CREA, INVENTA, IMAGINA... ¡NO COPIES!

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22 septiembre 2009

DE ALQUIMIAS Y SOBERBIAS


Imagen: "Alchemy Notebook", de Ninth Wave Desings, en Flick TM

Después de un esforzado verano, durante unas breves jornadas el peculiar Aloysius decidió trotar por el mundo. Encaminó sus pasos hasta Basilea, el enclave suizo fronterizo con Alemania y Francia, ciudad europea por antonomasia, apacible nudo de caminos y culturas, donde por cierto existen más de cien fuentes públicas de agua potable. Aún conociendo las licencias que le permite su imaginación, puedo aceptar que estuvo hospedado en una hermosa casita de tres plantas con la fachada decorada por signos arcanos, en pleno Elftausend – jungfern – Gässlein, el Callejón de las Once Mil Vírgenes, donde quinientos años atrás vivió el mismísimo Philippus Aureolus Bombast von Hohenheim, más conocido como Paracelso.

Este famoso alquimista, astrólogo y naturalista comenzó sus estudios en la Universidad de Basilea en los albores del siglo XVI. Con el tiempo, llegaría a ostentar el cargo de médico de la ciudad, durante el bienio 1527 – 1528.

A Paracelso se le atribuye un sinfín de historias inciertas. Desde la transmutación del plomo en oro, como hizo el ultraestafador Bernard Madoff o los malaventurados gestores del banco Lehman Brothers, hasta el descubrimiento del zinc. Nos estamos refiriendo a unos tiempos en los que el saber médico practicamente quedaba reducido a la traducción de los tradicionales tratados atribuidos a Hipócrates, Galeno y Celso. A decir verdad, tampoco existe constancia de que este último enciclopedista fuera médico, aunque sí el autor del clásico “De Medicina”. Lo cierto es que el orgulloso Paracelso se puso ese apodo para destacar su personalidad sobre la del filósofo romano del siglo I de nuestra era.


De regreso a casa, después de tanta ciencia y literatura, Aloysius el viajero alcanzó la Bahnhof SBB, la estación central de los ferrocarriles suizos en Basilea. En este mundo deshumanizado cada vez quedan menos prójimos que te despachen un billete de tren. Han sido sistemáticamente sustituidos por pulcras máquinas expendedoras, algunas con pantallas táctiles. No percibió la histeria colectiva española por la gripe A. No vio por ninguna parte dispensadores de soluciones hidroalcohólicas, barbijos ni toallitas desinfectantes. Pero sí se percató que en Suiza existe una tarifa de medio billete para las mascotas que se desplazan con sus dueños, exactamente el mismo precio que pagan los niños. Y se acordó de una Golden Retriever que dorada y pacífica viajaba al lado de su propietario en el tranvía que partía desde la Barfüsserplatz hasta la estación. También se acordó de los cien mil perros que fueron abandonados en España el pasado año…


Entonces, cuando el tren iniciaba su marcha, evocó aquella máxima de D. Miguel de Unamuno: “no se viaja para buscar el destino, sino para huir de donde se parte”.

12 septiembre 2009

HAIKU COLOMBIANO


bandera de plumas
amarillo azul rojo
las guacamayas

10 septiembre 2009

CON EL AGUA AL CUELLO


Imagen: "Néboa" de eiras1, en Flickr TM

Tarde de domingo en el Balneario de Laias (Ourense).

Me entretenía leyendo los "Cuentos Orientales" de Marguerite Yourcenar. Por fin relajado, con el agua al cuello, como el Emperador que anhelaba cegar la mirada del viejo pintor Wang - Fo, como el rubio detective Harper...

En la frescura hialina del gran padre Miño el sol resguardaba su calor hasta el alba siguiente; sumergí mi maltrecha osamenta en las benignas aguas termales...

Y me acordé del viejo Czeslaw Milosz, escribiendo sobre un papel, la mano temblorosa y su espesa tinta polaca:

"El día es tan feliz. La niebla se fue pronto... En mi cuerpo no había lugar para el dolor. Cuando me enderecé, vi el mar azul, y al fondo unos veleros..."

