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26 febrero 2016

HISTORIAS DE TRASPLANTES



Aunque en teoría podamos discutir largo y tendido sobre el altruismo y la solidaridad, solemos utilizar la donación de órganos como un ejemplo práctico de estos comportamientos. Reposan en la cara amable del planeta humano, en las antípodas del egoísmo. Sostiene Aloysius que todo lo que publiquemos a favor de las donaciones de sangre y órganos resulta insuficiente. Entendiendo que tiene parte de razón, para su tranquilidad, voy a presentarle una serie de datos. 

Todavía recuerdo aquellas imágenes de la televisión en blanco y negro, donde una señora sonriente descendía por la escalinata de un avión. Ya en tierra recibía el saludo amable de unas azafatas con un ramo de flores y un llamativo cartel: bienvenida la turista 10 millones. A principios de febrero de 2016, en el Hospital Doctor Peset de Valencia, no había flores, ni carteles, ni fanfarrias, a pesar de que el trasplante de riñón que acaba de realizar el equipo médico especializado representaba el número 100000 de los practicados en España. En otras palabras, 100000 nuevas vidas gracias a la solidaridad de aquellos que habían perdido la suya. 

En todo este tiempo se han beneficiado casi 63000 enfermos renales, 24000 pacientes hepáticos, 7600 cardiópatas, 3800 enfermos pulmonares y 1700 pacientes con patologías pancreáticas. Pero detrás de tanta cifra existe una sociedad que progresa. Y en este aspecto, la tan denostada España también es campeona del mundo, con una Organización Nacional de Trasplantes (ONT) modélica, la envidia  de las demás naciones. 

A nivel autonómico, el Complexo Hospitalario de A Coruña también se sitúa en lo más alto de un pódium tan especial. Considerando los trasplantes de cornea, el incremento de un 75% supuso doblar las cifras de donantes del 2015 respecto al 2014. Para redondear la jugada, casi todas las intervenciones de este tipo se practicaron en los centros sanitarios públicos de Galicia. Y es que nuestra comunidad autónoma sigue ostentando la tasa nacional de donaciones más alta, casi 40 por millón de habitantes, si bien las negativas todavía superan la media estatal. A pesar de todo, datos correspondientes al 2015 nos muestran que los trasplantes crecieron en Galicia un 22.6%, las donaciones un 20% y los pacientes en lista de espera descendieron un 24%. Cifras muy alentadoras. Para sacar pecho. 

Los que conocemos a pacientes trasplantados les hemos escuchado contar como celebran dos cumpleaños. Interminables jornadas de espera, con una única esperanza, un teléfono sonando para avisarles de un órgano disponible, vivir de nuevo otra vez. Qué generosidad más grande la de aquellos sumidos en la más profunda tragedia, aun así capaces de donar vida. 

Esta misma semana, en la Clínica de Cleveland (Estados Unidos) han realizado un trasplante uterino, una puerta abierta para algunas mujeres que no pueden ser madres. Y hablando de madres, ¿qué mayor emoción que escuchar latir el corazón de un hijo fallecido en el pecho de la niña que lo recibió? Otra hermosa historia de trasplantes.

17 febrero 2016

LA BATALLA CONTINÚA


En “Hombres contra mosquitos”, desde esta misma sección reflexionábamos hace un par de semanas sobre el peligro que representan para la humanidad la proliferación de determinados insectos de la familia Culicidae, los populares mosquitos o zancudos, debido a las enfermedades que pueden transmitir mediante sus picaduras. Sus molestos zumbidos constituyen la banda sonora de actualidad por culpa de la epidemia del virus del Zika, algunos casos diagnosticados también en España, y la repercusión que pudiera tener esta enfermedad sobre el desarrollo neurológico de los fetos hijos de madres afectadas. Ya sabemos por otras experiencias que el miedo se disemina por los países desarrollados cuando determinadas enfermedades infecciosas rebasan sus tradicionales barreras endémicas.

