CREA, INVENTA, IMAGINA... ¡NO COPIES!

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29 abril 2011

PEQUEÑOS ÁNGELES HERIDOS



La semana pasada descubrí en Twitter una noticia que me llamó poderosamente la atención. Venía a decirnos que el 52% de los pacientes que padecieron un cáncer durante su infancia consideraban esta experiencia como positiva, frente el 24% que la catalogaban como negativa. Estos porcentajes no son nada desdeñables, dado que en la actualidad la tasa de curación de esta patología se aproxima al 80%, en cifras generales.
No me gusta ver a los niños malitos. Ni siquiera por un catarro, y mucho menos por una enfermedad grave. Tratando de buscar más información al respecto, me encontré con las tablas de supervivencia de los pequeños con cáncer en España, y me llevé una agradable sorpresa. Entre 1980 y 1984, época en la que yo mismo era un estudiante más de la Facultad de Medicina de Santiago de Compostela, el porcentaje de supervivencia de todos los cánceres infantiles después de haber transcurrido 5 años desde su diagnóstico apenas alcanzaba el 54%. Sin embargo entre los años 1997 y 2000 dicha cifra se había incrementado hasta el 74%.
Los tumores más frecuentes seguían siendo las leucemias, con un 23% del total, seguidas por las neoplasias del Sistema Nervioso Central, con un 18%, y por los linfomas, con un 13%. Pero, ¿cuáles eran las causas que justificabann un incremento del 20% en la supervivencia del cáncer infantil desde el inicio de la década de los 80 hasta finales de los 90? ¿Pediatras y oncólogos más cualificados?, ¿tratamientos más eficaces?, ¿avances sustanciales en el diagnóstico precoz?, ¿mejor estado de salud de la población infantil en general?, ¿alimentación más adecuada?, ¿hospitales más modernos?... Posiblemente una combinación de todo lo anterior.
El cine español tampoco ha podido mantenerse al margen del sufrimiento infantil, y poco a poco han ido saltando a la gran pantalla historias protagonizadas por pequeños enfermos de cáncer, desde los pelados de “Planta 4ª” (Antonio Mercero, 2003), que arropaban sus travesuras hospitalarias bajo el lema de no somos cojos, somos cojonudos, pasando por la laureada “Camino” (Javier Fesser, 2008), basada en la historia real de una niña que se enfrenta con serenidad a un devastador cáncer neurológico, hasta las más actuales como “Vivir para siempre” (Gustavo Ron, 2010), en la que un niño de 12 años quiere comerse el mundo mientras lucha contra la leucemia o “El vuelo del tren” (Paco Torres, 2011), en la que una madre no pierde la esperanza de que su hija pueda vencer a la leucemia.
En “Cartas a Dios” (Eric-Emmanuel Schmitt, 2009), un niño con un cáncer terminal le escribe misivas a un Dios en el que no cree, pero que le ayuda a aceptar la muerte como parte inevitable de la vida. Pequeño ángel herido.

22 abril 2011

MAÑANA DE JUEVES SANTO


Subimos por cuestas empinadas hasta el castro de Santomé. Casi nadie se atreve ya con la vieja calzada romana. Cruzamos el bosque de robles, madroños, pinos y laureles, donde dicen que aun permanece oculta una cova dos mouros. A sus 81 años, Adela nos cuenta las leyendas que conoció gracias a su abuela: - "dicen que las moras eran muy hermosas"... 


Durante la Guerra Civil, en esa misma gruta que comunica la montaña con las orillas del Loña, se escondieron los vencidos para evitar las represalias de los vencedores. Maldita contienda fratricida. 


Nos asomamos al barranco desde el que se escucha el rumor de los remolinos de las Marmitas de Xigante. Tercas piedras y aguas turbulentas van labrando el escarpado paisaje mientras el tiempo se ha detenido entre las ramas de los árboles. Qué difícil resulta vivir hoy en día entre los muros derribados y los caminos abandonados de este espléndido entorno, a tan solo escasos kilómetros de la capital ourensana. 

En Mende, cerca del balneario abandonado, las zarzas y las enredaderas se han  adueñado progresivamente del antiguo camino que conduce hasta los manantiales. El agua huele a azufre y la campiña a hierbabuena. Javier, el más viejo del lugar, recuerda cómo antaño acudían los enfermos para lavar sus úlceras y heridas en aquellas aguas termales. 

