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17 abril 2007

KOVA Y LA RED


(Artículo publicado bajo el título "Red de redes" en el diario LA REGIÓN el 5 de julio de 2005)

He leído unas sabias citas de Luciano Balmes, filósofo barcelonés del siglo XIX (¡tan escolástico y tan crítico de Kant!). Una de ellas hacía referencia a la lectura: recomienda, como regla de excelencia, que se lea mucho, pero no muchos libros.

Nuestra forma de leer se está modificando ineludiblemente en estos vertiginosos tiempos modernos. A pesar de las tan necesarias ferias del libro y de la proliferación de los medios de comunicación escrita, cada vez somos más los que acudimos a Internet para saciar nuestras necesidades formativas.

Según comunica EUROSTAT respecto al uso de la red de redes en Europa, el 82% de la población de Suecia usa habitualmente Internet, porcentaje que asciende al 96% dentro del ámbito empresarial. Por el contrario, en España, sólo el 40% de nuestros paisanos tiene acceso individual a Internet (45% de los hombres y 36% de las mujeres). Sin embargo, el 87% de las empresas españolas emplea los servicios de Internet de manera cotidiana, porcentaje muy cercano al 89% representativo de la llamada Europa de los 25.

¿Quién les iba a decir en 1969 a los creadores del sistema ARPANET, perteneciente al Departamento de Defensa de los Estados Unidos, que su proyecto iba a ser el precursor del actual Internet?. Me viene a la memoria aquel eslogan creativo de la empresa IBM, en donde se decía que el ordenador ha sido hasta ahora el producto más genial de la vagancia humana.

Los tiempos modernos no cambian ni para bien ni para mal, pero imparablemente cambian. La Humanidad continúa reproduciéndose silenciosamente, condenada a padecer sus eminentes genialidades y sus más profundas abyecciones. Como la protagonizada por "Kova" y sus degradados secuaces (desgraciadamente, uno de ellos muy cercano a Ourense).

Las letras y las palabras a veces dan sorprendentes giros en nuestras vidas. En la página web www.amigosdelciclismo.com me he podido enterar que "Kova" es el nombre recibido por la bicicleta BH con la que Álvaro Neil recorrerá 130000 Km alrededor del planeta. Se llama así en homenaje a la patrona de Asturias, la Vírgen de Covadonga (pero incorporando la letra K de kilómetros). "Kova" es también el apelativo cariñoso con el que los aficionados de la Real Sociedad de San Sebastian significan a su goleador Darko Kovacevic.

Pero el "Kova" al que hoy me quiero referir es el alias del informático madrileño cabecilla de una red de depravados pederastas, recientemente desmantelada por las fuerzas de seguridad del estado. Muchos nos preguntamos: ¿cómo ha podido suceder tanta infamia delante de nuestras propias narices?. ¿Cómo podremos ayudar a estoy bebés abominablemente ultrajados y a sus atormentados familiares?. ¿Qué terribles secuelas pueden afectarles en sus futuras vidas?.

Se me vienen a la cabeza las teorías sobre las identidades fragmentadas en Internet de la Dra. Sherry Turkle: identidades múltiples y contradictorias que habitan en una misma persona.

Esta completamente abierto el debate sobre la consideración que un pederasta debería tener; la mayoría de los expertos se niega a que sean reconocidos como enfermos psiquiátricos, basándose en profundos argumentos de base psicológica, ética y legal.

El pederasta suele ser un varón con edades comprendidas entre los 30 y los 50 años (¡todos los siniestros compinches de "Kova" eran menores de 30!), no suelen manifestar sentimientos de culpa ni de arrepentimiento, porque no empatizan con sus víctimas ni entienden el sufrimiento irreparable que han causado. Son inmaduros, reincidentes e inseguros, portadores de déficits comunicativos y, además, consideran adecuadas sus conductas sexuales (habitualmente compulsivas), abusando de su posición dominante sobre todos esos indefensos pequeños a los que han vejado sin piedad.

Por si fuera poco, trafican y se lucran con el sufrimiento que han causado. Caigan sobre ellos todo el peso de la ley y nuestras más sinceras maldiciones.

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