En 2015 se detectó material genético viral (ARN) en el líquido amniótico, prueba irrefutable de la transmisión vertical desde una madre a un hijo todavía por nacer. En enero de 2016, científicos del estado brasileño de Paraná revelaron rastros genéticos del virus en la placenta de una mujer que había sufrido un aborto de un feto microcéfalo, hallazgo que confirmó la capacidad del virus del Zika para atravesar la barrera placentaria.

Esta misma semana, otros científicos brasileños han descifrado el genoma del virus del Zika, un paso de gigante para la consecución de una vacuna efectiva. Para ello han estudiado muestras de líquido amniótico de embarazadas infectadas en el estado de Río Grande do Norte, una de las zonas más afectadas por la enfermedad. Allí precisamente se detectó una mayor incidencia  de recién nacidos con microcefalia. El Dr. Amílcar Tarnuri y su equipo comprobaron la capacidad del virus para permanecer en el organismo de los fetos durante todo el embarazo. Quizás sea pronto para lanzar las campanas al vuelo, pues la cadena de ARN de los virus brasileños es similar a la observada en virus del Zika procedentes de Colombia, pero diferente de la de los virus africanos. Recordemos que este virus fue aislado por primera vez en 1947, en un macaco Rhesus del bosque de Zika, en Uganda, y que su aislamiento en humanos data de 1968, en una muestra obtenida en Nigeria. La capacidad de mutación de los virus para adaptarse a nuevas condiciones (y así poder sobrevivir) resulta prodigiosa.

Pero, para ganar esta batalla y derrotar definitivamente a los mosquitos del género Aedes, hacen falta los recursos económicos suficientes. El gobierno de Brasil aportará 2 millones de dólares para el desarrollo de la vacuna, en colaboración con la Universidad de Texas (Estados Unidos) Sostiene Aloysius que estos esfuerzos se le antojan insuficientes. Para su tranquilidad le he asegurado que a medida que la amenaza de la enfermedad se aproxime a nuestros hogares occidentales, los mecenas se multiplicarán. Por desgracia.

14 febrero 2016

EL BESO


Así se titula uno de mis cuadros favoritos, el pintado por Gustav Klimt entre 1907 y 1908, en un lienzo con óleo y laminillas de oro y estaño. Tuve la oportunidad de contemplarlo hace unos cuantos años en el Belvedere de Viena y verdaderamente impresiona. La sociedad de la época consideraba a este discutido artista un autor de obras pornográficas. Dice la copla española que un beso de amor no se le da a cualquiera. Efectivamente, en plena resaca del día de San Valentín (menos mal que todavía existe un día dedicado exclusivamente al amor), repasamos una curiosa colaboración del periodista griego Spyros Manouselis en la edición digital de efsyn.gr preguntándose qué es lo que nos lleva a besar, de forma tan distinta, a una madre, a un niño o a un amante. 

Un simple beso, ese leve aletear de los labios, tiene significados bien diversos, desde la famosa traición de Judas en el Huerto de los Olivos, hasta la más tierna prueba de amor de una madre hacia su pequeña cría. Leales ósculos de amigos, tórridos apasionados besos de amantes, castos sumisos besos en el dorso de la mano, besos húmedos o secos, un contacto oral agradable aporta información compleja del intercambio entre las personas. Y es que un primer beso frustrante es capaz de arruinar el comienzo de un gran amor.

En la génesis de esta conducta se entremezclan nuestras emociones, nuestra identidad personal y nuestra evolución como especie. Los defensores de la teoría del apego insisten en su importancia a la hora de enamorarnos. En el enamoramiento participan diferentes hormonas, un cóctel en el que destacan la adrenalina, la dopamina, la serotonina, la vasopresina y la oxitocina, que ponen en marcha las neuronas concentradas en tres regiones cerebrales bien concretas: el área ventral tegmental, el núcleo accumbens y el núcleo caudado. Así lo demuestran diferentes estudios realizados por solventes científicos internacionales, alguno de los cuales, a buen seguro, alguna vez habrá tallado a punta de navaja un corazón atravesado por una flecha sobre la corteza de un árbol. 

