CREA, INVENTA, IMAGINA... ¡NO COPIES!

Protected by Copyscape DMCA Takedown Notice Violation Search

23 mayo 2013

EXPERIMENTACION CON ANIMALES




Cuando pulsé el timbre del portero automático, escuché al poco rato la voz del taciturno Aloysius, preguntando quién era al otro lado del aparato. Para no molestarse en abrir dos veces la puerta de su casa, suele de paso dejarla entreabierta. En la mayoría de las ocasiones, al entrar, nuestro saludo se queda perdido flotando en la penumbra de los pasillos. Como fondo musical, reconocí la 5ª Sinfonía de Mahler. Sin lugar a dudas, se estaba gestando una nueva crisis de melancolía...

Tendió hacia mi el recorte de un periódico nacional que informaba sobre los pequeños animales enviados al espacio por la agencia espacial rusa, hace apenas unas semanas. Los componentes de esta misión, bautizada como Bion–M, ratones, jerbos, lagartos, caracoles…, retornaron a la Tierra en una cápsula después de mantenerse orbitando 30 días alrededor de nuestro planeta. 

Fallos en los equipos, dentro de las lógicas previsiones de los investigadores, fueron los responsables de la muerte de la mitad de los ratones y de la totalidad de los jerbos. Los supervivientes serán ahora enviados a varios laboratorios para estudiar los efectos provocados en ellos por la ingravidez prolongada y las radiaciones ionizantes, hechos por otra parte de sobra constatados en animales y también en humanos, tras décadas de misiones espaciales y la permanencia de decenas de astronautas durante varias semanas suspendidos en el vacío de nuestro Universo más cercano. 

A nuestro juicio, lo más destacable de la misión Bion–M han sido unas placas de basalto dotadas con diferentes esporas bacterianas e incorporadas al fuselaje de la cápsula. El estudio de lo ocurrido con estos microorganismos servirá para corroborar o no la teoría de la Panspermia, defensora de que la vida pudo llegar a nuestro planeta viajando a bordo de cometas o meteoritos que se estrellaron contra la primitiva Tierra, hace millones de años. 

Retomando la inútil masacre de animalitos, nos encontramos ante otra más de las muchas que se producen diariamente en los denominados laboratorios de experimentación, en estériles investigaciones que poco o nada aportan al avance científico; más bien al contrario, y entre ellos incluyo a muchos trabajos de investigación médica.

Para completar la tarde, decidí investigar en el cuarto de baño de Aloysius. Para mi sorpresa, me topé con dos envases de gel de baño, adquiridos en una macrosuperficie comercial ourensana, en los que figuraba claramente la leyenda “Dermatológicamente testado. Producto no testado sobre animales”. Su fabricante era español...

Existe en Internet profusa información sobre las multinacionales que comercializan infinidad de productos previamente experimentados con animales, en la mayoría ocasiones tras causarles graves trastornos y dosis de un dolor innecesario y cruel. Algunas de ellas, viendo peligrar sus ventas en una sociedad cada vez más concienciada, han prometido abandonar estas prácticas durante este mismo año. 

Pero, además de con animales, varias han experimentado también en países subdesarrollados, a cambio de importantes cantidades de dinero, empleando cobayas humanas. Queden estos datos para la reflexión. Silencio. La 5ª de Mahler ha dejado de sonar. Ahora escuchamos “Laika”, de Mecano…



18 mayo 2013

CLONA, QUE ALGO QUEDA




Sostiene Aloysius que las últimas noticias sobre los avances en la clonación le han obligado a repasar diversas cuestiones relacionadas con la reproducción asexual y con la bioética que tenía aparcadas bajo una pila de libros y papeles. De nuevo ha recordado toda una serie de interesantes cuestiones y acalorados debates. 

En el reino animal, existen procedimientos que permiten la creación de nuevos seres sin la intervención de un padre y una madre, o mejor dicho, de los gametos o células sexuales procedentes de los progenitores, capaces de engendrar un nuevo ser. Las esponjas y las estrellas de mar, o cierto tipo de gusanos, pueden reproducirse sin tener que recurrir al sexo. 

En la especie humana, los gemelos univitelinos se generan por la división no sexual del huevo o cigoto, siendo toda la camada idéntica y del mismo sexo, pues todos estos individuos proceden de la unión del mismo óvulo y espermatozoide, y por supuesto, comparten idéntica carga genética. Nos encontramos ante verdaderos clones naturales. Los clones son copias del mismo individuo. 

El temor a la clonación en humanos se basa en el temor a un posible uso malicioso que de este procedimiento pudieran hacer determinados gobiernos totalitarios, exactamente tal y como ocurre, por ejemplo, con la energía nuclear. Una vez más, nos enfrentamos a la paradoja del cuchillo, instrumento que sirve tanto para cortar pan como para acabar con la vida de un semejante. 