Una viña abandonada nos flanquea. Murmuran los charcos. En una viga carcomida, una bola de musgo y hojas nos revela el nido de una carriza. De repente, la lluvia ha cesado y entonces la luz de la mañana de Jueves Santo vuelve a abrirse entre el frondoso corredor que hemos ido atravesando...

21 abril 2011

EL OPTIMISTA RACIONAL





Sabedor de mi afición por la lectura, acaba de regalarme el generoso Aloysius un libro titulado “El optimista racional”, del prolífico Matt Ridley. Hace ya unos cuantos años que conozco a este excepcional divulgador gracias a otra obra suya, “Genoma”.

El bueno de Ridley, doctorado en Oxford y colaborador de medios tan prestigiosos como “The Economist”, ha escrito un ensayo en el que trata de derribar con fundados argumentos aquella máxima de los clásicos que aseguraba que cualquier tiempo pasado fue mejor.

Tal vez engañado por la ola de pesimismo económico y social que parece continuar inundando nuestras vidas, me llamó la atención unas líneas del libro en las que el autor afirma que nuestros prójimos contemporáneos, en líneas generales, viven mucho mejor que sus ancestros.

En uno de sus párrafos iniciales podemos leer que la disponibilidad de productos para comprar en Nueva York o en Londres es de diez mil millones, una cifra mareante que hace tan solo un siglo resultaría impensable. ¿Qué ocurrirá entonces dentro de 100 años?

Pero a pesar de que cada vez disponemos de mejores ecógrafos, vitaminas, ambulancias, vacunas, quirófanos, analgésicos, hospitales, insulinas, depuradoras, antibióticos… cientos de millones de seres humanos no consiguen superar la longevidad de sus padres o de sus abuelos. Nos quedamos sobrecogidos ante la magnitud de una desgracia colectiva, como la recientemente ocurrida en Japón o en Haití en un pasado muy cercano, pero las carencias cotidianas de muchísimas personas son el precio a pagar por la evolución constante de la especie humana sobre este planeta.

Para Ridley, la selección natural darviniana no queda restringida al ámbito puramente genético, sino que más bien afecta a las ideas. Una última paradoja, pues si bien las ideas residen en el cerebro, el encéfalo de un hombre o de una mujer contemporáneo no difiere tanto en tamaño y en composición con el de nuestros antepasados neardentales. Sí lo hace, en mi modesta opinión, en su estructura, en el número de interconexiones neuronales estimuladas sin tregua por el mundo que nos rodea. El teléfono es un invento que lleva conviviendo con nosotros varias décadas. Sin embargo, su mera existencia facilitó la invención y el desarrollo de Internet, una autopista de la información mediante la cual cada día entramos en contacto con millones de datos, con infinidad de ideas y opiniones que conforman una inteligencia humana colectiva y acumulativa.

Para seguir progresando, nuestra misión es procurar que las generaciones futuras puedan disfrutar de las maravillas que hoy tenemos y de las que a buen seguro vendrán en el futuro. Seamos pues optimistas, pero racionales.

