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18 mayo 2010

UNA NOCHE CON NICHOLAS PAYTON


Una hora antes de comenzar el concierto, los mejores sitios en las mesas ya estaban ocupados. Entre los habituales, muchas caras conocidas, lo que significaba que la visita de Nicholas Payton había creado la conveniente expectación previa a su actuación en el XIV Festival de Jazz de Primavera 2010.

A prioiri y por su aspecto, me dio la impresión que los músicos acompañantes del trompetista de New Orleans formaban un grupo demasiado joven... Una vez más equivocado.

Para calentar el ambiente, el prestigioso percursionista Daniel Sadownick comenzó a engrasar la maquinaria rítmica: timbales, congas, djembes, crótalos, cascabeles, platillos... Magia en las manos de un hombre blanco que por momentos fueron capaces de transportarme al África más profunda, al Caribe, al Lejano Oriente. Fue entonces cuando este hombre máquina comenzó a sudar su camisa negra...


Para completar la sección rítmica, Marcus Gilmore, nieto del incombustible baterista Roy Haynes aportó a la percusión todo el vigor de su joven musculatura. Por cierto, Haynes fue el encargado de abrir esta edición del festival el pasado 4 de mayo... ¡y acaba de cumplir 85 años!.



Un notable mereció la labor de Vicente Archer, serio pero taciturno al contrabajo, y también Lawrence Fields, un larguirucho de biotipo asténico, pero tan correcto como efectivo a la hora de crear ambientes envolventes desde los teclados eléctricos.

Y entonces, poco a poco, la trompeta de Nicholas Payton fue surgiendo de la nada, primero con intervenciones cortas, dosificadas, que permitieron el lucimiento de su banda de acompañamiento, para luego ir creciendo en intensidad y potencia. De su instrumento metálico surgieron notas imposibles y también vientos cálidos y susurrantes, como en "Drusilla", una vieja canción de amor escrita por el padre del músico y dedicada a la madre de Nicholas.

Me quedo con los dos mejores momentos de la noche: el crescendo de "Tryptic" y una colosal versión de "Days of wine and roses". Irrepetibles...

Por invitación expresa del trompetista, un público comprometido y compenetrado incluso animó con las palmas.

Para redondear la función, Payton se atrevió a cantar con esa peculiar voz suya de terciopelo rasgado. Por supuesto,
ancestrales espíritus viajaron por el espacio y el tiempo desde la vieja Nueva Orleans para acompañar esa noche de mayo al afectuoso Nicholas Payton.

Antidivo y genial. Su nuevo disco se llama "Into the Blue".


Esperamos verte de nuevo muy pronto en el "Latino"...



Drucilla

Nicholas Payton | Vídeos musicales MySpace

2 comentarios:

Ángela dijo...

Me gusta lo que he visto de tu blog.
Felicdades

aloysius dijo...

Muchas gracias, Ángela... Espero que lo sigas disfrutando en el futuro. Saludos