En la experimentación, la bioética es la encargada de establecer premisas y barreras. Las reticencias a la clonación estaban determinadas por el empleo de células madres obtenidas a partir de embriones desarrollados exclusivamente para la investigación. Estas células madre pueden ser totipotenciales, capaces de generar completamente un nuevo individuo, tal y como ocurre en el caso de los gemelos univitelinos que anteriormente mencionábamos, o bien pueden ser pluripotenciales, capaces de generar la mayor parte de nuestros tejidos (piel, músculo, sangre, neuronas…), pero también tumores. La frontera entre unas y otras se establece en el paso de mórula a blástula, es decir, en la transformación y desarrollo de una pequeña pelota de 16 células embrionarias con capacidad de diferenciación. 

Pues bien, la clonación permite conseguir células madre embrionarias casi idénticas a las de un embrión gestado naturalmente, pero creadas artificialmente en un laboratorio, a partir de la transferencia del núcleo (con todo su material genético) de una célula adulta (en este caso de la piel) a un óvulo sin fecundar. 

Desde la aparición de la famosa oveja Dolly, obtenida mediante clonación reproductiva, estos procedimientos se han ido desarrollando progresivamente en nuestros laboratorios, con mayores o menores dificultades y éxito. En realidad, de lo que estamos ahora hablando es de la clonación terapéutica, destinada a la obtención de líneas celulares capaces de reemplazar a aquellas otras dañadas por patologías como la diabetes, el Parkinson o muchas otras enfermedades neurodegenerativas. 

La pregunta sería entonces: teniendo la seguridad y el conocimiento necesarios para curar de esta manera tantas enfermedades, ¿sería ético no emplear estas células madre obtenidas sin utilizar embriones? El debate está servido.

15 mayo 2013

CUERDAS Y CLAVIJAS




El 14 de mayo de 2013, tras el acorde final del concierto de Pat Martino en el Café Latino de Ourense, algunos de los espectadores sufrieron la tentación de comparar la magnífica actuación que acababan de disfrutar con la protagonizada la noche anterior, sobre el mismo escueto escenario, por el guitarrista neoyorkino Mark Whitfield. Poco o nada que ver, como las clavijas y las cuerdas, dos partes bien diferenciadas de la guitarra, cada una con su función específica, ambas imprescindibles para que el sonido fluya en toda su plenitud a partir del popular instrumento.

Ambos artistas tienen en común haber trabajado junto al excepcional pianista y organista Jack McDuff, al que el veterano guitarrista de Filadelfia dedicó uno de los temas postreros de su repertorio ocasional. A su vez, George Benson, considerado el mentor de Whitfield en sus inicios profesionales, compartió también uno de sus álbumes con “Brother” Jack McDuff. Por si no fueran suficientes las coincidencias, Whitfield y Martino lideraron sendos tríos de guitarra, batería y órgano Hammond, eso sí, con desigual efectividad en los teclados (un tanto a favor de Pat Bianchi) y un honroso empate técnico en las baquetas, entre el tarraconense Esteve Pi y Carmen Intorre, un joven y poderoso percusionista dotado de un hermoso nombre de mujer y con la potencia indómita de un martillo hidráulico.


Además, el hard bop se acicaló con estéticas bien distintas. Cabellera alba y peinada la de Martino, casi 70 años a la espalda, de aspecto frágil y delicado de salud, vistió una impecable americana, una camisa blanca y una corbata oscura, calzando las botas camperas que apenas parecían sostener su figura enjuta. Whitfield, musculoso y cincelado, lucía una camiseta negra que terminó completamente empapada, acodado sobre el mástil de su guitarra sorteando como un buen púgil fajador una velada completa de soul jazz saturada de complicados scherzos melódicos.

Confieso mis preferencias. Me quedo con Martino, con su “Blue Bossa Nova”, con este primer concierto suyo en Auriavella culminando alrededor de la media noche, recordándonos al grande Thelonius Monk, mientras las notas que brotaban de su guitarra negra se mecían en el ambiente, oscilantes, revoloteando de un lado para otro, en una genial recreación del “All Blues” del colosal Miles Davis. Por algo Pat Martino aprendió a tocar la guitarra dos veces en una misma vida.


11 mayo 2013

REDES SOCIALES Y MEDICINA



Resulta evidente que la mayoría de nosotros utilizamos las redes sociales de manera cotidiana. En el sentido más amplio, comprar unas entradas para un concierto a través de Internet o conversar mediante las aplicaciones y la mensajería de nuestros teléfonos y ordenadores se ha convertido en algo inherente a nuestra existencia. ¿Cómo podíamos vivir antes sin todos estos avances en las comunicaciones? A los más jóvenes podrá parecerle increíble, pero muchos sobrevivimos en este planeta antes de Internet, la web 2.0 y las apps para los móviles. 

Sostiene Aloysius que en el espacio de un diminuto microchip hoy en día cabe el saber enciclopédico de la humanidad. Las apuestas para dirimir discusiones culturales ya no tienen el aliciente de antaño, por culpa de Google. Cada día tengo menos claro cómo va a terminar esta fascinante aventura. Quizás no finalice nunca, y todo esto siga creciendo hasta el infinito, de forma exponencial. Probablemente, en unas pocas décadas, nuestra sociedad cambiará tanto que cuando los recién nacidos actuales se jubilen, nuestro mundo será completamente distinto.