Desde mi posición no vislumbré navío alguno surcando la verdosa corriente fluvial, pero mi dolor había desaparecido. Fue entonces cuando por la megafonía me pareció escuchar la melodía "Carrickfergus" acariciada por un humilde tin whistle. Inaprehensible río papel de plata.






En la otra orilla, una garza permanecía inmóvil, dichosa, camuflada entre los alisos... Demasiado blanca y desnuda para burlar mi acecho. Al sentirse sorprendida, disimulando enfiló su aguzado pico hacia las viñas que se desbordaban hacia las riberas.

De momento, la cosecha de Ribeiro promete...

09 septiembre 2009

LA CULTURA DEL DESCONTROL


Mi madre me trajo al mundo mientras Anthony Burgess publicaba su famosa novela “La Naranja Mecánica”. Sostiene Aloysius que aquel año la cosecha de Rioja fue muy buena, aunque no excelente. En 1971 la ultraviolenta historia de Alex y sus pequeños drugos fue llevada al cine por el genial Stanley Kubrick. Los pandilleros se reunían en un bar lácteo y se ponían ciegos de leche – plus, leche con velocet, synthemesco o drencrom, drogas artificiales para estimular sus más bajos instintos. A mediados de los 70, el punk esparció por el planeta imperdibles, crestas, cremalleras y la filosofía del no futuro. Aquel movimiento inicialmente nutrido por jóvenes inadaptados, autodestructivos, que odiaban profundamente el convencionalismo social que les había tocado vivir, pronto se convirtió en una marca comercial que generó para algunos espabilados suculentos beneficios. Todavía conservo con orgullo el "Never Mind the Bollocks" de los Sex Pistols y el “London Calling” de los Clash. Luego llegó el pasotismo, y la juventud se dejó llevar por la desidia.

Aquella cultura del descontrol (alcohol, drogas, sexo sin protección...) permaneció dormida, quizás aletargada tras el mazazo que la irrupción del SIDA provocó en las relaciones entre prójimos. Pero la historia es cíclica. Los jóvenes de París, y no precisamente aquellos de la izquierda divina del mayo del 68, sino más bien los nietos de los inmigrantes magrebíes y africanos que nacieron en barrios deprimidos como Clichy – sous – Bois, Bondy y Le Raincy, levantaron barricadas, arrancaron adoquines y quemaron coches en una orgía de violencia y fuego que despidió en Francia al gobierno Villepin. Con sus algaradas reclamaban mejoras sociales y económicas en las zonas menesterosas del cinturón parisino.

Mientras tanto, en España se gestaba la moda del botellón. Años de deriva en materia educativa consentidos por los sucesivos gobiernos de Felipe González (tampoco corregidos por los de José María Aznar), confundieron a una parte de nuestra juventud con el fulgor de ese espectro llamado libertinaje. Fue puesta en entredicho la autoridad de los padres en el hogar, de los maestros en la escuela y de las fuerzas del orden público en las calles. Y ahora, después de los tumultos de Pozuelo de Alarcón, nuestra farisáica sociedad se rasga las vestiduras.

¿Estábamos todos dormidos cuando hace unos años una asonada similar arrasó Cáceres al intentar su alcaldesa controlar el botellón en la monumental capital extremeña? ¿Seguíamos amodorrados cuando año tras año constatamos que el mayor acontecimiento universitario en Sevilla, Granada, Santiago de Compostela o Vigo es un macrobotellón que deja esparcidas por el campus toneladas de basura y cascos vacíos, sobrecargando con decenas de intoxicaciones etílicas los sufridos servicios médicos de urgencias? ¿Acaso continuamos ababiecados cuando cada fin de semana asistimos atónitos a la masacre acaecida en nuestras carreteras, protagonizada por hermosos cadáveres que digirieron mal la mezcla de alcohol y velocidad automovilística? Para algunos políticos resulta demasiado sencillo seguir siendo guais, progres, tíos y tías de puta madre, mirando hacia otro lado mientras el problema social crece. Prohibir hace perder votos. ¿En qué país de nuestro entorno se permiten mazadas colectivas semejantes? ¿Para cuando el tan cacareado pacto político nacional en materia de Enseñanza y Sanidad?...

