Se quejaba Aloysius porque el
otro día acudió a la consulta de su médico de familia y dicho profesional
estaba enfermo. Como el problema por el iba a asesorarse tenía connotaciones
patológicas y personales, volvió sobre sus pasos y decidió posponer la consulta
para otro día.
Esta anécdota no resulta
infrecuente. Denota la enorme confianza que los usuarios de la atención
primaria de la salud tienen en los profesionales que velan por su cuidado. El médico
de familia, o de cabecera como se decía antiguamente, forma parte de nuestro ámbito
más personal. La mayoría hablamos de él o de ella como mi médico, mi médica… Y
si la relación perdura a través del tiempo, varias generaciones de prójimos
pasan por sus manos.
Pero los médicos también se
enferman. Y se mueren, como todo hijo de vecino. Acabo de echarle un vistazo a
una información que hace referencia al documento de la CESM (Confederación
Estatal de Sindicatos Médicos) sobre la jornada complementario en el ámbito
hospitalario y me encuentro verdaderamente preocupado.
A los pacientes, más que
preocuparles que su médico esté enfermo, debería interesarles que su médico esté
sano. La posibilidad de que un médico cometa un error mientras trabaja en un
turno largo (24 a 32 horas) se multiplica por siete. ¿Alguno de ustedes se
montaría en un avión en el que el piloto estuviera enfermo o fatigado? La
pregunta se contesta por sí sola.
El riesgo para la salud es
doble. Además de perjudicar al paciente, el exceso de trabajo repercute negativamente
sobre los propios profesionales. Los turnos largos de trabajo (superiores a 11
horas) incrementan en un 67% el riesgo de infarto de miocardio en estos
facultativos. Y no lo digo yo solo... Está publicado en “The New England
Journal of Medicine”, una especia de Biblia en Medicina.
Más datos que me han llamado la
atención: el médico que sale de guardia tiene el doble de posibilidades de
sufrir un accidente de circulación que la población en general.
Desafortunadamente en la realidad existen trágicos ejemplos de esto mismo, con
nombres y apellidos.
Existen estudios como el
realizado por el equipo del Dr. Colin P. West en la prestigiosa Clínica Mayo
(EEUU), en el que encuentra una clarísima relación entre la ansiedad y la
fatiga con el número de errores cometidos por los médicos residentes de su
hospital durante su formación.
Los compañeros que trabajan en
servicios médicos de guardia se quejan de otro problema añadido, el estrés. Los pacientes
que atienden suelen ser más difíciles, con mayores complicaciones o con patologías
urgentes que muchas veces comprometen la vida del enfermo. No es extraño que
muchos compañeros desarrollen a lo largo de su trayectoria profesional
trastornos del sueño, ansiedad y depresión. Cuidemos a nuestros médicos, porque
son los mejores (y los únicos) que tenemos. Así sea.
2 comentarios:
Aun estando enfermo, querido Aloysius, estoy seguro de que su médico de cabecera hubiera tenido uno o varios momentos para atender su consulta e intentar solucionar su problema de manera satisfactoria...
Por supuesto que sí Dr. Poplar... no me cabe ni la más mínima duda. Greetings from London (The Soho).
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