Además, los labios se encuentran recubiertos por una fina capa de tejido epitelial que contiene un asombroso número de receptores sensoriales neuronales. Para algo estarán ahí, digo yo. Estudios recientes, como el llevado a cabo en EEUU por la neuróloga Wendy Hill y su equipo, han desvelado que cada beso erótico dispara los niveles de oxitocina, lo que repercute tanto a nivel de las relaciones sociales como en la intensidad del orgasmo masculino y femenino.

Repasando a Manouselis, sostiene Aloysius que los besos no son un privilegio de los primates humanos, sino que este comportamiento resulta muy común en la mayoría de los mamíferos. Los que compartimos nuestra vida con perros, por ejemplo, podemos dar fe de esta realidad, y entre nuestros parientes más cercanos, los bonobos suelen besarse con lengua para expresar sus sentimientos. No olviden que el primer beso es mágico, el segundo íntimo, y el tercero rutinario (Raymond Chandler dixit)

05 febrero 2016

HOMBRES CONTRA MOSQUITOS


Dicen los hagiógrafos que en tiempos de San Patricio, a la hora de explicarles el concepto de la Santísima Trinidad a los paganos irlandeses, empleó un humilde trébol: tres hojas diferentes en una única planta. Respetando las diferencias, la epidemia provocada por el virus del zika que ya ha puesto en alerta a las autoridades sanitarias internacionales, queda encuadrada en un fenómeno trino provocado una única especie de mosquito capaz de transmitir tres enfermedades diferentes: dengue, zika y chikunguña.

Sostiene el airado Aloysius que la culpabilidad se reparte a pares, entre la globalización y el cambio climático, condiciones que propician la proliferación y la propagación de los Aedes aegypti, los mosquitos responsables de las transmisión de la fiebre amarilla, y de las otras tres enfermedades. Todas estas patologías tienen diferentes virus como agentes causales. En el milagro cotidiano que es la vida, en la procura de su propia supervivencia, y no siendo capaces de vivir fuera de otros seres vivos, este tipo de virus emplea a los mosquitos como vectores; mediante sus picaduras consiguen transmitir la infección a los primates, humanos y no humanos, y también a otros animales. Estas enfermedades comparten además un cuadro clínico inicial que consiste en una fiebre elevada, que incluso puede superar los 40 grados. En el caso de la Fiebre de Zika, en las dos terceras partes de los casos la infección resulta asintomática. Las alarmas sanitarias han saltado debido a la elevada incidencia de malformaciones fetales, en especial microcefalia, detectada en los recién nacidos de madres infectadas, bebés que además pueden presentar otras problemas neurológicos.

Me temo que los humanos tenemos mucho que perder en esta batalla. Los insectos representan casi las tres cuartas partes de todas las especies animales. La Tierra no es el planeta de los simios. Ni mucho menos. La diversidad de los insectos apenas ha cambiado en los últimos 125 millones de años, debido a que a medida que han ido desapareciendo nuevos insectos, otros han aparecido. Dentro de los insectos, los mosquitos intervienen en el ciclo de transmisión de muchas enfermedades infecciosas, hace años limitadas a zonas endémicas tropicales o subtropicales, hoy en día habitantes permanentes de otras latitudes menos cálidas. Consiguen sobrevivir en ambientes artificiales, como los depósitos y los contenedores, donde el calor y las aguas estancadas representan un caldo de cultivo estupendo para estas especies. 

Mientras se trabaja en la consecución de vacunas específicas que confieran inmunidad a las poblaciones en riesgo de infección y en armas de destrucción genética, mosquiteras y fumigaciones todavía no han pasado de moda en nuestros arsenales preventivos. Dengue, zika, chikunguña, fiebre amarilla, malaria, fiebre del Nilo Occidental, encefalitis japonesa… Y las que vendrán. Hombres contra mosquitos.