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19 julio 2013

EL TURISTA SANITARIO



En 1988, Lawrence Kasdan estrenaba “El turista accidental”, un drama sobre las vicisitudes que atraviesa un escritor de guías de viaje para hombres de negocios, y que recupera las ganas de vivir gracias al amor por una mujer muy especial. Al éxito de esta película, sin duda alguna, contribuyeron las actuaciones de la pareja protagonista, William Hurt y Geena Davis. Desde entonces, mucho se ha debatido sobre otro tipo de viajeros accidentales, los denominados turistas sanitarios. Hace ya algunos años, en un hotel de Berlín, descubrí un diario que ensalzaba las virtudes del sistema sanitario español, animando al turismo a visitar nuestros pagos, y no precisamente por la suavidad de nuestro clima, la riqueza de nuestra cultura y las excelencias de nuestra gastronomía.

Una aclaración. El término turista sanitario quizás pueda resultar demasiado amplio e impreciso. Abarca varias situaciones bien diferenciadas. Algunos pacientes deciden visitar otros países para conseguir, gratis si es posible, determinados servicios sanitarios ausentes o más caros en sus países de origen. 

Desde la entrada de España en la Comunidad Europea, esta circunstancia se ha convertido progresivamente en un problema que supone para las arcas estatales alrededor de 1000 millones de euros anuales en facturas sin cobrar. El gobierno español tratará de legislar la asistencia sanitaria transfronteriza mediante un Real Decreto que permita la liberalización del sistema, para que los pacientes europeos puedan elegir entre los hospitales públicos y privados nacionales, siempre que sus países de origen incluyan su atención en las correspondientes carteras de servicios sanitarios, abonándolos por adelantado. 

Al respecto, existen dos destinos favoritos de los turistas sanitarios: los países que ofrecen una medicina tecnológicamente avanzada, como por ejemplo Estados Unidos, Alemania o Francia, o aquellos otros que ofertan una asistencia sanitaria a bajo coste, como por ejemplo Tailandia, India, Colombia, Brasil, y dentro de Europa Hungría, Polonia o la República Checa. El mercado global estimado se sitúa en 7400 millones de dólares cada año, un pastel nada despreciable del que España solamente se lleva un pedacito de 140 millones. Sólo en 2012, casi 22000 turistas visitaron nuestro país atraídos por el sector de la salud para gastarse en ello algo más de 12 millones de euros.


Ourense. As Burgas (1895) J. Pacheco

Pero existen además otros peculiares turistas sanitarios, los que se desplazan a balnearios y sanatorios para disfrutar de las bondades de sus instalaciones y paisajes. Aquí estarían los clásicos agüistas de Karlovy Vary o los bañistas de las termas de Baden-Baden, o los mucho más cercanos para nosotros como As Burgas y la ruta termal del Miño (en Ourense), La Toja, Mondariz, Baños de Molgas, Laias, O Carballiño, Cabreiroá y los manantiales verineses de Fontenova y Sousas, y tantos otros en Galicia que necesitarían un espacio descriptivo mucho más amplio y detallado. Ourense atesora un enorme potencial al respecto, no solo en el aspecto lúdico del termalismo, sino también en el sanitario. Hay quien ve en este tipo de turismo una nueva fiebre del oro. A ver si somos capaces de aprovecharla.



07 julio 2013

MI ESQUELETO EXTERNO


El WAD de Honda

Confiesa Aloysius nuestra profunda admiración por “Mi pie izquierdo”, la magnífica película dirigida en 1989 por Jim Sheridan y protagonizada por el inconmensurable Daniel Day-Lewis. Y eso que nuestra fascinación no se debe únicamente a la belleza formal del film, sino especialmente a la sensibilidad con la que se trata el afán de superación de un prójimo ante las limitaciones provocadas por su discapacidad física.

A buen seguro, la vida de Christy Brown hubiera sido más mucho fácil si hubiera contado con un exoesqueleto. Este pintor, poeta y escritor irlandés vivió afectado por una parálisis cerebral que apenas le permitía moverse. Los esqueletos externos constituyen un avance evolutivo muy útil para garantizar la supervivencia de insectos y crustáceos, por ejemplo. Con fines bélicos, los humanos hemos copiado de estos animales el diseño y la construcción de corazas y armaduras.


De las paredes de National Gallery de Londres cuelga un lienzo muy curioso. Se titula “A Knight with his Jousting Helmet”. Este óleo fue pintado entre 1554 y 1558 por el artista Giovanni Batista Moroni y es más conocido por su título original, “Il Cavaliere dal Piede Ferito”, pues retrata a un joven caballero renacentista sobre un fondo clásico construido sobre unas ruinas de mármol. Si nos fijamos bien, podemos observar cómo este personaje porta una especie de abrazadera sujetando su rodilla y pie izquierdos. Se trata de una ortesis, un dispositivo médico que actúa parcialmente como un exoesqueleto, permitiendo la corrección de determinados defectos físicos de la extremidad en cuestión.

Por suerte o por desgracia, he aquí una vez más la paradoja del cuchillo que sirve tanto para cortar el pan como para herir a un semejante. Los avances tecnológicos en Medicina suelen avanzar a la par que el desarrollo armamentístico. Los primeros exoesqueletos fueron concebidos con fines bélicos, como por ejemplo el HULC de la Lockheed Martin, diseñado para reducir la fatiga en las piernas y los brazos de los soldados. También existen otros exoesqueletos de carga, como el Hércules de la casa francesa RB3D, cuyas prestaciones facilitarán enormemente sus pesadas tareas industriales a miles de operarios.


Tras 14 años de pruebas, la popular Honda acaba de finalizar la construcción de su Walking Assits Device, un exoesqueleto ligero especializado en la asistencia de personas con dificultades para caminar. El artefacto deberá ahora pasar los correspondientes test de pruebas en los hospitales nipones. La empresa está trabajando en colaboración con unos 100 centros sanitarios. 

Anteriormente, fue la Cyberdyne la que ofreció los servicios de su exoesqueleto HAL, más engorroso y complejo, a 10 hospitales de Japón. Las expectativas de futuro que se abren en el campo médico semejan esperanzadoras y apasionantes. Veremos qué nos depara el sueño de los tiempos. Porque no todo en la vida son drones y maldad. Afortunadamente.