16 mayo 2010
MUDANZA
Moverme.
Ocupar un nuevo espacio
entre el aire y la molicie
que fluyen a mi alrededor.
Desplazarme,
como una inclemencia,
dependiendo siempre del parte meteorológico.
Mañana,
cierta querencia cumplirá años
y dos caballitos de mar serán sus invitados.
Un inofensivo viento, azul y naranja,
se encargará de apagar las velas de la tarta,
una leve brisa que la loba levanta
entre las mesas con los manteles planchados,
una corriente que burla la conciencia,
la indecencia de un mercado
recientemente derrumbado.
Moverme,
entre las columnas.
Anticiparme...
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2 comentarios:
Hermoso poema, maravillosamente acompañado por las nostálgicas notas de Satie.
Una manera terapéutica de tomar impulso...
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