¿O es que todavía pensamos que lo ocurrido en Pozuelo de Alarcón es un fenómeno sociocultural pasajero, una caralladita de los nenes pijos periféricos de Madrid tratando de acojonar a la policía?


06 septiembre 2009

ELOGIO A LA CORDURA


"Swine bird human flu virus" de happysweetmama, en Flickr TM

El otro día, a la hora de las cañas en "El Baden - Baden", me encontré con Aloysius y le acucié:

¿A qué esperas ocioso para hacerte millonario? Apúrate..., consigue todos los dispensadores de líquido que puedas, no importa cuál sea su forma o su capacidad; impórtalos de China. Allí, en una sola jornada, son capaces de fabricarte un millón de unidades; los trabajadores no paran para echarse un pitillito ni para tomar café; trabajan como chinos...

Date prisa, rellénalos con esa solución hidroalcohólica desinfentante que guardas en tu almacen; tíñela de verde, que es el color de la esperanza...; haz tu oferta comercial todavía más atractiva regalando las mascarillas, ¡qué mas da!, no las cobres, que te sirvan así de reclamo publicitario...


Colócalos por todas las partes. El mundo occidental acaba de descubrir que tiene que lavarse las manos. Hasta que empezó el acojone con el virus de la gripe A no importaba la roña que se nos pegaba en las uñas. Ahora tenemos pánico y remordimiento. Los antisépticos se venden mejor que la Coca Cola o que el agua mineral embotellada. Apresúrate... Mientras dormías tu pequeña empresa ya está cotizando en bolsa... ¡Y tú sin saberlo!


Yo me pregunto: ¿por qué le tenemos más miedo al virus de la gripe A que al del SIDA?... ¿Por qué han derrotado los barbuquejos a los preservativos?.


Y como ELOGIO a la CORDURA, me permito convertirme en el eco de esta información...




ANTE LA GRIPE A, CARTA ABIERTA A LA MINISTRA Y A LOS CONSEJEROS DE SANIDAD (CON COPIA A MIS PACIENTES)


Por Juan Gérvas, Licenciado y Doctor en Medicina por la Universidad de Valladolid



Con el debido respeto, ruego que escuchen a este médico general rural preocupado por el pánico desatado ante la epidemia de gripe A. Es preocupación clínica y social, pues se refiere tanto a la atención a los pacientes como al impacto en la estructura social, laboral y económica de un pánico que tendrá peores consecuencias que la propia epidemia de gripe A.


CONSIDERACIONES


Conviene recordar que el Gobierno de Canadá se planteó dos objetivos ante la gripe aviar:


1/ disminuir su impacto en mortalidad,


2/ mantener la estructura social.


No es una visión improbable la de un país sumido en el caos, parado por cierres de escuelas y centros de trabajo, con las urgencias y servicios médicos colapsados, con falta de atención a otros problemas de salud incluso graves, como infartos de miocardio y apendicitis (sin hablar de los errores tipo retrasos en el diagnóstico de meningitis por confusión con la "omnipresente" y deslumbrante gripe A.


Y, sin embargo, la gripe A es enfermedad benigna, con menos mortalidad que la gripe estacional (la de todos los años). Lo sabemos ya con datos, por la experiencia del invierno en los países del hemisferio sur. La diferencia es responder como Argentina (pánico y descontrol absoluto) o como Australia (organización y eficacia).


Según los cálculos más ciertos podemos esperar como máximo unos 500 fallecimientos por gripe A, frente a los más de 1.500 anuales por la gripe estacional. Por ello, habrá menos muertos en todos los grupos de edad con la gripe A que con la gripe estacional. Para disminuir la mortalidad habrá que tratar adecuadamente a los casos que se compliquen.


Lastimosamente la vacuna prometida llegará tarde, y no deja de ser una vacuna cuya eficacia desconocemos. Hasta que no haya más conocimiento muchos ni nos la pondremos ni la recomendaremos.Respecto a las embarazadas, siempre se han visto más afectadas por la gripe, especialmente en el tercer trimestre, por los cambios cardio-respiratorios que provoca la ocupación del abdomen por el útero grávido.


