En el tiempo de los melocotones,
Un niño de proporciones descomunales,
Único habitante del planeta se zafa
De la aturdida selva de tilos y naranjales.
La metamorfosis de las mariposas,
Renueva al singular
En adulto cuerpo de hormiga.
De repente,
Alguien llama a reagruparse en las playas.
Diluido en la gran corriente marina,
Allá va el incandescente
Espejuelo oscuro de las vanidades.
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