de voluntad inquebrantable llamada Aminatu Haidar. El follón ha adquirido unas dimensiones tales que hasta los paladines de la 3ª República le están pidiendo papas al Rey Juan Carlos I, el mismo al que tanto criticaron cuando perdió la paciencia en Santiago de Chile ante la garrulería del camarada y compañero Hugo Chávez Frías.
Desde el punto de vista técnico la huelga de hambre, al igual que el abordaje de los casos de anorexia, representa una de las situaciones más comprometidas a las que un médico se puede enfrentar en su vida profesional. Rememoro el asesinato del Dr. José Ramón Muñoz Fernández, jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, abatido por las balas del GRAPO en 1990 por haber atendido a dos terroristas de la banda que se negaban a ingerir alimentos.
Desde que en 1932 Mahatma Gandhi empleó en la India el ayuno como medida de resistencia pasiva, dentro de su política de desobediencia civil frente a las autoridades del Imperio Británico, varios han sido los personajes que han seguido este tipo de protesta, desde Bobby Sands, el miembro del IRA que falleció en 1981 en la cárcel de Maze (Irlanda del Norte) tras 66 días sin ingerir alimentos, hasta el tristemente famoso etarra Iñaki de Juana Chaos, que en el año 2006 mantuvo una huelga de hambre que duró 63 días.
La Organización Médica Colegial (OMC) acaba de hacer público un comunicado que recuerda, en líneas generales, cuál debe ser la postura de un facultativo ante un prójimo que realiza una huega de hambre. Recordamos que en España, existe amplia jurisprudencia favorable al respeto de la voluntad de no ingerir alimento alguno por parte de cualquier persona. Además, la Deontología Médica obliga a respetar las decisiones de las personas competentes, a las que no se puede alimentar a la fuerza. Pero el médico sí debe informar al huelguista sobre el riesgo que tal decisión representa para su propia salud, valorando de paso que se opta a ella libremente, sin manipulaciones o coacciones.
Al final, es el juez el que tiene la potestad de ordenarle al médico que administre las medidas adecuadas de sustento a una persona en huelga de hambre, como es el caso de Aminatu Haidar. Y como el funcionamiento de nuestro organismo resulta más endeble que la tenacidad de nuestras ideas, una vez más nos preguntamos ¿dónde se situa la difusa frontera que separa el querer del deber?
1 comentario:
Viernes 18 de diciembre de 2009
PORTADA DE "EL PAÍS": Haidar regresa a El Aaiún tras la intervención de Francia y EEUU. Moratinos pactó con Rabat un comunicado referido al Sáhara. Admite que Marruecos le avisó en su día de la expulsión...
PORTADA DE "EL MUNDO": La activista retornó anoche a El Aaiún. Moratinos, sobre el regreso de Haidar: "no se han hecho concesiones". El ministro de Exteriores ha asegurado que el Gobierno "no tiene que arrepentirse de nada" porque España no formó parte de la crisis... La intervención de Sarkozy, clave.
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