16 abril 2011

TOCANDO EL FUTURO CON LOS DEDOS



Me pregunta intrigado Aloysius si es verdad que ya estamos tocando con los dedos la medicina del futuro. Tal vez se haya quedado impresionado por un avance que comentábamos el otro día, aquel capaz de convertir células madre de la médula ósea de una mujer en espermatozoides.
Metidos de lleno en la reprogramación celular, un equipo de científicos norteamericanos perteneciente al Instituto Salk de Estudios Biológicos (La Jolla, California) ha conseguido convertir células de la piel de pacientes esquizofrénicos en neuronas. Por si fuera poca tamaña hazaña, lo verdaderamente importante del estudio ha sido el descubrimiento de que estas neuronas “cutáneas” poseen un déficit innato para establecer conexiones entre ellas mismas, exactamente igual a lo que ocurre con las neuronas “originales” de los pacientes esquizofrénicos. Además, estos científicos han conseguido desvelar cuáles son los genes implicados en la génesis de dicha patología.
Conservo en mi casa un ejemplar del documental “1% Esquizofrenia” dirigido por Ione Hernández y producido por Julio Medem, médico y cineasta. El título hace alusión al porcentaje de la población que puede llegar a padecer esta enfermedad psiquiátrica, ciertamente una de las más investigadas en la historia de la medicina. Los expertos entrevistados debatían sobre la posible etiología de la enfermedad, existiendo partidarios de teorías psicológicas y sociales, y otros que se decantaban por causas puramente biológicas. Estos últimos se apoyaban en los avances conseguidos en el tratamiento de la enfermedad con los diferentes psicofármacos. También se dejaba escuchar, bien alta, la voz de los enfermos y sus familiares. Algunos pacientes, aun reconociendo grandes mejoras en su vida cotidiana, se quejaban amargamente de los desagradables efectos secundarios de su medicación.
El refrendo de la hipótesis genética en el origen de la enfermedad podrá permitir en un futuro que deseamos cercano el desarrollo de fármacos personalizados que puedan corregir los defectos en las neuronas, actuando sobre los genes e incrementando su capacidad para interconectarse.
Trabajos similares con células pluripotenciales inducidas, aptas para transformarse en cualquier otra del organismo, están realizándose con diferentes patologías neurodegenerativas, como por ejemplo el Parkinson. Esperamos ansiosos el salto de estas técnicas rabiosamente innovadoras desde las pipetas, los microscopios y los bancos del laboratorio hasta el arsenal terapéutico que a buen seguro pronto manejaremos como médicos.
En una línea de investigación también novedosa, basada en los efectos de la hormona del crecimiento (GH) como factor neurotrópico a nivel neurológico, así como estimulador de la revascularización y remodelación del miocardio, se está trabajando en Galicia en el Proyecto Foltra, muy cerca de nuestras casas. Y recordemos que hace 300 años, F. William Robertson escribió: “hay un pasado que se fue para siempre, pero hay un futuro que todavía es nuestro”. Ojalá.

12 abril 2011

GAGARIN Y SU VIAJE ESPACIAL




Mi hija Valentina y nuestra perrita Lucky´s se han quedado dormidas encima de mi cama. Profundas. Atenuadas, al fondo del pasillo, suenan las Variaciones Goldberg. ¿Somnífero?. Estoy leyendo las desventuras del cosmonauta Komarov. Y me da un coraje infinito. Por él. Por Laika.


10 abril 2011

MATESANZ APRENDIÓ EN LA TOSCANA




Buen sitio para aprender...


La imagen que ilustra esta entrada fue tomada en la estación ferroviaria de Florencia. Pertenece a una campaña destinada a fomentar la donación.

07 abril 2011

SOMNIA



La gata sueña que la mujer está soñando con gatos blancos que duermen plácidamente sobre un lecho en el que descansan una mujer y su gata blanca.


EL FUTURO DE LA REPRODUCCIÓN



Mis hijas están muy preocupadas por el fin del mundo. Y es que la magnitud de la catástrofe sufrida recientemente por Japón ha despertado de su letargo los vaticinios más sombríos sobre el destino de la humanidad. Juegos de cifras e ingeniosos sudokus considerando el día, el mes y el año de los atentados de las Torres Gemelas, combinaciones con la fecha del devastador terremoto y posterior tsunami japonés, el punto y final del calendario maya… todo parece coincidir anunciando el Armagedón.
Algunos que ya vamos cumpliendo años hemos tenido la oportunidad de sobrevivir a otros días del fin del mundo que ciertos profetas del terror y la desilusión ya habían anunciado durante el siglo pretérito. La historia nos ha enseñado desastres infinitamente más terribles que el cataclismo japonés: varias guerras mundiales, el holocausto judío, la extinción de los dinosaurios, la explosión de la bomba atómica… La literatura y el cine están repletos de obras empeñadas en hacer desaparecer de la faz de la Tierra cualquier vestigio de la raza humana. Quizás no estemos contentos con nosotros mismos, con nuestro pasado y con la herencia que le vamos a dejar a las generaciones futuras.
Lo que sí parece claro es que con la tragedia de Fukushima ha llegado el final de los tiempos para la energía nuclear, por lo menos tal y como la venimos explotando hasta el día de hoy.
En biología, algunos expertos piensan que la posibilidad de mejorar el genoma humano permitirá en este planeta el desarrollo de una nueva especie de hombres y mujeres que nacerán libres de enfermedades y con sus capacidades físicas y mentales potenciadas hasta límites hoy en día insospechados.
La clonación de animales (como la famosa oveja Dolly) representó un punto de inflexión en la reproducción humana. El 29 de mayo de 2005 publiqué en La Región un artículo titulado “El combate de las amazonas” en el que especulaba con la desaparición del sexo masculino en un mundo futuro donde las técnicas de clonación permitieran que las mujeres no necesitasen a los hombres para perpetuar la especie.
En el año 2008, científicos británicos de la Universidad de Tyne (Newcastle) consiguieron transformar células madre procedentes de la médula ósea de una donante en espermatozoides. El perfeccionamiento de esta técnica permitiría avanzar en el tratamiento de la infertilidad. Pero, si los espermatozoides naturales, procedentes del varón, puede sustituirse perfectamente por aquellos otros obtenidos a partir de células madre femeninas, ¿qué nos espera en el futuro? 


