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23 julio 2010

MURIERON CON LAS BOTAS PUESTAS


Sumergidos aún en la resaca balompédica mundialista, el gol que marcó Andrés Iniesta a Holanda en la final de Sudáfrica, además de recuperar las banderas rojigualdas ocultas en los desvanes y en las tiendas chinas de todo a cien, ha servido también para devolvernos a la memoria al malogrado Dani Jarque, fallecido en agosto del 2009 en Florencia debido a un paro cardíaco mientras realizaba la pretemporada con el Español de Barcelona. El vivaracho Iniesta, que además tiene cara de buena persona, dedicó su gol histórico a la memoria de su amigo desaparecido.


La pérdida de Jarque vino precedida por las tragedias protagonizadas sobre los terrenos de juego por el sevillista Antonio Puerta, por el camerunés Marc-Vivien Foé o por Miklos Feher, delantero húngaro del Benfica. Recordamos también el síncope sufrido por Rubén de la Red, el prometedor centrocampista del Real Madrid, que todavía se mantiene en el dique seco a la espera de un dictamen médico que quizás le permita seguir dándole patadas al balón como profesional o más bien lo retire definitivamente de las canchas. Feher falleció por un tromboembolismo pulmonar agudo. Foé tenía una hipertrofia ventricular izquierda. Puerta sufría una rara y compleja arritmia cardíaca.


Sea como fuere, las muertes de los futbolistas, como la del inolvidable delantero madridista Juanito, permanecen siempre envueltas en un halo trágico, como la de los toreros. Y todavía más si nos abandonan con las botas puestas, parafraseando aquella mítica película dirigida en 1941 por Raoul Walsh, en la que Errol Flyn encarnaba al intempestivo General Custer.


Pues bien, un equipo conjunto formado por investigadores de la Universidad de Granada y por cardiólogos del Hospital Virgen de las Nieves, de la ciudad de la Alhambra, ha determinado cuáles son las mutaciones genéticas probablemente implicadas en la muerte súbita de origen cardiaco causada por las temibles arritmias ventriculares. El gen en cuestión tiene nombre de espía, KCNH2, y con frecuencia está presente en aquellos prójimos que padecen una alteración en la transmisión del impulso cardiaco denominado “síndrome del QT largo”.


Pan y circo contemporáneo, la trascendencia social de este deporte es indiscutible. Por ello, las investigaciones sobre la salud y la enfermedad de los futbolistas seguirá siendo objeto de estudio para muchos médicos. No olvidemos por ejemplo que tampoco se ha explicado la elevada incidencia de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) en el calcio, un misterio pendiente de resolver y que se ha ido extendiendo como una plaga entre los futbolistas italianos. Loor a los gladiadores muertos.




1 comentario:

virgi dijo...

Me encanta visitarte, aprendo un montón, besos.