Por supuesto, todo aquello relacionado con la medicina tampoco ha podido mantenerse al margen de tanta vorágine. Desde hace unos años, en la relación clásica entre médico y pacientes, resulta habitual que me consulten dudas previo asesoramiento en Internet. En aproximadamente 0.18 segundos, Google es capaz de encontrar 73.2 millones de resultados sobre la palabra “enfermedad”, y en 0.30 segundos, 552 millones sobre la palabra “salud”. Aquí, como en los western, los buenos ganan por goleada. 

Pero dejando a un lado el uso lúdico de la red de redes, es cierto que los profesionales de la medicina utilizamos cada día más las medios de comunicación sociales para la relación con nuestros compañeros y también con nuestros pacientes. Los grupos y las comunidades de pacientes están proliferando en las redes sociales. La historia clínica informatizada, aunque siempre mejorable, ha supuesto un avance en la atención primaria y especializada de salud. Existen sencillas y variadas aplicaciones para los teléfonos capaces de mejorar la calidad de vida de los enfermos y ayudar a sus cuidadores y familiares.

Pero estos geniales instrumentosde comunicación, como algunos cuchillos, tienen doble filo. Conozco el ejemplo protagonizado por un residente de cirugía norteamericano, que durante una intervención grabó con su móvil a un especialista insertando un tubo en la garganta de un paciente cuyo rostro era totalmente visible. Posteriormente, colgó ese vídeo doméstico en YouTube, en un foro destinado a médicos en prácticas. 

Además de las consideraciones éticas, este tipo de actuaciones involuntarias y desprovistas de toda malicia, llegada la ocasión pueden acarrear incómodas implicaciones jurídicas. Los que saben mucho sobre estas innovadoras cuestiones recomiendan siempre la máxima cautela respecto a la confidencialidad, el anonimato, el consentimiento expreso del paciente, la discreción y un exquisito respeto en la relación médico – paciente.





06 mayo 2013

ENFERMEDADES DE HOMBRES



Tiene el inefable Aloysius guardada bajo llave una colección de imágenes del pasado: sellos, fotografías, postales, recortes de periódicos… Un auténtico catálogo sociológico que le permite entender por qué los seres humanos reaccionamos de determinada manera, en determinadas ocasiones. Afirma que no necesita explorar nuestros cerebros, a la usanza de científicos e investigadores. Sostiene que es capaz de vaticinar cómo nos vamos a comportar con tan sólo observar lo que comemos, lo que cantamos, lo que tiramos a la basura, todo aquello que nos irrita, nos conmueve o nos emociona. 

Ahora está completando su colosal recopilación con vídeos cortos que cada día descubre en Internet. La otra tarde me mostró un corte publicitario de los años 70, donde una muchacha rubia cantaba aquello de “Soberano, es cosa de hombres”, acompañándose por una guitarra. Algunos crecimos en una sociedad especialmente machista, en la que llorar y jugar con muñecas era cosa de niñas, y jugar al fútbol y tomar copazos de coñac era cosa de hombres. Cuestión de estrógenos, progestágenos y testosterona. Por fortuna, los tiempos han ido cambiando, aunque muchas mujeres continúan todavía luchando para conseguir la igualdad. Lo vemos cada día, mirando a nuestro alrededor.

Pero las diferencias biológicas entre ambos sexos propician que en Medicina se estudien por separado las enfermedades específicas de la mujer bajo especialidades tan importantes como la Obstetricia y la Ginecología. En contrapartida, hay quien habla también de Andrología, centrándose en el estudio de todos aquellos trastornos relacionados con las funciones sexual y reproductiva masculina.

En los 60, también acompañado por una guitarra, cantaba Bob Dylan que los tiempos estaban cambiando, una canción protesta de cuyas polémicas intenciones no ha conseguido escapar ni su propio autor. En Medicina, la visión sobre las enfermedades del hombre también han ido cambiando. En nuestra cultura y sociedad, la disfunción eréctil y la patología de la próstata han dejado de ser temas tabú, quizás porque su tratamiento aporta a la industria farmacéutica notables beneficios. La creciente publicidad en los medios está ahí para constatarlo. 

Pero también existe un transfondo no comercial que ha servido para concienciar a los hombres sobre las ventajas de la prevención de estas enfermedades. Diversos estudios han relacionado la disfunción eréctil con el daño provocado en el aparato vascular varones diabéticos, hipertensos o con cardiopatía isquémica. Hay incluso quien se ha atrevido a señalar la disfunción eréctil como un síntoma precoz que nos alerta sobre ciertas patologías cardiovasculares. 

Otro tanto podríamos decir sobre la conveniencia de visitar al médico de familia o al urólogo ante los síntomas relacionados con la función sexual y urinaria masculina, sobre todo a partir de los 50 años. Al fin y al cabo, prevenir las enfermedades cardiovasculares y la patología de la próstata, como el Soberano, también debe ser cosa de hombres.