En estas últimas semanas hemos vivido un hecho singular: el primer campeonato mundial de fútbol jugado en tierras africanas. Hemos asistido a la ceremonia del triunfo y de la derrota. Como aficionados de "La Roja" estamos satisfechos, aunque en el momento de escribir estas líneas no sepamos todavía si nuestros jugadores levantarán sobre sus cabezas el anhelado trofeo de los vencedores...
Pero, mientras convalecemos de tanta fiebre balompédica, África se ha acercado un poquito más a nuestros hogares, no solo gracias a los televisores, sino también por la coincidencia de unas circunstancias especiales.
Al Camerún de Samuel Eto´o le dieron pasaporte de vuelta a casa a las primeras de cambio. Suponemos que a David Nchande, director del centro de ortopedia de Douala esto no le haría mucha gracia. Tamaño varapalo le pilló de viaje por Europa, visitándonos en estas fechas porque la fundación holandesa Lillian y nuestra Cero Negativo son colaboradores habituales de con su obra. La ONG ourensana le ha enviado una partida de material sanitario, camas y colchones donados por el Complexo Hospitalario de Ourense, que irán destinados a un nuevo centro docente y asistencial para 50 pacientes, en Bamenda Bambili. Ahora, cierren por un momento los ojos e imagínense a un niño pobre y discapacitado tratando de salir adelante en el corazón del África más profunda...
Continuando con el candor de la sonrisa de los niños africanos, el Servizo Galego de Saúde acaba de firmar un nuevo convenio con la Asociación de Inmigrantes del Senegal, por cierto, muy activa y reivindicativa en su sede ourensana. Gracias al mismo, los niños senegaleses que vengan a Galicia para disfrutar de las vacaciones junto a sus familiares podrán ser atendidos en las consultas de atención primaria y especializada. Personalmente, el verano pasado tuve la oportunidad de asistir a alguno de ellos. Se trataba de una grácil adolescente que todo el rato me escrutó en silencio. Su deslumbrante y penetrante mirada me envolvió, mientras su hermano mayor ejercía las labores de intérprete. Una simple radiografía de los huesos de su muñeca sirvió para mostrarnos cuál era su verdadera edad.
Por último, de Níger han venido hasta las tierras de Valdeorras un grupo de enfermeros y matronas para aprender de la manera de cuidar a nuestros pacientes, aprovechando la iniciativa conjunta de FUDEN (Fundación para el Desarrollo de la Enfermería) y de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
Sostiene Aloysius que cuando todos regresen de nuevo a sus hogares, seguramente podrán recordar qué diferente resulta vivir, enfermar, curarse o morir en esta anciana provincia abandonada de la mano de Dios.
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