La gripe A no cambia nada respecto a la gripe estacional; habrá la misma proporción de ingresos, y menos muertes que con la gripe estacional. La embarazada puede y debería llevar la vida sana que siempre se le ha recomendado, lo que incluye continuar con su vida normal, familiar y laboral. La gripe A no provoca abortos ni malformaciones del feto. Estar embarazada no aumenta la probabilidad de contagiarse por gripe A.


La selección de personas por sus "factores de riesgo" es cuestión discutible pues los factores de riesgo ni son necesarios ni son suficientes para explicar las complicaciones. Por ejemplo, hasta el 70% de los niños que mueren por gripe estacional carecen de factores de riesgo definidos.


La predicción sobre la evolución de la gripe A debería basarse en lo que sabemos de esta propia epidemia y de pandemias previas. Por ello lo previsible es una onda de rápido contagio. Hablar de otras posibilidades es ignorancia, fantasía, irresponsabilidad o maldad. Es absurdo recordar epidemias de gripes de cuando ni había una cobertura pública sanitaria ni existían antibióticos para tratar las neunomías que las complican.


PROPUESTAS


Dejen de organizar protocolos y de promover medidas de recepción a los pacientes de probable gripe A que carecen de sentido. Es absurdo el aislamiento en urgencias y en los centros de salud de los pacientes con fiebre y síntomas de gripe. Durante la epidemia los griposos estarán en todos sitios y las medidas de aislamiento son innecesarias en los centros sanitarios. Sólo contribuyen a crear alarma y pánico.


No promuevan el diagnóstico exacto de la gripe A, excepto para investigación y vigilancia epidemiológica. Las pruebas de detección rápida son poco fiables, e inútiles. El seguimiento es el mismo sea gripe A, gripe estacional, o cualquier otra infección respiratoria.


Dejen que los médicos clínicos hagan su labor. Llevan años atendiendo a los pacientes con gripe, y saben hacerlo en las urgencias, las consultas y los domicilios. Los "expertos" poco pueden añadir, salvo colaborar como consultores. La gripe A es más benigna que la estacional, pero concentrará a los enfermos en un periodo breve de tiempo. No conviene hacer grandes inversiones ni cambios, sino reforzar los dispositivos existentes con lógica y sentido común. La buena atención clínica a los casos complicados es tan importante o más que todas las demás medidas juntas.


La atención a domicilio debería gravitar sobre los médicos de cabecera que tienen conocimiento y capacidad de decisión respecto a sus pacientes y su entorno familiar. Tengan en cuenta la sobrecarga de trabajo y prevean medidas para compensar las horas extras de trabajo (no todo es gastar en acumular anti-virales y vacunas).


No promuevan excesivamente ni los anti-virales ni la vacuna. Hay dudas razonables sobre sus ventajas, y tienen efectos adversos innegables.Tengan en cuenta que la gripe A tendrá más impacto en la clase social baja, entre los pobres, marginados, toxicómanos, mal alimentados, mal abrigados y habitantes de viviendas insalubres. Todos ellos tienen menos interés por su salud por lo que habrá que prever medidas pro-activas tendentes a evitar la falta de equidad en la atención a estos pacientes y poblaciones.


No promuevan el uso de mascarillas. Su eficacia es dudosa. Promuevan el auto-cuidado. Lo importante es que los pacientes y las familias se enfrenten a la gripe A con la misma serenidad y buen hacer que a la gripe estacional. El ser humano ha evolucionado en convivencia con el virus gripal, de forma que hay un excelente cúmulo increíble de normas sensatas de auto-cuidados en la población.


Como siempre ante la gripe, los individuos y las familias son capaces de cuidarse sin necesidad de médicos ni de sanitarios. Faciliten la justificación de la ausencia al trabajo. La gripe dura siete días, y normalmente los tres primeros son los peores. Nada impide que esos tres días se puedan justificar por el propio trabajador, sin necesidad de baja médica (con lo que se ahorra la visita al médico en el 95% de los casos, que serán leves). Y en caso de ausencia más larga, de hasta una semana, facilite la justificación de la baja con un solo documento que se pueda hacer en sólo una visita (según la organización actual se requerirían tres).


