Los entendidos en la
materia se refieren al Easy-listening
para encuadrar a esas melodías sencillas y pegadizas, carentes de dificultad y
virtuosismo, asequibles, blandas en lo auditivo, derivadas de aquellos estilos de
los años 50 como el swing o las
composiciones para Big Bands; música
ambiental que nada tiene que ver con el ambient
propiamente dicho, atmósferas musicales envolventes donde imperan los
sintetizadores. En 1978, el camaleónico compositor británico Brian Eno publicó
su “Música para aeropuertos”, una
obra pionera en este género.
La evocación de aquel
título nos ha servido para aproximarnos a la experiencia vivida en el mini
concierto de Jambo Quartet en el Centro Comercial Pontevella de Ourense, para
nada Easy-listening ni ambient. Porque estamos hablando de
JAZZ, con mayúsculas, de primera calidad y Made
in Ourense, programado dentro de las actividades complementarias del
Festival Internacional de Cine de Ourense (OUFF).
Cuarteto formado por
Toño Romero a la batería, todo un clásico en nuestra escena jazzística. Su dilatada
experiencia está abalada por su paso por Abuña Jazz, Alecrín, Cara de Foto o
Xingra. Al bajo David Cid, con el que nos une una especial complicidad que incluso
nos llevó a colaborar en algún que otro programa radiofónico de jazz, personaje
afable y musicalmente inquieto, con una trayectoria que le ha llevado a
transitar por diferentes estilos, (jazz clásico, eléctrico, funk, rock) pero
también por eclécticos y elegantes homenajes con su banda “Raindogs” dedicados
a los mismísimos The Beatles y a otros fenómenos como Tom Waits, Roy Orbison o
Neil Young. Los teclados fueron los vastos dominios del polifacético lalilense
Iago Mouriño, réplica eficaz del
saxofonista Xosé Miguelez, del que me confieso fan desde que lo escuché por vez
primera hace unos cuantos años en el Café Real de Ourense.
El cuarteto comenzó
con “Just Friends”, un standard de
1931 compuesto por John Kleener, versioneado por colosos del jazz como Chet Baker,
Charlie Parker, Phil Woods o John Coltrane. A continuación, desplegaron su
particular versión de “Days of wine and roses”, cinematográfico por antonomasia,
otro standard compuesto en 1962 por
el oscarizado Henri Mancini y que me trajo a la memoria aquella maravillosa
interpretación de Dexter Gordon en su álbum “Tangerine” (1972). El tercer tema
de la noche fue “Song for my father”, un monumento original de Horace Silver
que forma parte de la historia del jazz y que apareció en la banda sonora de la
serie televisiva “A dos metros bajo tierra”. La cuarta maravilla de la tarde
fue “There will never be another you”, original de Harry Warren y Mack Gordon,
desde 1942 interpretada y acariciada por artistas de la categoría de Lionel
Hampton, Lester Young, Art Tatum, Nat King Cole, Sonny Rollins y más recientemente
Eliane Elías, también integrante de la banda sonora de varias películas.
Llegado fue el
momento entonces para “Stella by starlight” (Victor Young, 1942), una de mis
favoritas y de la que guardo un especial recuerdo en la versión del maestro Ray
Charles para la banda sonora de “Casino” (Martin Scorsese, 1995). La guinda del
pastel corrió a cargo de “Au privave”, el clásico del bebop original de Charlie Parker, el genial atribulado saxofonista
inmortalizado para la gran pantalla por la particular visión de Clint Eastwood
en “Bird” (1988) Jazz y cine, o viceversa, en unos instantes muy especiales a
cargo de Jambo Quartet. Y que la banda siga tocando… por muchos años.
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