De cuando en vez nos vemos brutalmente golpeados por las noticias que denuncian en los diferentes medios de comunicación las violaciones y los abusos sexuales a los que son sometidos demasiados inocentes en este planeta nuestro.
Las víctimas son en la mayoría de las ocasiones mujeres y niños. Cada nuevo caso descubierto se convierte en una llama que queda permanentemente encendida en el pebetero de nuestra conciencia colectiva a manera de señal que nos recuerde cuan ruínes podemos llegar a ser los seres humanos.
A veces da la impresión que ante el desmantelamiento de una red de pederastas surge el nacimiento de un nuevo grupo más impío todavía.
¿Por qué la comunidad internacional continúa de brazos cruzados ante las violaciones colectivas y el genocidio de Darfur (Sudán)?.
¿Alguien investiga los abusos sexuales que se están cometiendo con personas ancianas cuyas imágenes son objeto de comercio en la red de redes?
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