Pidan a los medios de comunicación que sean responsables. No tiene sentido transmitir en vivo y en directo cada muerte por gripe A. En vez de 500 parecerán 500.000. Con ello se crea alarma social innecesaria. Tenemos la experiencia de la meningitis C, que desató el pánico por este comportamiento absurdo de los medios de comunicación.


La percepción social del riesgo de contagiarse y de morir por gripe A no tiene nada que ver con la realidad. Todos tenemos la culpa, desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) al Ministerio de Sanidad y Política Social, pasando por las Consejerías de Sanidad, los Colegios de Médicos y los medios de comunicación. Y entre todos hay que lograr enmendar este desaguisado antes de que sea tarde. Es clave que la percepción social del riesgo de enfermar y de morir por gripe A corresponda a la realidad, a la de una enfermedad leve, una gripe de menor gravedad que la habitual.


Juan Gérvas es médico de Canencia de la Sierra, Garganta de los Montes y El Cuadrón (Madrid). Profesor Honorario de Salud Pública en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, y Profesor Visitante de Atención Primaria en Salud Internacional de la Escuela Nacional de Sanidad (Madrid).

02 septiembre 2009

DIABETES Y RAMADÁN



"Ramadan Greetings" de Duraz, en Flickr TM


Apenas sin quererlo, rebuscando entre las colecciones de palabras, encontré aquella máxima de Antonio Machado que enlazaba benevolencia y tolerancia; dice así: “benevolencia no quiere decir tolerancia de lo ruin, o conformidad con lo inepto, sino voluntad de bien”.

Esa misma voluntad de bien exigida moralmente a todo aquel que desea ejercer la medicina. El eco apagado de la ronca voz de Hipócrates todavía resuena en unos versos de su Juramento: “llevaré adelante ese régimen, el cual, de acuerdo con mi poder y discernimiento, será en beneficio de los enfermos y les apartará del perjuicio y el terror”.


Tal vez alucinado por el sol en las recónditas callejuelas de la vieja Córdoba, un mediodía me pareció escuchar similar salmodia balsámica en los prudentes labios del gran Averroes.



La medicina occidental ha contado con famosos colegas encumbrados en extremos opuestos de la ética profesional. Por un lado, el siniestro Dr. Josef Mengele, el ángel exterminador de Auschwitz. Y en el contrario, mi admirado D. Santiago Ramón y Cajal, ejemplo de sabiduría y vocación. En el mundo musulmán, ciertas informaciones afirman que Ayman al Zawahiri, el lugarteniente de Osama Bin Landen, estudió la carrera de medicina. Otras noticias cuentan que el Sindicato de Médicos de Egipto ha prohibido en su país la realización de transplantes entre cristianos y musulmanes. Una iniciativa arriesgada, pues el paso siguiente pudiera afectar a las transfusiones de sangre e incluso a la propia dinámica asistencial.

Sostiene Aloysius que la rigidez de la ortodoxia religiosa nunca debería condicionar la salud del prójimo. Pone como ejemplo el Ramadán, el pilar del Islam que obliga a los musulmanes al ayuno desde el amanecer hasta el ocaso. Las excepciones contemplan a los niños menores de 12 años, a los ancianos, a las embarazadas, a las mujeres lactantes y a los enfermos en general. Pero un problema práctico podría presentarse en la consulta cuando un diabético devoto de Alá desea cumplir dicho precepto. El pacto entre médico y paciente resulta imprescindible para minimizar los trastornos metabólicos.

La Asociación Británica de Diabetes ha publicado unas recomendaciones al respecto. Pueden consultarse en:



http://www.islamhoy.org/principal/Novedades/ayunodiabetes.htm



Otras controvertidas imbricaciones entre espiritualidad y enfermedad pueden observarse en nuestro entorno, por ejemplo cuando los fieles acuden a consulta con los pies destrozados tras una larga peregrinación o en las clásicas desavenencias sobre las transfusiones de sangre y los Testigos de Jehová.



Al final, si algo tengo que agradecerle al estudio y a la práctica de la medicina es la adquisición de una firme convicción en la igualdad de todos los seres humanos. En diferentes ocasiones he visto sufrir a personas de diversas razas y creencias, quejándose de manera semejante y solicitando el alivio para sus males en distintos idiomas. Y es que el rictus del dolor humano es sosprendentemente universal.