Mis hijas se han quedado más tranquilas, porque el fin del mundo, como el  “Soberano”, es cosa de hombres.

02 abril 2011

DURA LEX, SED LEX



Aprovechamos este aforismo clásico sobre la Ley en general para introducir una serie de breves reflexiones sobre política sanitaria y gasto farmacéutico. Recogiendo para reciclar una serie de envases de medicamentos caducados en su casa, la otra tarde me apuntaba Aloysius que todo este follón que se está montado con los medicamentos genéricos quizás se arreglaría con una nueva legislación nacional sobre la materia.
Como conozco su afán lector lo he remitido al Boletín Oficial del Estado, y más concretamente a la Ley 29/2006, de 26 de julio, de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, texto que en las primeras 20 líneas de su exposición de motivos ya deja bien claro cuál es el papel del médico en todas estas cuestiones: “es una figura central en las estrategias de impulso de la calidad en la prestación farmacéutica, dado el papel que se le atribuye en el cuidado de la salud del paciente, y por tanto, en la prevención y el diagnóstico de la enfermedad, así como en la prescripción, en su caso, de tratamiento con medicamentos”.
Esta misma ley recoge en su artículo 8 la definición de medicamento genérico: “Todo aquel que tenga la misma composición cualitativa y cuantitativa en principios activos y la misma forma farmacéutica y cuya bioequivalencia con el medicamento de referencia haya sido demostrada por estudios adecuados de biodisponibilidad. Las diferentes sales, ésteres, éteres, isómeros, mezclas de isómeros, complejos o derivados de un principio activo se considerarán un mismo principio activo, a menos que tengan propiedades considerablemente diferentes en cuanto a seguridad y/o eficacia. Las diferentes formas farmacéuticas orales de liberación inmediata se considerarán una misma forma farmacéutica. El solicitante podrá estar exento de presentar los estudios de biodisponibilidad si puede demostrar que el medicamento genérico satisface los criterios pertinentes definidos en las correspondientes directrices detalladas”.
Las discusiones más enconadas entre los expertos en la materia se centran precisamente en la definición de biodisponibilidad, un término farmacocinético que hace referencia a la dosis de un fármaco que alcanza el tejido sobre el que realiza su actividad, es decir, sobre su diana terapéutica. Como este cálculo es prácticamente imposible de realizar en el ser humano, entonces en la práctica la biodisponibilidad se considera el porcentaje de fármaco que aparece en el plasma del paciente. 


De ahí que algunos medicamentos, sean de marca o genéricos, dependiendo también de los excipientes en que son vehiculizados, y a pesar de estar presentes en la sangre del paciente en el mismo porcentaje, puedan tardar más o menos tiempo en alcanzar el órgano diana y realizar su efecto. Si a todo estos añadimos la variabilidad individual de la respuesta ante el mismo medicamento, la madeja continua tremendamente enredada. ¿Quién la desenmarañará? Difícil respuesta. Mientras el catálogo gallego de medicamentos se enfría en la nevera del Tribunal Constitucional por el recurso del Ministerio de Sanidad, en Castilla-La Mancha y en Extremadura, ambas gobernadas por el PSOE, copian el modelo de Galicia. Me lo expliquen.